El cáncer ha matado a más personas en Canarias que la Covid-19. Sin embargo, la emergencia sanitaria ha “eclipsado” la atención de esta mortífera patología, cuya lucha se conmemora cada 4 de febrero. Así se sustrae del último informe de causas frecuentes de fallecimiento de la población publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) que concluye que el cáncer de pulmón fue el segundo motivo de fallecimiento en Canarias hasta mayo de 2020, tan solo superada por las patologías isquémicas de corazón. No obstante, al sumar los fallecimientos por los cánceres más frecuentes en el Archipiélago –pulmón, colon, mama, próstata y páncreas–, esta patología se convierte en la que acarrea más fallecimientos en Canarias; casi un millar durante los primeros cinco meses del año.

La Covid-19 –identificada y sospechosa– fue, por el contrario, la octava causa de fallecimiento en el Archipiélago, con 239 fallecidos en aquel entonces. La situación, sin embargo, cambia a nivel nacional, pues la mayor incidencia del coronavirus en otras comunidades sí que ha generado una alta mortalidad asociada a esta patología. Por tanto, es probable que la baja mortalidad, en comparación con la de otras patologías, en Canarias, esté relacionada con la baja incidencia del virus pandémico en las Islas.

El cáncer acaba cada año con la vida de alrededor de 4.000 personas en las Islas, según se sustrae de los datos proporcionados por el Observatorio de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). En 2020, según los datos de la Consejería de Sanidad, fallecieron 411 personas por coronavirus, es decir el 10% de los fallecidos por cáncer. En todo el mundo el cáncer es la segunda causa de muerte con aproximadamente 18 millones de nuevos casos diagnosticados y más de 9,6 millones de fallecimientos relacionados con tumores cada año.

El miedo merma la atención

No obstante, incluso cuando la realidad muestra que el cáncer ha sido más mortífero que la Covid-19 en Canarias; el miedo de los pacientes y los nuevos protocolos sanitarios enfocados a evitar los contagios por el SARS-CoV-2 han mermado la atención a estas personas de distintas maneras. Por un lado, quienes padecen esta patología han retrasado o anulado sus revisiones periódicas en centros de salud y hospitales por miedo a contagiarse, lo que, a largo plazo puede generar interrupciones de tratamientos, aplazamientos de cirugías vitales o retraso en las pruebas. Mientras, la parte de la población que aún no sabe que está sufriendo esta enfermedad ha comprobado cómo se ha ido mermando la cantidad de pruebas de diagnóstico precoz (de cáncer y colon) realizadas en el Archipiélago. Así describe la situación Andrés Orozco, presidente provincial AECC en Santa Cruz de Tenerife que insiste en que esa desidia se ha postergado más allá del confinamiento. La preocupación principal de la Asociación, en general, y de Orozco en particular, es que exista una parte importante de la población que pueda no estar diagnosticada.

En Canarias se describen al año una media de 11.389 casos de cáncer, pero “durante el confinamiento, los primeros diagnósticos se redujeron y esto puede conllevar a problemas a largo plazo”, señala el presidente. La AECC, en colaboración con varias sociedades científicas implicadas en el abordaje del cáncer (SEAP, SEEO, SEHH, SEOM, SEOR), cifró la reducción del número de biopsias con diagnóstico de cáncer y primeras consultas en un 21%. Dicho de otra forma, uno de cada cinco no supo durante el confinamiento si tenía esta patología y, de retrasar aún más el diagnóstico, las consecuencias a largo plazo pueden ser devastadoras. El descenso del 21% de nuevos diagnósticos está acotado en unos meses muy concretos (de marzo a junio), por lo tanto se necesitarán nuevos estudios para saber cuál ha sido el impacto real de la pandemia, aunque se estima que para cuando termine la tercera ola podría llegar a alrededor del 30%.

“El peor de los escenarios puede estar en no diagnosticar adecuadamente la enfermedad, pues el cáncer tardío es de una compleja gestión”, señala Orozco. La Comisión Europea ya se ha percatado de esta realidad, y considera que si no se realizan acciones concluyentes, los casos de cáncer podrían dispararse un 25% para el año 2035, con un impacto económico global en Europa que superará los 100.000 millones de euros anuales.

