Canarias quiere triplicar la financiación de su ciencia, pasando de invertir un 0,49% de su PIB hasta al menos «un 1,20% o 1,25%». Así lo adelantó el director de la Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información (ACISII), Carlos Navarro, quien no dudó en advertir que en lo que se refiere al sistema científico, en Canarias «estamos en la UVI en medio de un desierto». Navarro sabe perfectamente de lo que está hablando. Tras casi un año en el puesto, se ha encontrado con uno de los sistemas de I+D más maltratados de toda España y Europa, a pesar de poseer un gran potencial en recursos humanos y endemismos para la propia investigación.

Lo ideal sería que la ciencia en Canarias pudiera alcanzar un presupuesto del 3% con respecto al PIB, que es el porcentaje que se baraja en el resto de Europa. «El mundo está apostando por el conocimiento y es el momento de incrementar la inversión dramáticamente», insiste Navarro, quien, sin embargo, se muestra realista y hace hincapié que «el crecimiento no va a ser de un día para otro». Porque la I+D en Canarias en estos momentos es un desierto. Tal es así que para poner en marcha toda la maquinaria de la organización y gobernanza científica hay que crearla desde cero, lo que no solo implicará esfuerzo sino también tiempo. Navarro echa mano de símiles ferroviarios para explicarlo: «Debemos echar tres en uno, desengrasar el motor y arrancar el tren, y cuando eso ocurra aún pasará tiempo para que coja ritmo».

Entre otros motivos porque, por ahora, el sector público no tiene capacidad para poder ejecutar una gran cantidad de fondos. «Necesitamos el refuerzo del órgano competente, así como dotarlo de mayor agilidad», destaca Navarro haciendo alusión a la ACISII, que se encarga de gestionar las subvenciones públicas autonómicas al sector. «Ahora lo hacemos bien, pero si nos dan 500 millones de euros para I+D en estos momentos sería inviable de gestionar», indica. No por el Navarro descarta dotar a las Islas de objetivos más ambiciosos. «El ejemplo lo tenemos en China», explica el director de la ACISII. Y es que el país asiático ha adelantado con creces a Canarias en tan solo unos años. «Allí se está hablando de invertir un 7% del PIB, mientras en Europa se marca como meta el 3%», insiste Navarro. No es el único que adelanta a los 27 países miembro. Estados Unidos también está valorando quintuplicar la apuesta de la Unión Europa.

Desamparados sin normativa

Pero en Canarias no todo tiene que ver con la irrisoria partida presupuestaria que ha estado pesando sobre uno de los elementos clave del estado de bienestar. A pesar de que la regulación de la actividad data del año 2001, nunca se ha desarrollado la norma. Tampoco se ha actualizado en los últimos años y el Consejo Asesor de Ciencia, del que disponen las Islas, es un fantasma desde el año 2011. En contra de este poco halagüeño escenario, Canarias ha estado desarrollando una ciencia de primera categoría, contando con la ayuda de infraestructuras científicas tan singulares como el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), dos universidades públicas, o sedes de distintos Organismos Públicos de Investigación (OPIs) como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a través del Instituto de Productos Naturales y Agrobiología (IPNA), y del Instituto Español de Oceanografía (IEO). Pero el Gobierno nunca ha facilitado la colaboración entre ellos. «Algunos ni se conocen», apunta Navarro.

«Canarias no puede permitirse estar más tiempo sin un marco regulatorio de la I+D»

Carlos Navarro - Director de la ACISII

La crisis económica fue la estacada definitiva a la ciencia, pues Canarias redujo dramáticamente la poca inversión que hacía en ciencia obligando a muchos a dejar la carrera investigadora, a fugarse a otros países o a vivir en la absoluta precariedad. A día de hoy, el Archipiélago es la única comunidad que no se ha recuperado del daño provocado por el crack de 2008 y se ha enfrentado a la mayor crisis sanitaria de este siglo con un presupuesto un 20% menor que en el año 2009. El tejido laboral desde entonces es más precario, provocando que el Archipiélago haya dejado de ser aquel lugar idílico para la investigación con una riqueza natural y autóctona digna de conocer, a una prisión de la que escapar cuanto antes para poder ganarse la vida en países donde nunca se ha dejado de apostar por dar notoriedad a los científicos.

Los investigadores se fugan

Así lo plasma el informe Cotec 2020 que estima que tan solo el 0,39% de la población ocupada son investigadores: 2.487. Es decir, casi un 15% menos que los que tenía en 2009. De ahí, que desde la ACISII y la Consejería de Economía, Conocimiento y Empleo se haya dado, por primera vez en dos décadas, un golpe en la mesa y se haya adquirido un papel proactivo para crear un entorno real de I+D en Canarias. «Es una hoja de ruta sencilla y muy reivindicada», señala Navarro, que no descarta que haya «que ir perfilando algunos detalles» en el futuro. Sin embargo, se muestra optimista porque la propuesta salga adelante, ya que « no podemos permitirnos estar más tiempo sin un marco regulatorio».

La clave está en cuatro ejes de actuación que se han unificado a través del plan Canarias Progreso 2030. Una nueva Ley de la Ciencia Canaria, una Estrategia Canaria de Especialización Inteligente (S4) –que viene a suplir las carencias de la RIS3–, un Plan de I+D+i y un Pacto por la Ciencia, son los elementos con los que la Agencia quiere sentar los cimientos de un nuevo paradigma de la ciencia en el Archipiélago. « Canarias debe explotar todo ese conocimiento, no se merece estar la peor parada en todos los indicadores del mapa de talento», resalta el director de la ACISII. En menos de un mes se pretende dar nuevos pasos respecto al Pacto por la Ciencia.

La clave está en cuatro ejes de actuación: una nueva Ley de la Ciencia Canaria, una Estrategia Canaria de Especialización Inteligente (S4), un Plan de I+D+i y un Pacto por la Ciencia

«Ya tenemos el borrador, nos falta sentarnos con algunos actores y pretendemos que salga a valoración pública en breve», adelanta Navarro. A esta medida también le acompañará un nuevo Plan de I+D, que pretende empezar a trabajarse este mismo mes de agosto con el objetivo de estar listo en 2022 y permanecer activo hasta 2025. Por otro lado, se encuentra la Estrategia Canaria de Especialización Inteligente (S4) que será uno de los mayores cambios, dado que vendrá a suplir las carencias del programa imperante hasta ahora, el RIS3. «Con la S4 no solo podrán acceder a proyectos aquellos que se dediquen a un campo específico y estratégico para Canarias», señala Navarro. «A la S4 podrá acceder los investigadores de excelencia, aunque se dediquen a egiptología», insiste, porque a ellos «también hay que darles un paraguas de financiación».

Por último, la redacción de la Ley también ha dado grandes pasos hacia delante y pretende poder estar aprobada «en el plazo de un año». En este documento la Administración valora mejorar la gobernanza pública y privada, potenciar la colaboración del ecosistema canario y reforzar los programas de financiación. «No queremos la ley para decir que la tenemos, sino para que le de cobertura al sistema y poder cambiar las cosas», concluye Navarro.