Tenerife será la sede del prototipo de un novedoso telescopio, con tecnología inédita hasta el momento, que permitirá buscar vida en otros planetas. El prototipo de este telescopio, denominado mini-Exolife Finder (mini-ELF, abreviado), se encuentra en estos momentos en fase de diseño y el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) espera que empezará a construirse el año que viene en el Observatorio del Teide.

La idea es que Tenerife albergue este telescopio, que medirá unos 3,5 metros, para probar la sofisticada tecnología de espejos de la que estará formada. Este prototipo es “10 veces menor que el siguiente paso”, la construcción de un telescopio de entre 40 y 60 metros de diámetro que permitirá buscar vida en el universo de una forma nunca antes vista y que se denominará Exolife Finder, es decir, ELF. Eso sí, para eso aún queda un largo camino por recorrer que tan solo ha empezado.

“El camino es largo, porque lo que se pretende es utilizar nuevas tecnologías de espejos, menos costosos que la tecnología actual”, explica el director del IAC, Rafael Rebolo, que afirma que la idea es que el telescopio final pudiera instalarse en el Observatorio del Roque de Los Muchachos, en La Palma. MiniELF es un proyecto que forma parte de los “Grandes Telescopios” de IACTEC y con el se pretende escudriñar las atmósferas de los planetas lejanos en busca de signos de vida de cualquier tipo.

“Ya hemos avanzado el proyecto a nuestro comité de investigación, que asesora al Consejo Rector, y lo han visto con buenos ojos”, adelanta Rebolo, que afirma que este año volverá a presentar el proyecto porque “ya tenemos el diseño conceptual un poco más avanzado”. El proyecto está en manos, de momento, de tres grandes instituciones internacionales: la Universidad Hawai, el Instituto de Astrofísica de Lyon, dependiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas de Francia (CNRS), y el IAC. Además, no se cierran a poder albergar otros posibles socios.

“Tenemos la voluntad de desarrollar este nuevo concepto”, asegura el astrofísico, que señala que conseguir ese acuerdo de construcción del prototipo en El Teide es fundamental, pues requerirá años poder constatar la idoneidad de la tecnología. Lo interesante, según Rebolo, es que además, España va a estar involucrada con el nuevo Centro de Sistemas Ópticos Avanzados (CSOA) ubicado en las instalaciones del IACTEC. “Es una herramienta clave para establecer colaboraciones internacionales”, señala el director del IAC. Porque este tipo de contratos y proyectos son vitales para la ciencia que se realiza en el Astrofísico, así como para su repercusión en el mundo. “El Instituto es un centro de investigación moderno, dinámico y de excelencia, y la ciencia no se puede hacer al margen de los centros más avanzados que nosotros o nuestros iguales”, insiste Rebolo. Por esta razón, además de este novedoso telescopio, Canarias está hoy pendiente de la construcción de cinco grandes telescopios que, cada uno en su campo, podrán mantener a Canarias en la vanguardia del estudio de la cúpula celeste.

Cherenkov Array (CTA).

Uno de los proyectos que está más adelantado es el Cherenkov Telescope Array (CTA), un proyecto científico que propone la construcción de un detector de rayos gamma de muy alta energía de nueva generación en un inmenso rango de energía. Para abarcar todo el planeta, el proyecto incluye la construcción de dos matrices de telescopios Cherenkov, uno en el hemisferio sur – ya construido en Chile– y otro en el hemisferio norte, en el Observatorio del Roque de los Muchachos en La Palma. “Es una instalación científica estratégica para Europa”, explica Rebolo, que se congratula porque ya lleve varios años construyéndose. Una vez culminada la construcción de todas sus piezas, el CTA ayudará a explicar el mecanismo de los púlsares (estrellas que emiten radiación periódica), la transferencia de materia en sistemas binarios formados por dos objetos, el funcionamiento de las Galaxias Activas o la identidad de la materia oscura.

Telescopio Solar Europeo (EST).

