Canarias fue la cuarta comunidad donde más creció en 2020 el número de personas atendidas por el sistema público de dependencia, un 7,18 por ciento, nueve veces más que la media (0,81 %), pero las islas siguen a la cola en la mayor parte de los indicadores, según el informe que publica cada año la Asociación Estatal de Directores de Servicios Sociales.

De hecho, Canarias es la comunidad con menor cobertura de potenciales beneficiarios del sistema estatal de atención a la dependencia, con una tasa del 11,64 %, seis puntos inferior a la media nacional (17,96 %), y la segunda con peor valoración global de su sistema, con un 2,1, solo por delante de Cataluña, que se hunde este año a la última posición, con una nota de 1,4.

Sin embargo, pese a su mal punto de partida, el informe de este año reconoce a Canarias sus avances durante 2020.

Las personas atendidas por el sistema crecieron de 23.390 a 25.070 (1.680 más, un +7,18 %), las valoraciones aumentaron de 37.916 a 38.655 (739 más, +1,92 %) y solicitantes con derecho a prestación reconocido subieron de 32.430 a 33.152 (722 más, +2,23 %).

A juicio de los responsables de este informe, ello "da muestra de que el sistema funcionó con regularidad a pesar de las circunstancias tan adversas en las que se desarrolló como consecuencia de la pandemia por covid-19".

La tasa de personas desatendidas o en el limbo (las que tienen el derecho reconocido a una prestación o servicio, pero aún no lo reciben) retrocedió el año pasado en las islas en más de 1.000 personas, tanto por las atenciones realizadas como por el gran número de fallecidos a la espera de recibir la prestación (1.045).

"Con todo, Canarias sigue teniendo la tercera peor tasa limbo de todo el país, con el 24,4 %, y de continuar el ritmo de las atenciones de los últimos tres años, tardaría 4,3 años en absorberla definitivamente", apuntan los responsables del informe.

Durante el año 2020 Canarias contabilizó 2.494 nuevas prestaciones, de las cuales el 80 % fueron prestaciones económicas vinculadas a un servicio (2.001) y el 20 % restante prestaciones económicas para cuidados en el entorno familiar (368) o prestaciones de promoción de la autonomía personal (208).

Según los autores de este informe, Canarias "tiene una cartera de servicios muy orientada a las prestaciones residenciales (residencias, centro de día, prestaciones económicas vinculadas a un servicio) echándose en falta la contribución de servicios de proximidad tales como la ayuda a domicilio, que apenas ocupa el 0,1 % de su cartera".

Esta asociación calcula que en 2020 el archipiélago generó 700 nuevos empleos asociados a los cuidados de dependencia, lo que supone un incremento interanual del 14 %, "como consecuencia fundamentalmente del fuerte incremento operado en las prestaciones económicas vinculadas a un servicio, que ocuparon el 80 % de las nuevas prestaciones realizadas durante el 2020".

De acuerdo con sus estimaciones, en Canarias se generan 34,9 puestos de trabajo por cada millón de euros invertido en dependencia, muy cerca de la media nacional (35,3 puestos), y el sistema genera a las administraciones públicas ingresos por valor de 63,6 millones de euros en forma de cotizaciones a la Seguridad Social, IRPF de los trabajadores o recaudación de IGIC por los servicios prestados, lo que significa que se recupera el 39,7 % del gasto público total efectuado en esta materia.

Durante 2020, en las islas creció ligeramente la tasa de personas atendidas por cada 1.000 habitantes, hasta 11,78, sin alcanzar aún la mitad de la media nacional (24,28), lo que, a juicio de los responsables de este informe, "refleja gráficamente el enorme recorrido que aún le queda por recorrer al sistema de dependencia en Canarias".

"De igual forma, se redujo igualmente la relación de personas desatendidas con derecho reconocido por millar de habitantes hasta situarse en valores de 243,79, la tercera peor tasa de todo el país", añade la Asociación.

El promedio de gasto por dependiente en Canarias se sitúa en 6.028,23 euros anuales, tras haber descendido por quinto año consecutivo, para situarse un 7 % por debajo de la media nacional, "como consecuencia de la importancia que asumen en su cartera de servicios atenciones de menor coste económico, tales como las prestaciones para cuidados en el entorno familiar", que son el 36 %.

El gasto público por habitante en servicios de atención a la dependencia se mantiene en Canarias en unos 67,20 euros, un 56 % inferior a la media nacional (152,84 euros/habitante), "lo que da muestra del camino de mejora que aún le queda por recorrer a sistema de la dependencia en Canarias", añade el informe.

El sistema de atención a la dependencia tiene un coste anual en Canarias de 201,67 millones de euros, cifra que en un 68,55 % cubre la comunidad autónoma y en un 15,2 % el Estado, mientras que los propios beneficiaron aportan un 16,3 % en forma de copagos.

Casi 5.100 dependientes murieron en Canarias durante la pandemia, un 10 % más

Las Palmas de Gran Canaria, 15 mar (EFE).- Un total de 5.088 personas con solicitud de dependencia murieron en Canarias de marzo a diciembre de 2020, durante los meses de la pandemia de coronavirus, un 10,06 por ciento más de lo esperado en comparación con las cifras de años anteriores, según el informe sobre dependencia que publica la Asociación Estatal de Directores de Servicios Sociales.

Una vez excluidas las 271 personas que no acreditaban situación de dependencia (sin grado), la cifra de fallecidos se situó en 4.817, entre personas con derecho y personas pendientes de resolución de grado, precisa este colectivo profesional.

De ellas, el 68,1 % recibían atención pero el 31,9 % restante formaba parte de la lista de espera; concretamente, el 8,8 % (290) estaba a la espera de resolución de grado y el 23 % (755) tenía ya el derecho reconocido, pero aguardaba la resolución de prestación.

"En definitiva, entre marzo y diciembre, en Canarias fallecieron 1.045 personas en lista de espera, sin ser atendidas", añade el informe.

La Asociación Estatal de Directores de Servicios Sociales precisa que, "en general, la tasa de mortalidad ha sido superior a lo esperado" en comparación con las medias de años anteriores.

"Sin embargo, el exceso de mortalidad es notablemente superior entre las personas atendidas en residencias que entre aquellas que son atendidas en sus domicilios", añade.