Natalia Álvarez llega a la Presidencia del Consejo Escolar de Canarias (CEC) tras una larga carrera educativa. Catedrática de Geografía e Historia y licenciada en Ciencias de la Información, a lo largo de su carrera ha apostado por la renovación pedagógica y la innovación. Forma parte del CEC desde 2003 y para ella estos años de experiencia en el órgano consultivo le dan ahora “seguridad” para afrontar esta nueva etapa al frente del Consejo.

Llega a la Presidencia del CEC en un momento complicado para la Educación y con grandes retos por delante. ¿Qué valoración hace de este momento?

A lo largo de la vida del CEC se ha visto la evolución de la educación en Canarias. Siempre hay que ver la botella medio llena porque está claro que hemos ido avanzando a pesar de los problemas que hayan podido existir. Además, ahora vivimos una situación excepcional que nos está obligando a actuar rápidamente y a llevar a cabo un esfuerzo colectivo. Cuando leemos informes sobre cómo se siente el alumnado y el profesorado en cuanto a lo que ha ocurrido en los últimos meses es sorprendente ver cómo destacan el aspecto de la interacción y la colaboración. Esta situación está haciendo que afloren las dificultades que se venían arrastrando y eso nos va a obligar a actuar ahora de cara al futuro, no solo para seguir mejorando en lo que veníamos trabajando sino para abordar las nuevas cuestiones que estaban dormidas y que ahora salen a flote. Todo eso supone cambios de muchos tipos: de actuación socioeducativa, metodológicos, de uso de instrumentos... Hay mucha novedad porque la pandemia ha acelerado una serie de cuestiones que debemos afrontar ya.

En Canarias, ¿cuál es el cambio más acuciante a abordar?

Debería ser una mezcla de todos pero, vistos los problemas de pobreza que tenemos y los déficits educativos que afectan al desarrollo personal del alumnado, la parte de vulnerabilidad es prioritaria para que no se quede nadie descolgado del desarrollo económico y social de las Islas. Esta pandemia está poniendo sobre la mesa la necesidad de una reflexión profunda sobre nuestro modelo socioeconómico y ahí la educación tiene un papel importante porque la formación permitirá afrontar un cambio mayor. La dependencia económica es un elemento muy importante y tiene que ver con la formación básica y con la Formación Profesional. Ese es otro reto importante y clave en el futuro. En el Plan para la Reactivación Social y Económica de Canarias hicimos aportaciones directas para hacer hincapié en el carácter estructural de la educación para garantizar que la sociedad esté formada para afrontar las dificultades y el emprendedurismo ante el cambio. Eso es lo que hace evolucionar a una sociedad.

Por tanto, entre sus primeras acciones como presidenta del CEC, ¿animará a que las administraciones lleven a cabo esos cambios estructurales?

En octubre publicamos un informe sobre la realidad educativa que da una vista general sobre cómo está la educación en Canarias. En ese informe abordamos diferentes aspectos pero hay un capítulo que decidimos afrontar como un informe monográfico que tiene que ver con las medidas de atención a la diversidad ligadas a la inclusión y la equidad. Ese es uno de los temas prioritarios en los que trabajamos en estos momentos y esperamos tener los resultados antes de final de año. En este punto hay que destacar la importancia del consenso en la dinámica de trabajo que tiene el CEC porque nuestros miembros vienen de distintos sectores y tienen distintas visiones de la educación y siempre hemos trabajado para que esas opiniones sean concurrentes y lleven a un espacio común. Esa es la fortaleza del Consejo y el gran ejemplo que puede dar a la sociedad en un momento como este, en el necesitamos colaboración y coordinación.

Habla de esos primeros pasos que dará en la Presidencia pero uno de los primeros comunicados que ha emitido se centra en la labor que han desarrollado durante estos meses tan duros los profesores.

