Todas las residencias canarias, es decir, tanto usuarios como trabajadores, estarán protegidas frente al coronavirus a finales de este mes de enero. Así lo tiene previsto la Consejería de Sanidad, que asegura que este jueves culminará la inoculación de la primera dosis de la vacuna de Pfizer en todos los centros sociosanitarios de las Islas, lo que significa que ya habrán vacunado al menos una vez a 16.782 personas. Este mismo domingo, además, comenzará la segunda ronda de vacunación a estas personas, justo 21 días después de recibir la primera dosis.

Canarias es así la tercera comunidad en culminar la administración de la primera dosis de la vacuna en su población más vulnerable, junto a Asturias y Galicia. Pero la segunda ronda de la vacunación en las residencias no mermará la evolución de la vacunación al resto de los grupos prioritarios de esta primera etapa de la Estrategia de vacunación Covid-19 impulsada por el Ministerio de Sanidad. Esto quiere decir que las previsiones de vacunación a los 32.000 sanitarios y, posteriormente, a los 12.000 grandes dependientes, mantienen su curso tal y como está establecido.

De hecho, según aseguró a este periódico el director del Servicio Canario de la Salud (SCS), Conrado Domínguez, una vez ha comenzado la vacunación a sanitarios –que es más sencilla de realizar que en centros de mayores– la velocidad de suministro de esta protección ha ido creciendo exponencialmente.

En la primera jornada de vacunación al personal del SCS la velocidad de vacunación “se duplicó”, y en el día de ayer, ya se había “triplicado” con respecto a los primeros días de esta campaña, como señaló Domínguez. Los datos lo constatan, pues de las 1.200 vacunas que se estaban inoculando al principio de la campaña, el pasado lunes se vacunó a 1.500 sanitarios y a casi 900 personas del grupo uno, correspondiente a residentes y trabajadores de los centros sociosanitarios. Es decir, en total, casi 2.400 personas. Ayer ya fueron un total de 4.625, según adelantó la Administración sanitaria. Hasta el momento han recibido esta protección el 35% de los sanitarios del SCS, con lo que Sanidad prevé que la Atención Primaria culmine su primera ronda de vacunación a finales de esta semana y la hospitalaria cuando culmine la siguiente.

El director del servicio adelantó que, cuando se deba empezar a vacunar a la población en general, “se pondrán a disposición todos los recursos adecuados para realizar una vacunación masiva”. Conrado Domínguez admitió que hasta el momento se ha estado tardando más de lo habitual en vacunar, pero la razón reside en que “los trabajadores del SCS han tenido que trasladarse a puntos muy concretos de las Islas”, refiriéndose así a la inmensa logística que poner en marcha para programar la vacunación en centros sociosanitarios. Porque vacunar en un centro de mayores no solo requiere que las enfermeras y médicos se desplacen al lugar e inoculen la sustancia. “Es un grupo complejo de vacunar desde el punto de vista logístico”, explica el director del SCS. Los trabajadores deben pedir previamente permiso a los centros y organizar la visita, realizar un estudio de las patologías previas de los ancianos para descartar posibles incompatibilidades a través de la Historia Clínica, realizar una encuesta epidemiológica, y solicitar el consentimiento informado de cada uno de los residentes o de sus familiares.

Tampoco ayuda a reducir los tiempos las especificidades de la vacuna de Pfizer, una de las más complicadas de preparar y conservar de todas las que ya han pasado el aval científico para ser suministradas a la población. La vacuna de Pfizer debe conservarse a -70 grados centígrados y antes de administrarse debe irse descongelando progresivamente hasta alcanzar los -2 grados centígrados. La preparación es el siguiente escollo, pues de un solo frasco se pueden sacar hasta seis dosis. “Pero hay que afinar mucho para hacerlo”, explica Domínguez, que señala que un pequeño fallo puede hacer perder una de las dosis, lo que conllevaría a una pérdida del 20% de las vacunas. “Muchos enfermeros tardan un poco hasta que adquieren la destreza para hacerlo rápidamente“, explica el director del servicio, que insiste que en poco tiempo van solventando esas dificultades y adquieren la misma agilidad que con otras vacunas.

En todo caso, es posible que este punto mejore considerablemente con la llegada de vacunas de más fácil manejo. Con la llegada de la vacuna de Moderna –que aterrizará hoy con 1.300 dosis por primera vez en el Archipiélago y se distribuirán a partir de mañana–, por ejemplo, los frascos dejan de ser multidosis, por lo que simplemente hay que inyectarla en una jeringa y proceder a realizar el pinchazo sin tener que realizar más trabajo. Y finalmente con la de Oxford, será posible conservar la vacuna en una nevera al uso, de las que se encuentran en centros de salud, con lo que la distribución será mucho más sencilla.

No obstante, lo cierto es que la incertidumbre del mercado vacunal es muy grande, y no se puede saber con seguridad qué vacuna será finalmente la que proteja a la mayor parte de la población canaria. Por esta razón el Servicio Canario de la Salud (SCS) está preparando y evaluando varios escenarios de vacunación que tendrán en cuenta tanto la vacuna que se deba inyectar como el tipo de población a la que haya que dotar de las herramientas necesarias para combatir el virus.

Y finalmente la distribución. Las vacunas se están guardando en grandes congeladores ubicados en el Hospital Universitario de Canarias (HUC), en Tenerife, y en el Hospital Universitario Insular Materno Infantil de Canarias (Chuimi), puntos desde los que son distribuidas al resto de islas. La característica fragmentación del territorio canario también provoca que se deba tener stock suficiente para poder distribuir al resto de islas “los lunes y los jueves”.

De esta manera, siempre existe un remanente de vacunas para suplir las necesidades de estas islas. Esta particularidad, según Domínguez, es la que ha permitido “seguir vacunando incluso cuando se producen fallos en la distribución”. El ejemplo está en la tormenta de nieve que azota Madrid estos días y que no ha permitido que ningún avión salga o entre en el aeropuerto de Barajas, retrasando asimismo la llegada de las vacunas a las Islas. De hecho, ha tenido que ser el Grupo Iberia quien traslade dos nuevas remesas de vacunas a Canarias, es decir, 19.500 dosis más.