La pandemia ha marcado un antes y un después en los erasmus que estudiaban en Castellón durante la primera ola, que ahora recuerdan esa época con nostalgia, pero no ha hecho desistir a otros estudiantes de ese programa educativo europeo que ven una oportunidad para volver a una "normalidad" que añoraban.

Hay algunos que se han aventurado a vivir la experiencia Erasmus en plena pandemia y, en concreto, han decidido hacerlo en la Universitat Jaume I (UJI) de la capital de la Plana, como los italianos Christian Frati y Giulia Gazzi, quienes reconocen a EFE que ven esta experiencia como una oportunidad para "conocer nuevas culturas".

Ser erasmus en la tercera ola

Y no es la primera vez que Frati vive fuera de Italia; de hecho, la pandemia le ha permitido volver a vivir con sus padres durante un tiempo: "Yo viví el primer mes de pandemia en Finlandia, luego volví a Italia y lo pasé bastante bien, porque tuve mucha relación con mi familia, cosa que antes no tenía tiempo por tema de estudios, porque siempre estaba de viaje o trabajando en el extranjero".

Según explica, cuando llegó a España, en enero, tenía la oportunidad de volver a utilizar los gimnasios o "salir con los amigos a tomar algo en los bares", lugares que cerraron a los pocos días y solo podía encontrarse con ellos por la calle o en el supermercado, "como en Italia", lamenta.

Gazzi sí que es nueva en estudiar fuera de casa, y a pesar de que al principio no le parecía una buena idea, lo ha visto como una oportunidad para conocer la cultura y la lengua española: "Si no lo hubiera hecho, seguro que me habría arrepentido", confiesa a Efe.

La experiencia va por barrios

No obstante, para los erasmus que estuvieron en el principio de la pandemia en Castellón, la experiencia que pudieron vivir en la ciudad la volverían a repetir, pero "sin pandemia".

Una de ellas, la chilena Magdalena Ramírez, decidió volver a su país por la duda de si los vuelos se cancelaban "otra vez", como le ocurrió en contadas ocasiones, y también por "la monotonía y el aburrimiento, al no poder viajar ni ir a la universidad" en la capital castellonense. "Me gustaba estar de intercambio, pero algunos compañeros de Erasmus empezaron a volver a sus casas y me sentí muy encerrada en el piso -reconoce a EFE-. En Chile también tuve que estar en casa, pero la naturaleza que hay alrededor de mi casa y el patio que tenemos ayudaba a parar la claustrofobia".

En cambio, a la italiana Camilla Massari le supo a poco su estancia en España: "Aquí encontré el amor, y gracias a eso pude estar viviendo más tiempo con una familia encantadora, en casa de mi novio, y lo echo mucho de menos, pero quería ver también a mi familia y a mis amigos, aunque volveré a Castelló en un futuro", asegura.

El colombiano David Payares se quedó durante más tiempo y, de hecho, ahora trabaja en un proyecto de investigación en la UJI: "Mi Erasmus consistía en estar en varios países, para trabajar en mi tesis. La pandemia me pilló en España, y no pude ir a Alemania a continuar con la parte del intercambio, por lo que decidí quedarme aquí y seguir con mi tesis", comenta a Efe.

"Los seis primeros meses del intercambio fueron agradables, disfruté mucho, y me habría gustado seguir haciéndolo, sin pandemia. Cuando las restricciones se levantaron un poco aproveché el verano para ir a la playa y ver a algunos compañeros, por lo que me siento satisfecho de lo que he podido vivir", continúa.

A pesar de que las restricciones actuales no son como en la primera ola, los nuevos erasmus desean que "todo vuelva a lo que era un intercambio y poder conocer gente".