El refranero es muy sabio y ya advierte sobre el carácter cambiante de este mes. No se trata de una simple ocurrencia popular. Basta repasar el histórico del clima para caer en la cuenta de que febrero acapara una serie de episodios meteorológicos realmente extraordinarios. A esta antigua ‘tradición’ se ha unido, ya desde la última década del siglo XX y con una mayor incidencia en los inicios de la presente centuria, un nuevo factor: el calentamiento global.

Lo de Febrerillo loco, con sus días veintiocho no es simple ocurrencia popular. El comportamiento de la atmósfera durante el segundo mes del año dista de ser predecible, por lo que ese apelativo es fruto del cúmulo de episodios meteorológicos extraordinarios que se han sucedido en los últimos siglos, antes incluso del inicio de las observaciones sistemáticas con instrumentos. En el histórico del clima de España, febrero acapara las heladas más temibles; violentos temporales de viento; copiosas nevadas; lluvias catastróficas; densas calimas y también temperaturas primaverales.

A esto hay que añadir un nuevo factor a partir de la última década del siglo XX y desde inicios del XXI: el calentamiento global. Este fenómeno ha borrado de nuestras memorias buena parte del invierno que pertenece a febrero. Y si hablamos de un febrero loco, puede ocurrir de todo en lo meteorológico. El refranero es muy sabio, y ya avisa de lo cambiante que puede ser este mes, con una atmósfera que suele presentar signos de transición del invierno hacia la primavera, y tan pronto hace sol, como se nubla y cae granizo.

1912: lluvia, viento y oleaje.

Un fuerte temporal de lluvia, viento y oleaje se abatió sobre Gran Canaria. Las carreteras quedaron cortadas por la caída de árboles, los teléfonos dejaron de funcionar y corrieron los barrancos. En la capital, el punto más afectado fue el Puerto de La Luz y, en especial, la playa de Las Canteras; las olas derrumbaron murallas de contención arrasando casas hasta llegar al otro lado de La Isleta. Las casetas de madera fueron barridas, las barcas de los pescadores desaparecieron de la arena y en el muelle, el correíllo Viera y Clavijo rompió amarras y colisionó con un carbonero inglés causándole daños. En Tenerife, alamedas, ramblas y líneas telegráficas, telefónicas y eléctricas resultaron con grandes desperfectos. En La Orotava, la caída de un cable de la luz electrocutó a un obrero.

1934; rotura de una represa y ocho muertos.

La rotura de una represa en San Lorenzo (Gran Canaria) desencadenó una de las mayores catástrofes de la Isla. La inundación afectó especialmente al barrio de El Toscón, donde murieron ocho personas, cuatro de ellas menores. Las víctimas residían en dos viviendas situadas en una finca de plataneras colindantes al embalse. Las casas fueron arrasadas por el agua y las piedras. Los fallecidos, dos matrimonios y sus cuatro hijos, se vieron sorprendidos cuando dormían.

1958: corimiento de tierras.

Importantes lluvias superiores a los 700 mm. En Santa Lucía el corrimiento de 15 hectáreas de terreno causó daños importantes en las viviendas y terrenos de cultivos, fundam,entalmente en los pagos de Moriscos y Rosiana.

1958: La Orotava, azotada.

En una hora, un violento temporal de viento arrasó el Valle de La Orotava, produciendo daños por centenares de millones de pesetas.

1966: temporal marítimo.

Costosos daños por el temporal marítimo que azotó Gran Canaria.

1971: lluvias y nevadas.

Temporal con intensas precipitaciones de casi 200 l./m² en 24 horas en algunas zonas de Gran Canaria. En Izaña se recogieron 197 l./m² en 24 horas, el día 12 en forma de nieve, alcanzándose el metro de altura. Intensas granizadas en Güímar. Nevó en El Hierro. El día 26 se registró la temperatura mínima absoluta en Izaña: -9,8 º C. Nevadas en las cumbres de La Palma y Gran Canaria, en la meseta de Nisdafe (El Hierro) y por encima de los 900 metros en Tenerife.

1988: desaparece un matrimonio y su hija.

Un matrimonio y su hija desaparecieron en un barranco de El Hierro al hundirse su coche en la carretera, destruida por el temporal. Las precipitaciones, muy intensas, causaron en la Isla una gran inquietud, al registrarse unos máximos de 590 litros por metro cuadrado en 24 horas.

1989: tromba de agua.

Fuerte tromba de agua sobre la capital grancanaria, donde en 12 horas cayeron 120 l. Alerta roja con derrumbamientos, inundaciones y caos generalizado. El alcalde, José Vicente León, solicitó la declaración de zona catastrófica. El Ayuntamiento evaluó en 1.700 millones de pesetas las pérdidas ocasionadas por las lluvias.

1999: intenso oleaje.

