El Gobierno no tiene intención de excluir al jamón o al queso del etiquetado frontal de colores y letras Nutriscore, como han pedido las patronales de ambos alimentos tras conocer que España prevé que el aceite de oliva quede fuera del sistema. Fuentes del ministerio de Consumo han señalado este miércoles que no se va a ceder a las presiones de los lobbies y que, dado que el etiquetado es voluntario, porque la UE aún no ha decidido que sea obligatorio, cualquier sector puede autoexcluirse si lo considera oportuno.

Eso sí, dichas fuentes han dejado claro tanto al jamón, como al sector quesero y cualquier otra industria que quiera eludir el etiquetado, que "lo razonable" es adaptarse al mismo porque, tarde o temprano, lo previsible es que la UE lo haga obligatorio.

Dichas fuentes consideran además que el caso del jamón o del queso es distinto al del aceite de oliva puesto que este último alimento tiene "propiedades nutricionales" no reconocidas por el algoritmo a través del cual Nutriscore otorga una letra de la A a la E y un color a cada producto (del verde al rojo) y es un alimento esencial en la dieta mediterránea.

La petición

Por eso, el Gobierno ha trasladado al resto de países que conforman el Comité de Gobernanza de Nutriscore precisamente eso, con el objetivo de que una vez que España apruebe el etiquetado y pase a formar parte de los países que rigen este sistema, ninguno de ellos obligue a los productores de aceites españoles a implementar el Nutriscore, que otorga una C al aceite de oliva y lo equipara por tanto a otros aceites como el de colza.

Pero en ningún caso, según el Ministerio de Consumo, se va a proceder igual con otros alimentos y se va a "mentir" al comité científico para que haya otras exclusiones, por muy "famosos" que sean los productos en España.

Las presiones

Dichas fuentes han reconocido que está habiendo "presiones" por parte de los productores que obtienen mala nota en sus productos, pero han reafirmado la determinación del Gobierno de regular el etiquetado antes de finales de año porque es una medida que forma parte del acuerdo de coalición y porque aunque el sistema Nutriscore tiene deficiencias, es el que tiene mayor apoyo dentro de la comunidad científica.

Si bien, son muchos los nutricionistas que se oponen, con el argumento de que es un sistema confuso y puede ocurrir como cuando se implantó la etiqueta 'light', que el consumidor entendió que podía consumir sin límite dichos productos y aumentó la obesidad. Asimismo, reconocidos nutricionistas denuncian que es el sistema preferido por la industria, porque se puede modificar la cantidad de ciertos componentes como el azúcar o la sal y así obtener mejor nota.

La polémica

Es tal la polémica creada en torno a Nutriscore, dentro y fuera de España, con países como Italia entre sus principales detractores y Francia, que ya lo ha implantado, entre sus defensores, que la previsión de Consumo de implantarlo en España antes de finales de año incumple el calendario inicial del ministro Alberto Garzón, quien aseguró que se aprobaría en el primer cuatrimestre de este año.

La regulación es necesaria puesto que, aunque sea voluntario, si una empresa decide poner el etiquetado en uno de sus productos, tendrá que aplicarlo en todos, no como ahora que solo se encuentra en aquellos alimentos más saludables del supermercado.

Además, la pretensión de Garzón es que una vez esté regulado, se prohíba la publicidad de los alimentos infantiles que obtengan mala nota.