El HUC reconvierte a limpiadores y ordenanzas en celadores

Las listas de contratación relegan a los celadores con formación específica y oposiciones aprobadas a los últimos puestos

Trajín de trabajadores en el pasillo de la planta Covid-19 del Hospital Universitario de Canarias.

Trajín de trabajadores en el pasillo de la planta Covid-19 del Hospital Universitario de Canarias. / Andrés Gutiérrez

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Santa Cruz de Tenerife

El Hospital Universitario de Canarias ha reconvertido a sus antiguos limpiadores, ordenanzas y auxiliares de distribución en celadores, una figura inexistente hasta hace apenas unos meses en el centro y que probablemente a partir de ahora sustituirá a estos otros puestos. Sin embargo, al tomar esta decisión para no perder a su personal con mayor antigüedad, el HUC ha relegado a los últimos puestos de la lista de contratación a los profesionales del Servicio Canario de la Salud (SCS) que han estudiado y aprobado una oposición específica y que cuentan con formación y la experiencia en atención al paciente que requiere el trabajo. Así, mientras los celadores sanitarios especializados permanecen en paro y relegados al final de la lista de contrataciones del hospital, quienes están cubriendo estos puestos recientemente incluidos en la plantilla del centro son justamente los limpiadores, ordenanzas y auxiliares de distribución cuyos puestos corrían el riesgo de desaparecer.

Ante la necesidad de crear este perfil que, entre otras funciones, ayuda al personal sanitario, acomoda a los pacientes, lo moviliza, vigila la planta, traslada objetos, o presta servicios de guardia, el HUC puso a finales del año pasado una prueba piloto para “ver si ponían celadores en todas las plantas del hospital”, como explica Silvia García (nombre falso para no desvelar su identidad), una de las celadoras sanitarias afectadas por esta medida de contratación a la que se ha acogido el centro.

El HUC no ha contado hasta el momento esta figura –que sí figura en el resto de hospitales de Canarias– debido a que no existía en el régimen organizativo anterior. Cabe recordar que el hospital formaba parte del extinto Insalud, que controlaba el Cabildo tinerfeño, y que tardó más que el resto de centros en integrarse en el SCS. La incorporación tardía del hospital en el sistema sanitario global de las Islas ha provocado que, por ejemplo, haya aún diferencias en la contratación de efectivos, dos tipos de historias clínicas en funcionamiento en una sola isla y, que algunas figuras, como la del celador, no existiera.

“Entramos a trabajar en el hospital bajo la promesa de que si eso funcionaba íbamos a tener trabajo para toda la vida, dado que es un puesto nuevo y necesario”, explica García. Hasta finales de diciembre, el grupo de nueve profesionales estuvo ejerciendo este nuevo papel sin mayores contingencias en el centro, pero el 31 de diciembre de 2020 no se procedió a concederles la esperada renovación del contrato que tanto se les había prometido. “Nos dejaron en paro”, lamenta González, que narra que, pocos días después, todo el grupo se enteró de que el HUC, desde el 1 de enero, había suplido sus bajas con personal de ordenanzas y de distribución. “Están ocupando los que fueron nuestros puestos de trabajo; sin hacer nada, ni un examen”, denuncia García, que recuerda que “nosotros hemos tenido que pasar por una oposición para optar a este puesto laboral”.

Desde el Hospital Universitario de Canarias defienden la decisión adoptada asegurando que las contrataciones se realizan de acuerdo a los criterios impuestos por el Servicio Canario de la Salud (SCS), que tan solo solicita como requisito básico de acceso que la titulación académica de la persona que quiera acceder al puesto sea al menos de un “certificado oficial de estudios obligatorios o equivalente”.

En este sentido, Jorge Hernández (nombre falso para no desvelar su identidad), también afectado por esta fórmula de contratación que ha sido adoptada en el hospital tinerfeño, insiste en que la formación y la experiencia de quienes han realizado una oposición debe “valer para algo” y señala que el Hospital Universitario no debería “elegir a dedo a quien ponen a atender a nuestros pacientes”. El grupo de afectados, que asciende casi a una decena, señala que incluso se ha llegado a ofrecer uno de estos contratos a conductores. Por esta razón insisten en el riesgo que eso puede implicar en el cuidado de los pacientes que acuden al hospital, pues “nunca han tenido trato directo con ellos, y van a pasar a tenerlo directamente”, indica Hernández.

El HUC ha ido paulatinamente reconvirtiendo a este personal sin formación específica en una categoría intermedia, que han denominado “celador sin atención al paciente”. Esta figura está presente, por ejemplo, en el Hospital del Norte, en el que desde que se abrió, han sido los ordenanzas reciclados quienes han ido ocupando los puestos de celadores en urgencias y planta. De hecho, los que ahora se quieren reconvertir una vez más, ya han sido considerados previamente celadores “sin atención al paciente”. Sin embargo, los denunciantes aseguran que su trabajo ahora va a pasar a ser el que hacían ellos cuando estaban en el periodo de prueba y, en esa labor, atendían a pacientes.

La solución del centro hospitalario para aquellos que no cuentan con “la experiencia previa suficiente para desempeñar las funciones encomendadas”, es, tal y como recibe todo personal de nueva incorporación, darles indicaciones y la formación necesaria para ello. Como explican desde UGT, el problema ha venido fraguándose por la pronta extinción de algunos puestos laborales como los laborales y auxiliares. Y, por esta razón, se les ha ofertado, de manera prioritaria a los trabajadores antiguos del HUC, la “posibilidad de elegir qué tipo de contrato querían a 1 de enero”. Hay dos casos concretos conocidos que formaban parte de la lista de limpiadores y decidieron reconvertir su puesto en celadores.

Aunque el HUC se ampara en que la contratación de estos profesionales tan solo requiere estar en posesión del graduado escolar, lo cierto es que para ejercer como celador en un centro público es necesario pasar primero por una oposición de la categoría. De hecho, el temario publicado por el Servicio Canario de la Salud para las próximas oposiciones –que aún no tiene fecha fijada– contempla hasta 14 temas distintos, entre los que se encuentra el cuidado de un enfermo contagio o el traslado y movilidad de un paciente o las normas de actuación en quirófanos.

Los afectados muestran incluso dudas ante la legalidad de este proceso. “No sé si lo es, pero está claro que no es normal”, concluye García. “No entiendo, nosotros hemos pasado por una oposición para optar al puesto, no es que nos hayamos apuntado a ser celadores”, remarca la celadora.

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