La pandemia del Sars Cov.2 (covid-19) ha revolucionado todos los sectores, incluidos los Laboratorios de Análisis Clínicos públicos y privados acreditados por el Servicio Canario de Salud para realizar análisis multidisciplinarios, ante la necesidad de detectar personas contagiadas de modo rápido con el fin de frenar la propagación de la enfermedad, que ya ha matado a más de 75.000 personas en nuestro país.

La aparición de centros autorizados provisionalmente para hacer pruebas analíticas de covid-19, que se anuncian a la misma escala que los laboratorios de análisis clínicos, podría mermar la imagen de estos últimos y a confundir al ciudadano sobre la fiabilidad de las pruebas que se realizan en cada uno de ellos. Así al menos lo percibe el doctor Manuel Oliver, que pide una difusión correcta del listado de centros autorizados al Servicio Canario de Salud (SCS) y que los laboratorios figuren en primer lugar como garantía de calidad.

“El ciudadano debe saber a dónde va al hacerse una prueba analítica especifica como cuando requiere otro tipo de atención médica”, advierte el especialista ante el temor de que una cuestión de salud como es la pandemia se convierta en algo meramente “economicista” con el perjuicio que conlleva para todos. Y es que en algunos listados que circulan por Internet puede aparecer en primer lugar una asociación juvenil por encima de una clínica y de un laboratorio de análisis clínicos como si en todos las entidades de hicieran las mismas pruebas y el personal que analizara los resultados fuera el mismo.

“Normativas específicas”

El especialista en Análisis, con más de 35 años de experiencia, aclara que los laboratorios de análisis clínicos son instalaciones acreditadas por el Servicio Canario de Salud para hacer análisis multidisciplinarios; en el caso de la covid-19 pueden hacer pruebas PCR, de anticuerpos y antígenos, y con una “normativa muy específica y muy exigente” dada la responsabilidad que conlleva manejar muestras procedentes del cuerpo humano o de otro tipo de especímenes como el coronavirus lo que exige con una prescripción médica debido a su trascendencia

Por contra, los centros autorizados que voluntariamente han querido colaborar con Sanidad para frenar la pandemia solo pueden hacer pruebas covid que no requieren aparataje; es decir, los conocidos como test rápidos, que son capaces de detectar a través de una muestra de sangre o de mucosa, anticuerpos o proteínas del virus, respectivamente, –pruebas de anticuerpos o antígenos-; que no tienen tantas garantías de fiabilidad como la prueba PCR, que requieren de un reactivo inhibidor para que el virus pierda infectividad y eliminar riesgos biológicos al ser tomada la muestra por personal especializado, así como para poder interpretar y analizar los resultados obtenidos. “A los Laboratorios de Análisis Clínicos se les inspecciona periódicamente, se les exige un control de calidad interno y otro externo además de tener seguros de responsabilidad específicos por el tipo de actividad que se realiza y un contrato con una empresa para la eliminación de los residuos”, cuenta Manuel Oliver, sobre las obligaciones que tienen para poder funcionar lo que da garantía de las prestaciones sanitarias que ofrecen.

El especialista advierte que con la pandemia del coronavirus se ha creado “un negocio de la salud”, donde cada establecimiento establece unas tarifas, dado que no se han puesto limites a los centros autorizados provisionalmente que además “van creciendo paulatinamente sin control” frente al carácter de “servicio público” que tienen los Laboratorios de Análisis Clínicos. Un problema que se suma a la monopolización e industrialización que está sufriendo el sector en manos de multinacionales.

Competencia desleal

Manuel Oliver indica que, sin menospreciar el papel que desempeñan en la estrategia de control de la pandemia los centros autorizados provisionalmente, se ha creado una especie de competencia desleal autorizada por el Servicio Canario de Salud que puede menoscabar la credibilidad de los laboratorios, que realizan “un diagnóstico personalizado” de cada paciente, validado además por un facultativo especialista que posteriormente remite los datos de los positivos y negativos al Servicio de Vigilancia Epidemiológica dependiente de Salud publica para el control de contagios. “Nosotros hacemos una entrevista o anamnesis previa al paciente que requiere una prueba analítica para enfocar qué tipo de paciente es; preguntamos para qué la quiere, si ha tiene síntomas, si ha estado en contacto o no con algún positivo, cómo ha sido el contacto, si pertenece a un colectivo de riesgo y/o trabajo estratégico, y en función de eso le hacemos la prueba analítica adecuada, que verificamos por dos aparatos distintos como mínimo para afinar al máximo con el diagnóstico porque yo no me atrevo a dar un positivo si no lo es, o viceversa”, aclara el facultativo para hacer entender que esa “personalización del diagnóstico” da garantía al ciudadano de que se marcha con un resultado correcto, de ahí que las pruebas PCR sean más caras que los tests rápidos, aunque el beneficio para el laboratorio no es tan grande como se cree dado el material a utilizar y el tiempo que se pierde en emitir un resultado seguro. En las pruebas de PCR se informa la carga viral expresada en el índice Ct con la explicación pertinente.

El especialista (Vocal de Análisis en el Colegio Oficial de Farmacéuticos) añade que los laboratorios han realizado además una inversión importante en aparatos para detectar con mayor fiabilidad el coronavirus con pruebas PCR - en su caso más de 100.000 euros en material que sus proveedores han tenido que exportar desde EEUU- ,así como de material de protección para el personal del centro y de desinfección para las instalaciones dado que se trabaja con un virus altamente contagioso, sin olvidar que se puede estar creando una ‘falsa seguridad’ entre la ciudadanía que han dado negativo en un test rápido ya que no tiene “las mismas garantías de fiabilidad” que una PCR.

“Los test de anticuerpos dan muchos falsos negativos en el caso de que no se hagan por técnicas adecuadas de alto rendimiento (Quimioluminiscencia, Fluorescencia) y los antígenos solo detectan si el paciente tiene una alta carga viral”, apunta sobre el peligro de contagio que pueden tener aquellas personas que muestren trazas sin llegar a los niveles exigidos por Sanidad para ser positivo si no se respetan las medidas de protección establecidas.

El facultativo , licenciado también en Derecho, que ha visto pacientes con neumonía atípica, el HIV (Inmunodeficiencia humana) y la Gripe A durante su larga trayectoria profesional tanto en el sector publico y privado , considera que el SARS Cov 2 (covid-19) ” es el peor virus que ha manejado. “Es un virus muy inteligente o ‘raro’ porque lo coge un señor de 90 años , y posiblemente debido a su genética, no le pasa gran cosa; mientras que se contagia un joven de unos 30 años, deportista, y termina en la UVI”, dice el doctor, que recuerda cómo se enfrentaron al mismo los primeros meses de pandemia cuando no había material para protegerse ni se sabía nada sobre el virus que se expandía con total libertad por todo el mundo. “Ni teníamos guantes suficientes para protegernos ni reactivos”, rememora para afirmar que ni la sanidad pública ni privada estaba preparada para una catástrofe sanitaria de este tipo a la que la augura, si no hay una vacunación rápida y masiva, “dos años más”.