Diseñado para ser construido en el Observatorio del Teide, el Telescopio Solar Europeo (EST, por sus siglas en inglés), aún espera lograr el acuerdo de construcción. Este proyecto incluye a más de 15 países, y probablemente acaba involucrando incluso a Ásia. Este telescopio de 4 metros estará optimizado para estudios del acoplamiento magnético entre la fotosfera profunda y la cromosfera superior del Sol. En otras palabras, aumentará de manera significativa la capacidad de observación de nuestra estrella, permitiendo comprender profesos fundamentales que controlan la física del plasma de su atmósfera. “Los próximos dos años tenemos la ambición de lograr un acuerdo para su construcción, instalación y operación científica”, asegura Rebolo. EST representa una inversión de unos 200 millones de euros para su construcción (6 años), así como unos 10 millones de euros anuales para su operación, por espacio de unos 30 años. El IAC estima que la construcción de este telescopio podría significar un retorno económico para Canarias de unos 54 millones de euros durante el periodo de construcción, y de unos 364 millones de euros durante los 30 años de operación. En cuanto al efecto sobre el empleo, se generarían unos 10.565 nuevos puestos de trabajo de un año de duración en Canarias. Estos empleos se generarían tanto el periodo de construcción, como durante el periodo de operación que se estima en unos 30 años.

Nuevo telescopio robótico (NRT).

El Teide también espera poder albergar un telescopio robótico de 4 metros de diámetro, “el más grande de su clase en el mundo”. El Instituto de Astrofísica está trabajando en un acuerdo que cierre el lugar de construcción, instalación y operación para el nuevo telescopio robótico (NRT, por sus siglas en inglés). “Tenemos un acuerdo vigente para los desarrollo de diseño, pero tenemos que lograr el de construcción”, señaló Rebolo. Forman parte del consorcio la Universidad de Liverpool John Moores (LJMU), la Universidad de Oviedo y el IAC. El proyecto requiere importantes avances tecnológicos en diversas áreas de óptica, mecánica, electrónica y software, en particular el desarrollo de un sistema de control robusto, fiable y eficiente. Este telescopio será el mejor preparado para acceder a importantes fenómenos físicos en las áreas de ondas gravitacionales, planetas fuera del sistema solar y supernovas. Con financiación del Gobierno de Canarias, en 2018 se dieron los primeros pasos para la creación del equipo técnico que será responsable de articular la participación del IAC en el proyecto. En la actualidad, el equipo lo forman ingenieros altamente especializados en las áreas de sistemas, mecánica y software. Dicho grupo ha trabajado en estrecho contacto con el equipo de LJMU y ha tenido una participación destacada en la elaboración de la primera versión del diseño preliminar presentada en diciembre de 2018.

Telescopio de Treinta Metros.

El Telescopio de Treinta Metros (TMT, por sus siglas en inglés) es sin duda la joya de la corona de todos estos proyectos de construcción. Sin embargo, también es el que más problemas está atravesando. “Tenemos un acuerdo para que, en caso de que ellos decidan instalarse en La Palma, lo puedan hacer”, explica Rafael Rebolo, que indica que “las licencias ya están concedidas”, así que la decisión corre a carbo del nuevo gobierno de Estados Unidos. Serán varias comisiones, en el transcurso de un año, las encargadas de decidir si continúan adelante con este proyecto de “gran ciencia”, o se lo ceden a La Palma. “Lo que nos han dicho es que necesitan bastante tiempo para evaluar todas las inversiones”, explica Rebolo. Y es que el gobierno de Joe Biden no solo tiene este proyecto, sino al menos otros 20 que cuentan con la consideración de “gran ciencia”. Cada uno de los comités tardará al menos seis meses en hacer sus evaluaciones pertinentes, por lo cual el director del Astrofísico considera que hasta verano de 2022 no habrá una respuesta clara en relación a su emplazamiento. El Telescopio de Treinta Metros nació con el objetivo de ser el telescopio terrestre más avanzado y potente de la historia, así como el telescopio óptico infrarrojo más grande del hemisferio norte que existirá en ese momento. Se incluye entre los denominados de tipo Telescopio Extremadamente Grande por el diámetro de su espejo. Con el TMT, los astrónomos podrán observar más allá en nuestro universo, llegando incluso hasta el comienzo de los tiempos. El TMT permitirá, además, a los astrónomos descubrir e identificar en profundidad planetas que orbitan estrellas distintas al sol. De esta manera, se podrán examinar estos planetas para detectar señales de vida fuera de la tierra, pudiendo ser este uno de los descubrimientos más importantes de todos los tiempos.