El cambio climático ha colocado a Canarias en una situación crítica. Expertos de diversas áreas ponen de manifiesto las evidencias de este fenómeno que avanza sin freno y ante el que las Islas se perfilan como áreas especialmente vulnerables. Esta es solo una de las conclusiones que se obtuvo ayer en la tercera sesión de Encuentros con el futuro, el ciclo de conferencias organizado desde el pasado mes de diciembre por el Consejo Social de la Universidad de La Laguna (ULL) y que ayer versó sobre Cambio climático y medioambiente: desde la emergencia climática otro mundo es posible. Canarias: revisión del estado de nuestra Naturaleza.

La presidenta del Consejo Social de la ULL, María Dolores Pelayo, animó a los participantes a hacerle llegar las medidas que estiman oportunas para restablecer el equilibrio climático en Canarias y que se incluirán luego en un documento que este órgano presentará ante las administraciones canarias “para que tomen nota de cómo se encuentra nuestra tierra”. La presidenta del Consejo Social recordó que “estamos en un momento dramático, pero los seres humanos hemos sabido salir de circunstancias peores” y por eso confirmó que las demandas realizadas ayer “no van a quedar en palabras, sino que daremos un aldabonazo a los poderes públicos para que actúen”.

El secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, destacó en su intervención que estas jornadas se producen “en el momento adecuado para abordar este concepto global, así como los compromisos que conlleva la toma de conciencia del cambio climático”. Destacó que Canarias “es un espacio muy adecuado para esta reflexión porque siempre ha estado muy vinculada al aprovechamiento de los recursos naturales” y es ahora cuando “debemos reflexionar sobre si este aprovechamiento se ha hecho de manera adecuada” y “parece que el planeta nos está respondiendo que no ha sido así”.

Por todo ello, animó a “repensar la forma de aprovechar los recursos para que esta acción sea lo más sostenible posible de cara al futuro”. Hugo Morán invitó a toda la sociedad a sumarse a esta reflexión que conllevará el cambio de paradigma y afirmó que “estaremos atentos a las conclusiones de estas jornadas y le sacaremos el máximo rendimiento posible para abordar el cambio climático”.

La rectora de la ULL, Rosa María Aguilar, afirmó que la institución académica “está comprometida con la sostenibilidad y busca promover medidas que mitiguen el cambio climático a través de la docencia, la investigación, la adaptación de las infraestructuras y apoyando posturas en esta materia ante las instituciones públicas”.

Aguilar reflexionó sobre “esta situación de precariedad medioambiental” que “es fruto de la inconsciencia colectiva y la falta de educación ambiental”. Para tratar de revertir esta situación, la ULL “apuesta por impulsar objetivos de desarrollo sostenible” y anima a luchar contra el cambio climático “con formación e investigación”. La rectora declaró que “la ULL está preparada para asumir toda clase de retos porque trabajar por un futuro mejor es parte de nuestra forma de ser”.

La catedrática en Edafología y Química Agrícola de la ULL, María Luisa Tejedor, abordó el problema de la desertificación en Canarias y alertó de que las zonas con riesgo de sufrir este fenómeno está aumentando notablemente en todo el planeta: “En 30 años ha crecido un 3,4%, es una barbaridad”. La experta reconoció que se trata de un “fenómeno complejo” porque “es un problema social y también de desarrollo” en el que inciden sectores como la agricultura, la economía, la educación o la ordenación del territorio y precisamente por eso “realizar un plan contra la desertificación es muy complicado, porque conlleva el trabajo conjunto de numerosos sectores”. Tejedor explicó que, en Canarias, absolutamente todo el territorio de Lanzarote y Fuerteventura se encuentran en riesgo de desertización, así como el 90% en Gran Canaria o el 80% de El Hierro. “Son áreas con riesgo y evidencias claras”, sentenció.

