El principal objetivo de Cruz Roja Española en la provincia de Santa Cruz de Tenerife para este año será el desarrollo de cursos para intentar facilitar la inserción laboral de personas que en estos momentos se hallan en desempleo, sin olvidar el necesario apoyo a personas mayores y a niños en edad escolar. Así lo asegura la presidenta de la ong en las islas occidentales, Mayte Pociello, quien destaca que la finalidad consiste en que los ciudadanos que ahora no tienen trabajo puedan recuperar, a través del acceso al mercado laboral, “su independencia y su dignidad”.

Para Pociello, las estrategias de formación profesional que se piensan poner en marcha en el 2021 buscan que los beneficiarios de ayudas no dependan de forma permanente de los servicios sociales, sino que, lo antes posible y cuando sea factible, puedan buscar ingresos propios para organizar su vida. En esa estrategia, considera fundamental estar en contacto con las empresas y organizaciones empresariales para conocer por dónde pueden ir las posibles ofertas de empleo en el futuro próximo, con la intención de no generar una preparación estéril.

Este planteamiento se produce después de que en el transcurso del pasado ejercicio, Cruz Roja, tanto en Canarias como en el resto del país, desarrollara el mayor despliegue de recursos humanos y materiales de su historia para hacer frente a las carencias de numerosos ciudadanos tras la declaración del estado de alarma y el confinamiento. El denominado Plan Responde, recuerda Pociello, se llevó a cabo para atender a las personas más vulnerables tras la llegada del covid-19, sin olvidar el resto del trabajo de carácter ordinario que ya se prestaba a colectivos con diferentes necesidades.

“La unión de voluntades hizo posible que se pudiera conseguir el reto, gracias a la solidaridad de ciudadanos, empresas, administraciones, organismos públicos o medios de comunicación”, explica la presidenta povincial de la ong.

Desde marzo pasado, más de 1.600 voluntarios y socios se pusieron a disposición de la entidad humanitaria, para unirse a sus 300 empleados. De esa manera, en Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro se pudieron atender a 93.800 personas diferentes. Uno de los grupos poblacionales que centró los esfuerzos fue el de los mayores, a quienes, a través del teléfono, ofrecieron consejos de salud, medidas preventivas, para que no salieran de su domicilio, cómo tenían que actuar y, sobre todo, para conocer cuáles eran sus necesidades. Otro de los objetivos pasó por suministrar a los mismos comida y medicanentos, o bien facilitarles trámites bancarios.

Refiere Mayte Pociello que en el 2020 se prepararon y entregaron más de 17.000 cajas de comida a personas necesitadas, sin olvidar la aportación de paquetes con productos básicos, como de aseo individual, así como de higiene del hogar. Para la portavoz de la ong, esa labor se llevó a cabo gracias a la utilización de fondos propios de Cruz Roja y, sobre todo, de la solidaridad de las personas. Considera que “el año pasado se ha desarrollado una solidaridad sin precedentes de las personas, pero también de las empresas”.

Menores

Uno de los mayores retos de la sociedad con el aislamiento en los domicilios fue la llamada “brecha digital”, que puede poner en riesgo la correcta formación de aquellos escolares que no tienen acceso a internet o equipos informáticos en sus casas. En este ámbito, la institución entregó en la provincia de Santa Cruz de Tenerife unas 200 tabletas con conexiones a la red; una labor en la que contó con la implicación del Cabildo de Tenerife. De forma paralela, se mantuvo a distancia el programa “Éxito escolar”, que antes de la pandemia consistía en la recogida de niños y niñas para ofrecerles la merienda, orientarlos en sus tareas y darles apoyo en su formación. Para la iniciativa, se cuenta con el respaldo de las familias de los pequeños, así como de sus tutores y centros educativos.