Hasta ahora, la inmensa mayoría de pruebas de detección de la Covid-19 se realizaban vía nasal (con PCR o test de antígenos) o sanguínea (para contrastar si el paciente tiene o no anticuerpos por haber pasado la enfermedad), pero en China tienen claro que hay que dar un paso adelante e investigar en nuevas formas para frenar la expansión de la pandemia y por ello ya están utilizando pruebas anales que, de momento, no han llegado a Europa o Estados Unidos.

Según revela The Global Times, el doctor Li Togzeng del Hospital Youàn en Pekín asegura que el SARS-CoV-2 (nombre científico del nuevo coronavirus) vive más tiempo en el ano y en las heces, por lo que si se analizan las partes más superiores del tracto digestivo se podrían obtener resultados más fiables que a través de pruebas nasales.

En la misma línea, el South China Morning Post confirma que estos test ya se están comenzando a utilizar en controles de cuarentena de Pekín y en algunas escuelas en las que se han contabilizado brotes: "los test masivos se realizaron después de que la capital china se confinase parcialmente en los distritos de Daxing y Shunyi (...). Dos de los casos correspondían a la variante más infecciosa descubierta en Reino Unido (...). Más de 1.200 personas fueron testadas en una escuela a la que asistió un alumno con un caso asintomático de la variante inglesa. Todos los contactos en la escuela pasaron por test nasales, de saliva, anales y serológicos, dando todos negativo".