Miles de pasajeros que debían viajar a Madrid este domingo desde Canarias se han quedado bloqueados en los aeropuertos del Archipiélago, debido a que todos los vuelos que conectaban las Islas con Barajas han tenido que ser cancelados por los efectos que ha causado la tormenta Filomena. A pesar de que el aeródromo madrileño debía retomar paulatinamente la actividad a partir de esta tarde, finalmente ninguna de las 42 operaciones programadas que conectaban las Islas con Madrid pudo llevarse a cabo.

En total, este domingo estaba previsto operar 21 vuelos con destino Barajas y que llegaran al Archipiélago otros 21 procedentes de la capital española. Las cancelaciones, que se han ido sucediendo a lo largo del día, han sumido en el caos a miles de pasajeros que querían regresar a Madrid tras las vacaciones de Navidad. Algunos de ellos llevan esperando desde el viernes para poder volar. A muchos no les quedaba más remedio que esperar en las largas colas de los mostradores de las diferentes compañías aéreas para tratar de encontrar una solución para poder volver a casa.

Este es el caso de Pablo Pérez que debía viajar el pasado viernes tras pasar unos días de vacaciones en Tenerife. “Me han cancelado ya cuatro vuelos y me he gastado 700 euros en los diferentes billetes para salir de aquí”, comenta y asegura que la única alternativa que les da Air Europa, una de las compañías con las que había comprado el vuelo, es “viajar el jueves o viernes de la próxima semana”. Pérez se queja de que no se enteraron de que su vuelo de este domingo, previsto para las 17:55 horas, se había cancelado hasta que llegaron al aeropuerto Tenerife Norte. “Mañana tengo que incorporarme al trabajo y no nos dan solución, ahora tengo que buscar un sitio dónde quedarme, porque no te pagan el alojamiento”, lamenta.

En su misma situación se encuentra Francesca Palequi que se trasladó a Los Rodeos desde el Sur de la Isla, donde pasaba unos días de vacaciones, para enterarse allí de que su vuelo estaba cancelado. “La compañía todavía no nos ha dado ninguna solución, todo parece indicar que nos tendremos que quedar aquí esta noche y tratar de salir mañana”, prevé.

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Colas en el Aeropuerto Tenerife Norte Andrés Gutiérrez

En la cola del mostrador de Air Europa se encontraba también Irene Soledad Morales que junto a su pareja debía viajar a Madrid este domingo. “La aerolínea lleva todo el día sin contestar al teléfono y en la web no hay información actualizada de los vuelos”, señala. Además, indica que al tratarse de un billete que tiene aplicado el descuento de residente canario “no te dejan cambiarlo de manera online sino que tienes que venir al aeropuerto o hacerlo a través de un teléfono en el que no contestan”. Aunque estaba tranquila porque podrá teletrabajar “no sabemos qué solución nos va a dar la compañía ni cuándo llegaremos a casa”.

Los que viajaban con Iberia tampoco tuvieron diferente suerte. Aunque algunos de los pasajeros que volaban a las 18:50 horas, al enterarse que de que el vuelo había sido cancelado, intentaron cambiar su billete para el de las 16:25, aunque consiguieron plaza tuvieron que quedarse en tierra porque poco después también fue suspendido.

Melisa Díaz y Rafael González eran dos de los tinerfeños que trataban de volar sea como sea a Madrid. Tras conseguir cambiar su billete a un vuelo que a media tarde todavía se mantenía activo, vieron como primero se retrasaba para luego ser cancelado de forma definitiva. “La oficina de Iberia está cerrada y no tiene hora de apertura”, se quejan. “Mañana tenemos que estar trabajando y no podremos hacerlo”, lamenta Díaz, que es ingeniera informática en Madrid. González recuerda que este año la vuelta a casa por Navidad ha sido tan accidentada a la llegada como a la vuelta. “En diciembre hubo muchas complicaciones por el tema de la PCR y ahora con la borrasca”, expone.

Tampoco pudo volar Marina Jalvo que quería trasladarse desde Tenerife a Madrid para ver a su pareja unos días. “Me cancelaron el vuelo el sábado y lo cambié para este domingo a las 16:25”, explica. Tras la cancelación, la única alternativa que le daba la compañía era volar el martes o miércoles, “pero yo tengo el vuelo de regreso el jueves y no me merece la pena”, afirma resignada.