Rosa María Aguilar es la segunda mujer que ostenta el cargo de rectora de la Universidad de La Laguna desde su fundación en 1927. Esta licenciada en Informática dirige la institución académica desde mayo de 2019 después de un proceso de elecciones en el que compitieron tres mujeres, tan solo un detalle que muestra el rumbo que está tomando el centro lagunero.

Pero Aguilar alerta: “En las universidades privadas hay más mujeres rectoras que en las públicas; porque en las privadas te eligen para acceder al cargo y en las públicas te tienes que presentar, lo que demuestra la poca confianza que tenemos en nosotras mismas”. “Nos encontramos en un mundo masculino y dudamos mucho de nosotras mismas”, explica la rectora y, por eso, anima a las niñas a fijarse en los modelos de mujeres de éxito que tanto proliferan en la actualidad. “Es fundamental que los niños y las niñas despierten y que sueñen con lo que desean”, concluye.

A pesar de que la conmemoración de este año ha estado marcada por la pandemia, Rosa Aguilar afirma que “lo importante es reivindicar una vez más la igualdad real entre hombres y mujeres, no hay que perder de vista el objetivo”. La rectora explica que “la ULL es un reflejo de la sociedad y tenemos una mochila social que nos hace tener diferentes roles según seamos hombres o mujeres; eso es lo que hay que cambiar”. Y para eso la ULL organiza actividades desde el pasado viernes.

De manera personal, Aguilar apuesta por “visibilizar que el talento no tiene género y que todos debemos aportar a la sociedad en igualdad de condiciones”. Precisamente la época actual marca grandes retos para la sociedad y para abordarlos “hace falta ser creativos y la creatividad solo se desarrolla en entornos heterogéneos, con personas que piensan diferente por lo que, para encontrar soluciones, debemos contar con equipos en los que trabajen en igualdad de condiciones hombres y mujeres”. Ante la dificultad con la que se encuentran las mujeres de acceder a los mismos puestos de responsabilidad que el hombre, la rectora habla de “techo de hormigón” porque “es realmente difícil romperlo”.

Sin embargo, Aguilar resalta la forma de liderazgo que puede llegar a ejercer una mujer en un cargo como el de rectora. “Se trata de un liderazgo más horizontal y dejo que todos den un paso adelante, sean creativos, que trabajen y se equivoquen y no me importa hacer míos los errores de los demás porque justamente al dejar hacer es cuando generamos la creatividad y las nuevas ideas”. En este sentido, afirma no sentirse amenazada, “siempre que los que trabajan conmigo sepan resolver los problemas a los que nos enfrentamos”. “Soy empática, escucho mucho, incluso a los que no piensan como yo y no comparten mis soluciones, pero sigo tratando de entender el por qué, no sé si se debe a esa mochila de cuidadora que cargamos las que somos mujeres y por la que también siempre estamos tratando de entender por qué las demás personas actúan de una determinada manera”, relata la profesora quien añade que, una vez ocupó el cargo de rectora, sufrió de nuevo la falta de confianza, “al igual que me sucedía en clase, cuando el profesor no me sacaba a la pizarra a pesar de que me sabía la lección”.

“En determinadas situaciones aún hoy parece que la mujer no es la interlocutora idónea”, sentencia Rosa Aguilar, quien sostiene que “esa tendencia hay que romperla”. A pesar de todo ello, la rectora reconoce que “no sé si lo que puedo aportar al Rectorado tiene que ver con mi género porque desde mi punto de vista el talento no lo tiene”.

A las mujeres les cuesta creer en ellas mismas. Eso es lo que afirma la rectora quien sostiene que “damos un paso adelante cuando la situación ante nosotras es de deterioro y sentimos que debemos ayudar”. Eso fue lo que le sucedió a ella cuando decidió presentarse a las elecciones para ocupar el cargo.

Pero lo cierto es que el puesto más importante de esta institución lo ostenta ahora una mujer y, como ella misma afirma, “la universidad es un reflejo de la sociedad, solo que aquí somos más críticos, tenemos libertad de expresión y demostramos nuestras ganas de igualdad”, por lo que el futuro es esperanzador. “La ULL es punta de lanza en temas de igualdad, estamos haciendo las cosas bien”, sostiene la rectora y recuerda que la institución fue de las primeras en contar con un plan de igualdad con el que tratan de “romper los estereotipos que hay en la sociedad y que, por lo tanto, también existen en la universidad”.