El oleaje rompió el dique del puerto de Los Mármoles, en Lanzarote, y arrasó el muelle de Playa Santiago, La Gomera, causando graves daños en el Paseo Marítimo. La calima cubrió el Archipiélago afectando las comunicaciones aéreas y marítimas. Nieve en las cumbres de La Palma, Tenerife y Gran Canaria, por encima de los 1.500 metros.

2004: calima, borrasca y vientos.

Tras una calima extrema que trajo una plaga de langosta a Lanzarote, una borrasca dio lugar a precipitaciones y tormentas con vientos de 200 km./h en la Caldera de Taburiente, 180 en Vilafor y 140 en Corral de Juncos (San Mateo). Las lluvias más intensas del año en periodo de 24 horas en todo el territorio nacional fueron las registradas en La Palma el día 19 de febrero con 183,6 l./m2.

2005: nieve y granizo.

Importantes nevadas en las islas de mayor relieve con precipitaciones de más de 60 l./m en menos de 12 horas en ciertos puntos, tormentas locales acompañadas de granizo. Incluso, un episodio de calima.

2008: llega una DANA.

Una DANA dejaba nieve en el Teide y en el Roque de Los Muchachos, en La Palma, que fue la isla más castigada por la tormenta de agua. Los municipios de Fuencaliente, El Paso, Tazacorte y Los Llanos sufrieron cortes de luz, igual que sucedió en Hermigua y Vallehermoso (La Gomera).

2010: borrasca y baja tropical.

Un híbrido de borrasca atlántica y baja tropical fue la causa de la riada de febrero de Santa Cruz de Tenerife, una ciudad anegada y colapsada por las lluvias, que llegaron a descargar cerca de 200 litros, convirtiendo calles y barrancos en ríos, inundando establecimientos, cortando carreteras y creando el caos. En Santa Cruz de Tenerife cayeron en una hora 41 litros; en La Laguna, 213 en 7 horas, y en Anaga. 253 en 12 horas.

2011; corte de suministro eléctrico.

El día 18, una profunda borrasca afectó de forma severa el Archipiélago. Unos 900.000 habitantes de Tenerife se quedaron sin electricidad. El 26 se activa la alerta roja en las cumbres y naranja en el resto al paso de la tormenta Xynthia. Señales de tráfico arrancadas, árboles desprendidos y torretas de media tensión afectadas. Los vientos, a rachas huracanados, sobrepasaron los 150 kilómetros por hora en algunos puntos de La Palma y Tenerife. Los cortes en el servicio eléctrico volvieron a ser la incidencia más significativa.

2012: frío siberiano.

Una ola de frio siberiano rozó Canarias produciendo nevadas y heladas en las cumbres de Gran Canaria, Tenerife y La Palma.

2017; agua, viento y calima.

Una borrasca deja intensas lluvias, recogiéndose 70 mm. en Llano de los Loros (Tenerife) y rachas de viento de 110 Km/h al norte de Gran Canaria. El 22, una DANA impulsaba un episodio de calima.

2018: tormenta, nieve y viento.

El día 1 se generó una tormenta en Gran Canaria, protagonizando fuertes lluvias con aparato eléctrico. El día 7 se activaron los avisos por nieve, viento y fenómenos costeros. Récord de mínima en el aeropuerto de Lanzarote con 7,6º y bajas temperaturas en muchos puntos del litoral. El 25, las lluvias fueron copiosas en el sur y este de Tenerife. El día 27 llegaba otra borrasca que dejaba hasta 80 mm. en San Pedro (La Palma).

2019: fenómenos costeros.

Comenzó con aviso amarillo por fenómenos costeros, al que siguió un episodio de calima. El día 14 se activó la alerta por vientos, superiores a 100 Km/h y se superaron los 30º. El 17 volvía a declararse la alerta por fenómenos costeros y el 23, las Islas se vieron afectadas por uno de los más intensos episodios de calima que se recuerdan.

2020: calima, cierre de aeropuertos y del Carnaval.

Intenso episodio de calima que dejó inactivos los aeropuertos y obligó a suspender las clases. Cierre de puertos y muelles por el fuerte oleaje (un buque de Fred Olsen colisionó con otro de Armas en Los Cristianos). Se suspenden los Carnavales. La velocidad media del viento fue de 70 km/h, con rachas huracanadas, con un máximo de 163 km/h en las cumbres de Tenerife. Un millar de personas fueron desalojadas en Gran Canaria y el norte de Tenerife a causa de varios incendios. Se batieron cuatro récords absolutos de temperatura para febrero en Canarias, tres de mínimas y uno de máxima. Así, en los aeropuertos de La Palma, Tenerife Sur y Gran Canaria se midió la mínima más alta jamás registrada, con 20,9ºC, 23,9ºC y 22,3ºC respectivamente, mientras que en el aeródromo de Tenerife Sur se llegó a 30ºC.