Tenerife recupera la libertad para entrar y salir de la isla este lunes. Tras un mes en semáforo rojo, el Gobierno de Canarias ha decidido que es el momento de rebajar el nivel de alerta de la isla capitalina dada la buena tendencia que ha adquirido las últimas dos semanas. Los tinerfeños no solo podrán volver a viajar sin tener una justificación, sino que también podrán disfrutar de una hora más en la calle –el toque de queda comenzará a partir de las 23:00 horas–, podrán sentarse en las zonas interiores de los restaurantes, visitar a sus familiares –con limitaciones– en los hospitales y centros sociosanitarios y volver a hacer ejercicio en los gimnasios y centros deportivos de la isla.

Las medidas del semáforo amarillo de riesgo en el que se encontrará a Tenerife partir de las 00:00 horas del domingo son ligeramente menos restrictivas que las de nivel 3, pues aún los encuentros sociales estarán limitados a cuatro personas. No obstante, la salvedad en este nivel de riesgo es que los grupos podrán volver a estar formados por no convivientes tanto en espacios privados como públicos, y no solo en terrazas.

En este nuevo nivel, además de poder volver abrir las zonas interiores de bares y restaurantes –con un máximo de cuatro comensales por mesa– y los gimnasios, también podrán hacerlo los casinos y los locales de apuestas que permanecían totalmente cerrados. En las actividades deportivas colectivas, no obstante, permanecerá la restricción de hacerlo en grupos máximos de cuatro personas, incluido el monitor, cuando no sea posible mantener las distancias de seguridad de dos metros, tanto en interiores como en exteriores.

Las visitas a los hospitales y centros sociosanitarios se volverán a habilitar después de un mes completo de aislamiento de los pacientes y usuarios. No obstante, como el riesgo permanece en un nivel medio, habrá que hacerlo con cautela y seguridad. Por esta razón, las visitas estarán limitadas y supervisadas en todo momento por el personal de los centros. Además, se recomienda, la utilización de mascarillas tipo FFP2 y pantallas protectoras faciales por parte del personal que tenga atención directa con los pacientes en estos centros, así como reforzar la ventilación.

Por último, el aforo en el transporte público regular terrestre interubrano –es decir, las guaguas y el tranvía– se mantendrá limitado tal y como está en estos momentos, permitiendo un máximo del 50% de su capacidad durante los viajes.

El consejero de Sanidad, Blas Trujillo, argumentó el paso de Tenerife a semáforo rojo por la evolución “favorable” de sus indicadores. “Se ha producido una notable mejoría en los indicadores de incidencia a 7 y 14 días, tanto en el conjunto de la población como en mayores de 65 años, además de en el porcentaje de positividad”, afirmó Trujillo, que recalcó que todo ello “configura un escenario mejor que posibilita el pase de nivel a alerta 2”. Tenerife en el día de ayer registró un nuevo descenso de su incidencia acumulada a 7 días vista, que se situó en 53,4 casos por 100.000 habitantes y redujo, asimismo, ligeramente la incidencia a 14 días hasta 122,6 casos por 100.000 habitantes. De esta manera, se encuentra entre las 3 islas con menos incidencia de Canarias. Además, sumando tan solo 65 casos nuevos en el día de ayer, el crecimiento semanal se de la isla se sitúa en una rebaja del 23% con respecto a la anterior. La situación en Tenerife no ha parado de mejorar desde que se impusieron las nuevas medidas. El pico máximo se produjo justo el día en el que entraron en vigor en la isla, el pasado 19 de diciembre.

Diciembre negro

Ese día la incidencia a 7 días vista aumentó hasta 136,6 casos por 100.000 habitantes –la más alta en la isla descrita hasta el momento–, la positividad de las pruebas diagnósticas se situaba en un 11,2% –más del doble que lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS)– y esa misma semana se habían constatado 1.256 casos de coronavirus, el máximo en una semana de esta segunda ola tinerfeña.

A partir de entonces, todos los indicadores empezaron a mejorar, de manera tan paulatina como lo había hecho para empeorar. La dos semanas siguiente se rebajaron los casos un 29% en plenas navidades, lo que ya de por sí resulta un hito teniendo en cuenta la gran movilidad de la población en esas fechas. La cifra no ha vuelto a subir y hoy día los casos constatados semanalmente son un 58% menos que en aquel instante.

La población de Gran Canaria, como también adelantó este periódico en el día de ayer, tendrá que empezar a vivir desde el lunes en semáforo rojo de riesgo epidemiológico. Esto significa que las entradas y salidas a la isla estarán limitadas, que el toque de queda se adelanta una hora –empezará a las 22:00 horas–, que se prohiben las visitas a los centros hospitalarios y sociosanitarios y que se cierra el interior de los bares y restaurantes así como de los centros deportivos.

Las reuniones sociales también quedarán limitadas al ámbito de los convivientes. A partir del lunes, las reuniones en ambientes públicos y privados no solo no podrán exceder las cuatro personas, sino que además, tampoco podrán ser de diferentes grupos de convivencia. De esta manera, según la norma del Gobierno de Canarias, el único lugar donde se podrán encontrar las personas no convivientes será en las terrazas de los bares y restaurantes. Se mantendrá, el aforo al transporte público terrestre, es decir guaguas, limitado al 50%, tal y como está impuesto desde este lunes pasado.

Este cambio de nivel sucede tan solo una semana después de imponer las restricciones de semáforo amarillo en la isla. Pero es que la epidemia está creciendo a un ritmo nada desestimable. Gran Canaria ayer alcanzó una incidencia acumulada a 7 días vista de 96 casos por 100.000 habitantes mientras que elevó hasta 165,3 casos por 100.000 habitantes su incidencia a dos semanas vista. Ambos indicadores suponen un nivel de riesgo alto para la isla. El número de pruebas diagnósticas positivas del total realizadas, es decir el porcentaje de positividad, también aumentó ligeramenta hasta situarse en el 7,1%. Asimismo, los casos semanales han aumentado un 66% en tan solo siete días.

“La situación de Gran Canaria se asemeja muchísimo a la de Tenerife en diciembre, donde a lo largo del mes vimos una afectación generalizada de brotes pequeños pero dispersos a lo largo del territorio”, explicó el consejero de Sanidad en su comparecencia extraordinaria. Ese comportamiento tan similar es el que ha llevado al Gobierno de Canarias a “anticiparse” a los acontecimientos y echar el cierre de la isla antes de que la situación empeore. “Más vale prevenir que curar”, insistió Trujillo que, una vez más, volvió a hacer una llamada a la responsabilidad de la población, tanto individual como colectiva, dado que “sin ese compromiso, difícilmente podemos ganar la batalla”.