Hemos querido dar un aplauso unánime a todo el personal educativo, por el trabajo y esfuerzo personal y colectivo que ha llevado a cabo toda la comunidad educativa, porque no hay que olvidar que, dentro de los centros se trabaja, tanto el equipo docente como el no docente, y no solo a nivel de las aulas sino también en valores. Toda esa labor ofrece un bagaje que ya quedó demostrado en la crisis anterior, cuando tuvimos que afrontar en los centros problemas sociales y económicos que llegaban desde las familias. Hemos querido reconocer así toda la parte social que está relacionada con la educación fuera de los centros. Todo este personal se coordina con las familias y se ha demostrado que ha habido una buena relación. Es necesaria una acción coordinada con las familias y también hay que destacar la colaboración en estos tiempos con las entidades administrativas y con las empresas de limpieza y transporte. Esto es una gran mancha de aceite, en este caso positiva, que hay que consolidar.

Precisamente una de las acciones más destacadas para dar respuesta a la crisis ha sido la contratación de profesores. ¿Qué opina de que se haya garantizado su contratación únicamente durante el presente curso escolar?

Es un tema que hemos tratado en el CEC y consideramos que esa es una de las experiencias a aprovechar para mejorar los recursos humanos, lo que significa que la plantilla que se ha incrementado por el Covid se convierta en plantilla funcional y estructural. Eso es una sensibilidad que debe tener el Gobierno de Canarias con el sector educativo y precisamente se enmarca en el esfuerzo inversor que se está haciendo en todos los aspectos sociales. Recordamos que la ley educativa de 2014 recoge que hay que lograr una inversión en educación igual al 5% del PIB y esperamos que eso se logre y se consolide para conectar también con otras inversiones mayores que pueden llegar desde el Estado y a nivel europeo.

La nueva ley de Educación o ley Celaá está a punto de entrar en vigor. ¿Qué opinión le merece tras tantas polémicas alrededor de ella?

Aún no tenemos una opinión estructurada porque no ha entrado en funcionamiento y preferimos esperar a que se ponga en marcha el calendario de desarrollo autonómico para poder intervenir. Lo que sí nos hubiera gustado es que esto hubiera sido producto de un pacto de Estado por la educación, que de hecho estuvo a punto de lograrse. En aquel momento nosotros nos implicamos muy directamente porque teníamos la experiencia de haber logrado en 2013 un pacto educativo en el marco del Consejo Escolar en Canarias y que inspiró la ley canaria. Estamos muy orgullosos de ese recorrido y pensamos que eso se podría haber logrado a nivel de Estado si se contara con la colaboran política y social necesaria. No me gusta que educación sea campo de confrontación política porque tiene que ser un espacio de construcción y positivo. Independientemente de eso, estudiaremos la ley y emitiremos un informe tras examinarla.

En cuanto a la ley canaria, que como dice data de 2014, ¿necesita ya una revisión?

Se han desarrollado muchas cosas pero, por ejemplo, la inversión en educación correspondiente al 5% del PIB aún está por consolidar y hay todo un capítulo dedicado a la atención a la diversidad que, aunque se ha ido avanzando en ese sentido, no sabemos si se ha mejorado lo suficiente. Por eso estamos trabajando en este informe monográfico, para evaluar los datos y ver si la ley se está desarrollando es ese aspecto.

En mitad de estos tiempos tan convulsos se han experimentado numerosos cambios en la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias, ¿cree que ya se ha logrado la estabilidad necesaria?

Hemos hecho una visita institucional a la consejera y debo decir que el diálogo ha sido muy fluido y hay una serie de compromisos que nos ha hecho llegar y que nosotros estudiaremos. Está prevista una comparecencia de la consejera en el pleno del CEC este mes en la que esperamos que nos plantee la planificación que están desarrollando de cara al curso próximo para que podamos evaluarla y aportar ideas.

Precisamente sobre el nuevo curso, ¿cuál es la visión que tiene el CEC para el futuro próximo del sector educativo en Canarias?

Siempre tengo esperanza y pienso que de las crisis se aprende. Si revisamos la historia reciente de las crisis, siempre hemos aprendido algo, si no de una forma explícita si a largo plazo, siempre cala. De esta pandemia vamos a aprender y apuesto por que los cambios sean estructurales para la mejora de la sociedad en general.