A menos de 48 horas para que los madrileños acudan a las urnas, la tinerfeña Carla Antonelli (Güímar, 1959) lo tiene claro: «Madrid necesita un cambio», reinvindica la número 35 en la lista del PSOE. «Estamos cansados de los 24 años de gobiernos del PP; solo nos venden humo», critica la actriz.

Si París bien vale una misa, ¿cuánto vale vivir en Madrid?

El cielo, Madrid vale el cielo...

¿Eso no es mucho decir?

Los madrileños se lo han ganado o nos lo hemos ganado, porque soy madrileña de adopción, después de sufrir más de 24 años los gobiernos del Partido Popular. ¿Le vale?

Bueno, si tenemos en cuenta que usted es una mujer que no tiene pelos en la lengua ese primer “ataque” entraba en las previsiones.

Es que no puedo sentirme conforme con este gobierno, ni con el anterior, ni con el de Cristina Cifuentes, ni con el de Ignacio González, ni con el de Esperanza Aguirre... Madrid está cansada de estos vendehumos que solo buscan un titular fácil. ¿Sabe lo que pasa son los titulares?

¿Que no se materializan?

Exacto, no se materializan. Yo solo le voy a poner un ejemplo muy fácil de entender... Madrid aún no tiene un Plan de Infancia. En la propuesta que en su día presentó Cifuentes estaban las mismas medidas que anunció González y las que antes dio a conocer Aguirre. En el imaginario popular queda que eso ya se llevó a cabo, pero la realidad es que no han movido una paja.

¿Fuegos artificiales?

También lo puede llamar confeti y papelitos de colores o mucho ruido y pocas nueces...

Y para cerrar el círculo aparece la figura de Ayuso, ¿no?

A Ayuso se la defino en tres palabras o, mejor dicho, en cuatro porque le voy a poner el artículo delante: el istrionismo del trumpismo.

¿Sinceramente, la ve tan cerca de los postulados de Donald Trump?

Absolutamente, es una copia sin remilgos del trumpismo... Si su visión de Madrid es la de una ciudad de cañas y cafés que destila tanta libertad que si quieres no te ves con tu expareja, apaga y vámonos. Hay votantes del PP que no se ponen colorados cuando confiesan que van a votar a Ayuso porque les hace reír.

¿Está el voto inteligente y el voto cómico?

Cuando escucho eso me acuerdo de ¿Quién engañó a Roger Rabbit? En esa película la Chica Bang decía que estaba enamorada del conejito porque le hacía reír. Si de lo que se trata es de votar a alguien porque nos hace reír mejor nos hacemos una suscripción al Club de la Comedia.

¿Ir la 35 en la lista del PSOE es tentar a la diosa fortuna?

Varios medios de comunicación ya me llaman la candidata frontera... Más allá de ir más arriba o más abajo lo que espero es que los madrileños tomen conciencia de que ha llegado la hora del cambio: Madrid no se puede convertir en el laboratorio de la ultraderecha de toda Europa. Estos no se andan con chiquitas cuando se les mete entre ceja y ceja ir a por un enemigo... Los discursos de odio que centran sus conductas violentas e insultos a los colectivos Lgtbi y trans están llegando a unos límites muy peligrosos.

¿Entiende el paso, no le voy a decir que haya sido a un costado, que dio Pablo Iglesias?

¿Se refiere a que sea el candidato de Unidas Podemos en estas elecciones?

Sí.

Sí, lo entiendo... En las elecciones de 2019 Unidas Podemos vivió un momento crítico que a punto estuvo de dejar al partido sin representatividad. Que Pablo Iglesias haya salido al rescate de su partido es un gesto que le honra porque significa que no vive enrocado en una vicepresidencia. Los partidos de la izquierda se tienen que poner de acuerdo para construir otro Madrid.

¿Eso es algo más que un guiño para el día después del recuento de votos?

Aunque solo haya dos años por delante aún es posible apelar a esta opción de izquierda para hacer otro Madrid. Sobre todo, hay margen de sobra para demostrar que se puede hacer unas políticas distintas.

¿Se puede hacer política en un escenario tan envenenado?

Lo que está pasando es un retrato fidedigno de la violencia que se ha ido larvando durante años. Si algo bueno tuvo el debate que se paralizó en la Cadena Ser es que le pudimos ver la cara real de la ultraderecha, sin florituras ni imposturas. Esa es la verdadera Rocío Monasterio. «La de váyase, váyase de España que lo queremos mucho...» es la Monasterio de verdad, no la mujer actoral, compungida, reflexionada, que respira para dentro antes de hablar y con las manos cruzadas en modo Conferencia Episcopal. Yo he sufrido muchas veces sus ataques despiadados en la Asamblea de Madrid y le aseguro que es un mal bicho: Monasterio tiene ese puntito chungo y arrabalero de la ultraderecha. Estos habrán ido a buenos colegios pero atención y oreja pusieron poca... Yo he visto de todo en la vida y casi nada me sorprende ya, pero Blas Piñar era un niñato al lado de estos agitadores de la violencia que quieren influir en la marcha del país desde dentro de las instituciones.