En 2007, aunque la economía ya llevaba meses estancada, el mercado laboral en Canarias aún demandaba carne fresca. En ese contexto, con la construcción y el sector servicios como motores del capital en las Islas, la alta formación académica no parecía un hándicap para encontrar trabajo en el Archipiélago. Al cierre de ese año, con todos estos condicionantes sobre la mesa, el índice de abandono educativo temprano –o lo que es lo mismo, no terminar Bachillerato o Formación Profesional– en Canarias alcanzó el 36,2%.

Ese mundo saltó por los aires poco después, en concreto el 15 de septiembre de 2008, con la quiebra de Lehman Brothers, crac que dio paso a una crisis económica de la que esta comunidad autónoma parecía dejar atrás hasta que, el año pasado, el coronavirus se coló en nuestras vidas. Desde entonces, durante los últimos 13 años, la mayoría de los jóvenes canarios han dado prioridad los estudios.

Así, al menos, lo han dibujado las Encuestas de Población Activa realizadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La última señala que la tasa de abandono escolar entre los alumnos del Archipiélago –antes de finalizar la segunda etapa de Secundaria– quedó fijada el año pasado en un 18,2 %, la mitad del pico máximo alcanzado en 2007.

El descenso trazado en Canarias, constante durante la última década –con respecto a 2019 cayó algo más de un punto (1,2 %), a pesar de ser considerable no permite a las Islas estar por debajo de la media nacional –establecida en un 16%– y le mantiene aún lejos del objetivo marcado en 2010 por la Unión Europea para España: bajar el índice de abandono educativo temprano al 15 %.

Canarias es la sexta región con la tasa más alta. Con peores registros aparecen, además de las dos ciudades autónomas –Ceuta (25,5 %) y Melilla (22,8 %)–, otras cinco autonomías, prácticamente todas de la mitad sur del país: Andalucía (21,8 %), Baleares (21,3 %), Castilla-La Mancha (18,7 %), Murcia (18,7 %) y Extremadura (18,4 %). Por encima de la media nacional también sobresale Cataluña, casi un punto y medio por encima de esa frontera (17,4 %). En el otro polo destacan las tres autonomías de la cornisa cantábrica: País Vasco (6,5 %), Asturias (8.9 %) y Cantabria (9,1 %).

Por género

Según los datos de la Encuesta de Población Activa del INE, alrededor de 530.000 personas en España (343.000 hombres y 186.500 mujeres), habían abandonado los estudios en 2020.

En este contexto, el Ministerio de Educación asegura que la reducción en la tasa de abandono educativo temprano en España –1,24 puntos menos que el año anterior– está asociada al incremento en 1,5 puntos en la proporción de población que ha alcanzado el nivel de formación CINE 3 o segunda etapa de Secundaria.

También ha indicado que, desde el año 2010, la tasa de abandono temprano en España ha disminuido 12,1 puntos, pasando del 28,2 por ciento al 16 por ciento en 2020, lo que supone un 43 por ciento menos. El descenso ha sido mayor entre los hombres (13,3 puntos) que entre las mujeres (11 puntos), aunque la tasa sigue siendo en 2020 superior entre los primeros: un 20,2 por ciento frente al 11,6 %, es decir, un 74 % más.

En relación con la información de la EPA, relativa al porcentaje de población de 30 a 34 años que ha alcanzado la educación superior, ha destacado que en 2020 ascendió al 44,8 por ciento, superando en casi cinco puntos a la media europea (40,3%). Las mujeres, con una tasa del 50,9 por ciento, superan a los hombres (38,7%) en más de 12 puntos.

El 15 %, objetivo señalado por la UE

El Ministerio de Educación, tras la publicación de los datos del informe redactado por el INE, recordó que la Estrategia Europea 2020 estableció en 2010 entre sus objetivos reducir el abandono escolar temprano por debajo del 10% en la Unión Europea y del 15% en España, debido a las altas tasas del país. “Precisamente, uno de los objetivos principales de la LOMLOE, la ley educativa que acaba de entrar en vigor, es reducir las tasas de abandono escolar temprano en línea con los países europeos más avanzados”, subrayaron desde el departamento que dirige Isabel Celaá.. Además de País Vasco, Asturias y Cantabria –regiones por debajo de los 10 puntos de ínidce de abandono–, otras cuatro autonomías han tenido tasas entre el 10 y el 15 por ciento (Navarra, Galicia, Aragón y La Rioja).