La pandemia ha reducido un 10% los nuevos pacientes que se incluyen durante el año en alguna de las tres listas de espera sanitarias: quirúrgicas, consultas o pruebas diagnósticas. De hecho, aunque los pacientes en lista se han reducido y a finales de diciembre eran 24.494 –un 5,1% menos que en 2019–, parte de esta reducción tiene que ver con el menor número de consultas presenciales y sus consecuencias en todo el sistema. “Los profesionales se han dejado la piel para seguir operando”, señaló Conrado Domínguez, director del Servicio Canario de la Salud (SCS). Pero la realidad es que aún con todo, la pandemia ha reducido “entre un 10 y un 15% el número de pacientes que se incluyen en las listas de espera”.

“Todo este año está claramente marcado por la evolución de la pandemia, los datos no pueden abordarse sin tener en cuenta este fenómeno”, señaló el consejero de Sanidad, Blas Trujillo, al tiempo que agradeció el esfuerzo de los profesionales “para dar respuesta a todas esas situaciones que necesitaban una atención propia como las urgencias o patologías oncológicas”.

Esta situación también deriva del incremento de consultas telefónicas (un 269,5% más), que al fin y al cabo, no permiten que una persona “entre en lista de espera”, como señaló Domínguez. Esto explica que, aunque las consultan hayan sido prácticamente las mismas que en el año anterior (3.172.178 frente a las 3.187.234), las intervenciones totales se hayan reducido un 16,6%. Aún quedan 104.657 pacientes aguardando su primera consulta, lo que supone un 26% menos que en el año previo, pero un 9,5% más que en junio. Esto tiene que ver con una recuperación lenta de los niveles de asistencia sanitaria que se venían teniendo antes de que estallara la crisis.

El mayor descenso se ha producido en la concertada, que este año ha realizado un 19,4% menos de intervenciones quirúrgicas, en parte porque apenas tuvieron actividad durante los meses de confinamiento. Pero el descenso del volumen de cirugías en el Servicio Canario de la Salud (SCS) no se queda atrás. Estos procesos se redujeron un 16%, pasando de las 94,805 intervenciones realizadas a cierre de 2019 a las 79.214 de este año.

Este efecto dominó que provoca que las consultas no se hayan podido hacer como de costumbre también tiene efectos en la cantidad de personas que hoy aguarda por una prueba diagnóstica. En este sentido, la reducción que se produjo ya en junio (pasó a acumular 23.967 pacientes), se consolidó en diciembre, momento en el que apenas quedaban 21.362 pacientes en esta lista de espera, una reducción del 14% con respecto al cierre del año 2019.

El indicador en el que se ha dejado notar más el efecto del coronavirus es en la demora media, que ha pasado a ser de 150,58 días, es decir, cinco meses, aún por encima de los 133,10 que se esperaba en diciembre de 2019. No obstante, este indicador se encuentra en una situación ligeramente mejor que en junio, en el que la demora media se disparó hasta 163,46 días, como consecuencia del parón abrupto de la actividad quirúrgica durante los meses de confinamiento. El incremento de la demora, según Domínguez.

Respecto a la situación por hospitales, el Hospital Universitario de Canarias (HUC) continúa siendo el que más presión de pacientes con necesidad de operar soporta. En total son 8.184 las personas que aguardan en la zona norte de Tenerife y La Palma. No obstante, respecto al mes de junio, el HUC ha realizado un esfuerzo por intervenir a gran parte de los pacientes que llevaban más de seis meses esperando una operación, muchas de ellas retrasadas por el confinamiento.

El escenario que muestra el HUC es la que, en general, ha primado en todos los hospitales públicos de Canarias. Desde junio de 2020, se ha reducido de manera muy importante el número de personas que se encontraban más de seis meses esperando a operarse, pasando de 8.067 a 6.512, un 8%. Sin embargo, en este grupo de pacientes aún es constatable el efecto de la pandemia dado que con respecto al cierre del año pasado se han incrementado en un 10%. En otras palabras, unas 600 personas han visto retrasadas sus intervenciones quirúrgicas como consecuencia de la crisis del coronavirus. El virus emergente, sin embargo, no ha modificado las patologías por las que más se demanda atención médica en las Islas. La mayor parte de los pacientes (un 71%) que esperan su primera consulta especializada se acumulan en cinco especialidades: oftalmología, traumatología, dermatología, rehabilitación y otorrino. Esas mismas patologías son las que luego, durante las intervenciones quirúrgicas, también se llevan la mayor parte del pastel, especialmente traumatología, oftalmología y dermatología, que ostentan las listas de espera más largas de Canarias.