La joven Victoria Ballesteros, miembro de la asociación Girls in Sciencia 4 SDGs, manifestó su preocupación por problemas futuros que el cambio climático puede traer y que no se están considerando, como los virus y bacterias que pueden aflorar con el deshielo de los polos. En su intervención durante la mañana pidió paso para que los más jóvenes puedan cambiar el actual modo de vida y sistema socioeconómico: “Tenemos muchos recursos y una juventud comprometida, pero hay miedo al cambio”.

Parques Nacionales

La jornada comenzó con una mesa redonda en la que participaron los directores de los cuatro parques nacionales canarios. El director del Parque Nacional del Teide, Manuel Durbán, realizó un pormenorizado resumen sobre las estaciones que existen en este espacio y que permiten examinar la magnitud del cambio climático en la cumbre tinerfeña. Junto al aumento de la temperatura, explicó, se encuentran otros elementos que han cambiado notablemente, como es el caso de las precipitaciones cuyo descenso está provocando “importantes periodos de sequía” siendo 2012 el año de mayor sequía registrada hasta ahora, con tan solo 50 litros en 12 meses.

“Este proceso de arificación tiene consecuencias en el medio natural y por eso estamos realizando un monitoreo de determinadas especies”, indicó el responsable del Parque Nacional ubicado en Tenerife, quien se centró en el problema que presentan especies como la retama que “están sufriendo una situación de estrés, con un crecimiento ralentizado, lo que se traduce en que, desde 2014, se están produciendo situaciones graves que generan procesos de muerte súbita”. Manuel Durbán recordó que “la rotura del equilibro ecológico es, sin embargo, favorable para otras especies” que han conquistado este espacio debido a los cambios de temperatura que se están produciendo, como es el caso de la barrilla que, a pesar de ser una planta de costa, crece ahora en el Parque Nacional del Teide. Por todo ello, Durbán concluyó que, “en mitigación del cambio climático, los parques nacionales podemos hacer poco” pero resaltó que es importante mostrar la realidad de estos espacios para alertar sobre los cambios que se están produciendo.

El director de la cátedra de Reducción de riesgos de desastres y ciudades resilientes, Pedro Dorta, alertó de que las islas “son territorios especialmente vulnerables al cambio climático” y es una afirmación que ya muchas publicaciones especializadas avalan. En el caso de Canarias, explicó que se está produciendo un incremento de la temperatura del océano Atlántico, “lo que puede favorecer la aparición de tormentas tropicales” y por ello alertó sobre la necesidad de adaptación al cambio climático que hay que realizar en espacios como el Archipiélago donde los impactos de esta tendencia “son severos y lo serán aún más en las próximas décadas”.

Dorta concluyó que “el cambio climático ya no es reversible, por lo que es urgente actuar en su mitigación de forma global y en la adaptación a esta situación de manera local”. Advirtió además de que “los costes serán muy importantes en las islas” y los cambios que realice la sociedad y los poderes públicos “han de ser irremediablemente drásticos”.

El director de la Fundación Loro Parque, Javier Almunia, dio a conocer los proyectos Cambio y Biomar en la charla que supuso la clausura de la sesión de mañana. Ambos programas han sido diseñados para investigar los efectos del cambio climático en las aguas y costas canarias y son un ejemplo de colaboración público-privada. “Es un gran proyecto medioambiental que busca monitorizar y mitigar el cambio climático europeo desde Canarias”, relató el director quien, al igual que otros participantes en el foro, confirmó que “hemos perdido muchas oportunidades en 30 años de tratar de revertir la tendencia”. Por ello, la Fundación Loro Parque trata de aunar fuerzas con estas acciones “para poder monitorizar el cambio climático y como afecta a especies críticamente amenazadas en Canarias”. Con estas acciones se pretende crear un red de monitorización que permita poner en marcha campañas oceánicas de bajo coste para alimentar los modelos matemáticos que estudian el cambio climático en la actualidad y que determinen cómo será su evolución en las Islas.