“Los niños pequeños son maravillosos e inspiradores; es en ellos donde vemos lo que es innato en el ser humano”. Con esa pasión habla la profesora tinerfeña de Educación Infantil Beatriz Montañés de las pequeñas personas que han centrado su carrera profesional. La maestra del Colegio Salesianos La Orotava participa en la quinta edición del Congreso Internacional de Comprensión Lectora Infantil y Primaria, que se celebra desde hoy y hasta el jueves de manera virtual para fomentar la lectura y mejorar la comprensión lectora en niños de entre 3 y 12 años.

La organización considera esta edición del congreso la más importante hasta el momento y la docente tinerfeña corrobora estas palabras. “Estamos viviendo algo histórico que ha generado una crisis educativa, sociosanitaria y política y nadie está preparado para vivir semejante adversidad”, sentencia Montañés, quien recuerda que “el cerebro, tanto de los adultos como de los niños, interpreta esta situación como una amenaza pero nuestro afán de superación nos está manteniendo a flote”.

Después de que este congreso tuviera que suspenderse el pasado año ya que coincidió con el inicio de la crisis sanitaria, esta edición se vuelve aún más importante “para ofrecer a las familias herramientas con las que dar luz a los obstáculos que se presentan en la actualidad en el campo de la formación”, expresa la maestra, quien explica que esta edición será eminentemente práctica porque “las familias son las grandes olvidadas pero debemos vincularlas al proceso de aprendizaje ya que en muchas ocasiones damos por supuesto que lo saben todo”.

Por todo ello, Beatriz Montañés mostrará durante su intervención la importancia que tiene el mundo emocional en el fomento de la lectura desde edades tempranas, “más aún este momento”, puntualiza. La docente explica que “el mundo emocional de una criatura está ligado a todas las acciones del día a día” por lo que las familias deben tener en cuenta que los menores “son espejos de nosotros mismos y, si queremos que en los niños se despierte el gusto de la lectura, los adultos deben posicionarse como un referente”. La maestra tinerfeña tratará de descubrir en su ponencia cómo está impactando realmente el enfoque metodológico en la promoción de la lectura porque, afirma, “lo que se lee con emoción no se olvida”.

La maestra defiende la implicación de las familias en el fomento de hábitos lectores

Así, el papel de las familias queda totalmente destacado en discursos como el de Montañés quien afirma que “son una pieza clave y no las podemos dejar a un lado”. Por eso, incide en la importancia de “crear un sentimiento de colaboración y pertenencia en esta tarea” porque la importancia de una buena comprensión lectora ha quedado demostrada: “La mala comprensión lectora conlleva el fracaso escolar y personal por lo que tenemos que centrar nuestras fuerzas en ofrecer opciones metodológicas para llegar más y con mejores recursos a los menores”. Hace hincapié en la importancia de tener en cuenta las necesidades de cada niño, de dónde parte, de sus características y de su contexto sociocultural.

Para lograr esta complicidad con las familias, Beatriz Montañés recomienda hablarles de forma cercana para inspirarles y que vean que son importantes en esta labor. “Cuando un padre no participa en este proceso es que no hemos creado de manera adecuada ese sentimiento de vinculación”, expresa la docente tinerfeña quien trabaja actualmente en el proyecto Educar con el Corazón. El programa ofrece un acompañamiento socioemocional para los alumnos desde los 3 años y hasta Bachillerato o ciclos formativos.

El fin último de Educar con el Corazón es ofrecer recursos para que los jóvenes aprendan a gestionar la adversidad y tengan alternativas que les permitan mirar hacia el futuro “con equilibrio y calma”. “Tratamos de dotar a las criaturas de conocimientos, como la habilidad lectora o las competencias matemáticas o digitales pero también de todos esos otros conceptos que los forman como personas”, relata Montañés, quien recuerda que ahora mismo existen “elementos delicados de los que poco se habla, como el suicidio en edades tempranas. Esos hechos nos llevan a pensar en qué hemos fallado en el acompañamiento de los menores como para que no descubran su mundo emocional y cuenten con los recursos necesarios para pasear por la vida de la manera que les de la gana”.

Una vida de dedicación

Beatriz Montañés estudió Psicopedagogía y, aunque sabía que quería dedicarse a la investigación, decidió probar suerte primero en la educación “para ver qué se cocía en el sector y vivirlo desde dentro; descubrir qué es lo que funcionaba y qué no”. Así, comenzó a trabajar como profesora de Educación Infantil en el Colegio Salesianos La Orotava, donde aún continúa varias décadas después. Reconoce que “durante los primeros años trabajando, descubrí que había muchas cosas que no me gustaba cómo se hacían y supe que a través del mundo emocional de las personas podría afrontar los cambios que consideraba necesarios”. Fue a partir de esa premisa que dio forma a su doctorado y encontró la faceta que, desde entonces, “ha dado sentido a mi vida dentro de la educación”.