El 1 de junio de 1987 recibió su primera luz el telescopio William Herschel, situado en las cumbres de La Palma. En su momento fue el tercer telescopio óptico más grande del mundo y, a pesar de que han pasado 33 años, sigue siendo el segundo telescopio óptico más grande de Europa. En todos estos años escrutando el cielo, el William Herschel ha contribuído de forma significativa a mejorar nuestro entendimiento del Universo. Reflejadas en sus espejos hemos visto tanto galaxias situadas a miles de millones de años-luz de distancia como estrellas muriendo en nuestra Vía Láctea. Al igual que nuestra sociedad, la ciencia también ha cambiado mucho durante las últimas tres décadas y, afortunadamente para los astrofísicos, el William Herschel ha sabido adaptarse a los nuevo tiempos.

Como ya hemos comentado en anteriores entradas de esta Gaveta de Astrofísica, los grandes descubrimientos de la ciencia moderna se producen cuando científicos de todo el mundo se unen para colaborar con un objetivo común (para muestra el tan ansiado desarrollo de la vacuna contra la COVID-19). En Astrofísica, muchas de estas colaboraciones se consolidan para dar forma a nuevos instrumentos de observación que nos permitan entender cómo ha evolucionado el Universo en sus catorce mil millones de años de vida. Esta asociación entre ciencia y tecnología es la que ha dado lugar al proyecto WEAVE, un instrumento único que permitirá a nuestro querido William Herschel seguir en la punta de lanza de la investigación astrofísica durante los próximos años.

A la izquierda, la Vía Láctea vista desde el interior de la cúpula del telescopio William Herschel . BABAK TAFRESH/THE

En febrero de 2021 WEAVE verá su primera luz a través del gran espejo de 4,2 metros de diámetro del William Herschel, pero el camino hasta aquí no ha sido fácil. Atrás quedarán más de diez años de duro trabajo por parte de ingenieros, técnicos y astrofísicos de todo el mundo que han llevado al límite la tecnología actual para construir un instrumento excepcional (¡y no solo por sus más de cinco toneladas de peso!). Una de las características que lo hacen especial es su capacidad para observar casi un millar de espectros de estrellas o galaxias, simultáneamente, y sobre un campo de unos tres grados cuadrados (¡unas 16 veces la superficie de la Luna!). Este tipo de técnica, llamada espectroscopía multiobjeto, nos va a permitir obtener datos de los sistemas que componen el Universo de una forma extremadamente eficiente.

El proyecto WEAVE no es solo instrumental, también incluye una serie de cartografiados que explotarán cientifícamente el binomio William Herschel-WEAVE durante los próximos cinco años. El principal cartografiado que será realizado con WEAVE medirá las velocidades (y composición química) de millones de estrellas en nuestra Vía Láctea con una precisión de unos pocos kilómetros por segundo. Esto nos permitirá reconstruir la forma tridimensional de nuestra Galaxia y desvelar su historia pasada.

La astronomía en Canarias también ha apostado fuerte por WEAVE: dos cartografiados orientados al estudio de galaxias más allá de la Vía Láctea están liderados por astrofísicos del Instituto de Astrofísica de Canarias. Uno de ellos tiene como objetivo el análisis de galaxias en entornos de alta densidad, principalmente en los llamados cúmulos. En los cúmulos, miles de galaxias se ven atraídas entre ellas por la fuerza de la gravedad. La vida de las galaxias en estos ‘vecindarios superpoblados’ es complicada y entender su evolución ha sido objeto de debate durante décadas. El diseño instrumental de WEAVE es ideal para este tipo de estudios y las nuevas observaciones nos proporcionarán información fundamental para entender la evolución de galaxias en cúmulos.

Jairo Méndez Abreu

El otro cartografiado liderado por el Instituto de Astrofísica de Canarias pretende resolver preguntas abiertas sobre los procesos que llevan a la formación de estrellas en las galaxias. De nuevo, grandes preguntas requieren grandes colaboraciones y en este caso el proyecto WEAVE se ha unido al equipo del radiotelescopio Apertif (situado en Holanda). Combinados, WEAVE-Apertif supondrá una herramienta excelente para entender la íntima relación entre las estrellas y el gas en galaxias similares a nuestra Vía Láctea.

Pero WEAVE no acaba aquí. Otros cartografiados ya planeados estudiarán el medio interestelar de nuestra Vía Láctea, estrellas extremadamente densas llamadas ‘enanas blancas’, cuásares y galaxias situadas a distancias cosmológicas poco después del Big Bang… y mucho más. De esta manera, los cielos de La Palma seguirán proporcionando el marco ideal para descubrir el Universo y muchas noticias que contar en futuras Gavetas de Astrofísica. 

Sección coordinada por Adriana de Lorenzo-Cáceres Rodríguez