La docente y licenciada en Bellas Artes Encarna Cuenca (Albacete, 1958) es la primera persona que preside el Consejo Escolar del Estado que antes ha dirigido un consejo escolar autonómico. En concreto, el valenciano, adonde llegó en 2015 después de pasar por varios cargos en el Ministerio de Educación y la Conselleria de Educación de Valencia. Desembarca con la intención de lograr la unidad de la comunidad educativa, como hizo en Valencia.

¿Cómo es llegar al Consejo Escolar del Estado en una situación como la actual? ¿Cuál es su principal línea de trabajo?

La primera palabra que me viene a la mente es responsabilidad. Cualquier decisión en materia educativa –tanto en los espacios de decisión política como en el aula o en la familia– conlleva un alto nivel de reflexión y acuerdo porque tiene un gran impacto en la vida de las personas. Siendo el Consejo Escolar del Estado (CEE) el máximo órgano de participación de los sectores educativos, la palabra responsabilidad se ve potenciada. Mi intención es poner los intereses del alumnado en el centro de nuestros objetivos. Analizar juntos las necesidades, desde todos los ángulos, y consensuar los puntos en los que debemos trabajar.

¿Se imaginaba asumiendo este cargo? ¿Cree que es un reconocimiento al trabajo en el Consell Escolar de la Comunitat Valenciana (CECV)?

Siempre procuro hacer mi trabajo lo mejor posible allá donde estoy y disfrutar. Me centro en conseguirlo y en llegar a lograr los objetivos. En este caso ha sido lo mismo. Pero además, es la primera vez que se elige para la presidencia del CEE a una persona que preside un consejo escolar autonómico, por lo que puede interpretarse como un reconocimiento, como menciona, al trabajo del Consell Escolar Valencià. Los consejeros y consejeras han hecho gala de capacidad de escucha, de diálogo y de su interés por poner en común su conocimiento para mejorar el sistema educativo. Me siento muy afortunada de haber tenido la oportunidad de trabajar junto a ellos y agradecida por el talante y el buen ambiente creado. Si es un reconocimiento, es compartido con todos ellos y con las instituciones a las que representan.

Al principio de la pandemia se consiguió la unidad de la comunidad educativa valenciana. ¿Persigue trasladar esto al ámbito estatal?

El objetivo de los agentes de la comunidad educativa es claro y compartido: mejorar las condiciones educativas y sociales que permitan conseguir los mejores resultados de todo el alumnado. El ingente trabajo de la Conselleria de Educación, el comportamiento ejemplar del alumnado y la implicación de las familias, junto a la coordinación de los equipos directivos y la profesionalidad del profesorado, sin duda han sido los mejores ingredientes para conseguir esa unidad. Ahora sabemos que esa es la fórmula que funciona: ir juntos. Será útil recordarlo. En estos primeros días me reúno con todos los sectores del CEE para conocer de primera mano sus sensibilidades y, a partir de aquí, elaborar una agenda de temas para reflexionar. Confío que evidenciar que aquello que nos une es mucho más que lo que nos separa, nos hará avanzar hacia los objetivos compartidos.

Dice que en pandemia se ha visto que la fórmula del éxito es que la comunidad educativa vaya a una, pero ¿qué impacto tendrán los últimos meses en el alumnado? ¿Cómo estarán de aquí tres o cuatro cursos?

Es difícil hacer una valoración a tres o cuatro años. Será necesario medir cómo avanza el alumnado para poner en marcha programas de refuerzo, con apoyo de las administraciones pero especialmente con la colaboración de cada claustro en cada centro, pues las condiciones son muy diferentes de unos a otros. Académicamente es muy probable que percibamos pérdidas o problemas de desafección, sobre los que se deberá actuar con mentorías, voluntariado, desdobles... Pero hay otros factores que influyen. Hemos aprendido muchas lecciones útiles ahora y para el futuro: el valor de las TIC, que los espacios se pueden organizar de modos diversos, que el profesorado es capaz de reinventarse ante la adversidad, que el apoyo a las familias para que ayuden a sus hijos es clave y que confiar en las capacidades de nuestro alumnado nos devuelve lo mejor de ellos mismos. Es un momento duro, pero nos ha hecho utilizar nuestra imaginación, ver la importancia de generar conocimiento colectivo y vislumbrar cambios. Debemos preparar a nuestro alumnado para enfrentar retos desconocidos y para que sean conscientes de que los retos colectivos requieren de una participación conjunta sin prejuicios.