Un plan europeo

En este contexto se enmarca el nuevo Plan Europeo para Vencer al Cáncer adoptado en el día de ayer por el Ejecutivo comunitario para mejorar la prevención, el tratamiento y el cuidado frente al cáncer. “En 2020 perdimos 1,3 millones de europeos por esta enfermedad y desgraciadamente el número de casos está en aumento”, alertó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, poniendo el acento en los cánceres pediátricos. Según las estimaciones de la Comisión, el año pasado hubo 2,7 millones de personas más diagnosticadas de cáncer. Con este frenazo a los nuevos diagnósticos, la estadística “se ha roto”, como señala Orozco. “Las de este año no reflejarán la realidad, dado que la Covid-19 ha acaparado toda la atención”, insiste y señala que no se debe caer en la tentación de pensar que ha habido menos casos nuevos porque la enfermedad ha, de alguna manera, desaparecido.

Una nueva normalidad

En este sentido, el presidente de la AECC hizo hincapié en que el problema no está en los profesionales sanitarios que trabajan en oncología, a los que la situación actual nunca les ha quitado la vista de la prioridad que supone el cáncer. El verdadero escollo se encuentra en el cambio que se ha producido en todo el sistema sanitario debido a la Covid-19. “Los nuevos protocolos impuestos han modificado la normalidad”, señala el presidente de la asociación, ya sea a la hora de pasar consulta –para las que se tiene menos tiempo diario debido a las labores de desinfección que se tienen que acometer entre paciente y paciente– o una vez entra en lista de espera.

No en vano, en el estudio firmado por la entidad, se observó un descenso medio del 14% en el número de pacientes atendidos en hospitales de día y de un 9,5% en el número de tratamientos con quimioterapia administrados en los hospitales de día. En cuanto al número de pacientes atendidos en los servicios de radioterapia el número desciende una media del 9% y del 5% en el número de tratamientos con radioterapia. Asimismo, se observó un descenso del un 30% en el caso concreto de citologías con diagnóstico de cáncer.

“Hoy [por ayer] estoy tratando de averiguar qué ha pasado con una mujer de 40 años a la que le han diagnosticado cáncer de mama y aún no sabe cuándo le operarán”, explica Andrés Orozco, que recuerda que hasta el momento, cuando se realizaba un diagnóstico de este calibre, la intervención se programaba prácticamente sobre la marcha.

Incertidumbre

La situación de incertidumbre que viven muchos pacientes ante la situación actual, no solo por la propia pandemia, sino como consecuencia del retraso o cancelación de su asistencia sanitaria, está generando cuadros de ansiedad y depresión en ellos. En este sentido, más del 34% de las personas con cáncer ha sufrido ansiedad y depresión durante el confinamiento y casi el 67% de los pacientes reveló estar muy preocupado por la pandemia, frente al 58,9% de la población general.

A todo ello se une la emergencia económica a la que el coronavirus ha empujado a todo el país. Según la encuesta de la AECC, El 46% de los casos la situación económica familiar ha empeorado debido a la crisis sanitaria. De ellos, hasta en un 19,4% ha empeorado tanto que han tenido que realizar recortes severos en los gastos cotidianos, contraer deudas o solicitar ayuda económica. Cabe recordar que el 45% de los costes del cáncer lo soportan las familias, un montante que asciende en toda España a 19.300 millones de euros.

Ante estas circunstancias, la AECC en Santa Cruz de Tenerife ha solicitado una Declaración Institucional al Presidente del Gobierno de Canarias, al Presidente del Parlamento de Canarias y a los portavoces de los Grupos Políticos con representación en el Parlamento de Canarias para que, con motivo del Día Mundial Contra el Cáncer, se comprometan a apoyar la investigación en cáncer y que reconozcan la labor que realizan las entidades que trabajan por el bienestar de las personas con cáncer y sus familiares.