Coronavirus, PCR, nueva normalidad, desescalada, mascarilla... Esos y otros muchos términos que están conectados a la actual realidad sanitaria hace un año nos sonaban a chino. Doce meses atrás pocos imaginaban que la Fundación del Español Urgente (Fundéu) acabaría aceptando confinamiento como la palabra de un 2020 que está a punto de pasar a mejor vida.

La Fundéu asume cada 29 de noviembre la responsabilidad de reunir en una sola palabra la visión panorámica de los 12 meses que han pasado desde su último anuncio. En 2019, por ejemplo, nos sorprendió con Emojis –son unos caracteres Unicode que se muestran como pequeñas figuras, generalmente en color, y que cuentan con un valor simbólico– o emoticonos, que son unos símbolos creados a partir de unos signos. Antes, atraparon la curiosidad de los 489 millones de ciudadanos del mundo que tienen el español como lengua materna con microplásticos (2018), aporofobia (2017) o populismo (2016).

Todo empezó hace ocho navidades, pero las primeras tres palabras permanecen ancladas a nuestras vidas con la misma fuerza con la que irrumpieron: escrache (2013), selfi (2014) y refugiado (2015). Esperemos que las constantes vitales de confinamiento se alarguen lo justo y necesario y que, en el mejor de los casos, la antepenúltima jornada de 2021 la podamos sustituir por vacuna, que, por cierto, está entre las once finalistas de este año.

Podía haber sido peor...

De todas las palabras que han entrado a formar parte de una manera cotidiana de nuestras conversaciones, confinamiento es la que mejor define el aislamiento que hemos vivido en los últimos nueve meses. Podía haber sido peor. Sí. Pero el encierro iniciado a las 00:00 horas del 13 de marzo fue la pieza de una nueva realidad, que no nueva normalidad, que incrustó en el vocabulario términos tan desconocidos como webinar (un neologismo que combina las palabras webs y seminario) y que tanto nos costó asimilar cuando empezó a andar el teletrabajo, otro aspirante al trono que desde ayer ocupa el confinamiento, las ruedas de prensa online o las llamadas a tres. Webinar sí que hubiera sido una palabra fea para ir en busca de un nuevo calendario que aún no se atreve a mirar de reojo a todo lo que tenga que ver con el coronavirus.

Esa, el coronavirus, era una de las favoritas en una nómina en la que también aparecen infodemia, resiliencia, Covid-19, conspiranoia, estatuofobia, pandemia, sanitarios y, la ya mencionada con anterioridad, vacuna. Como suele ocurrir en estos casos, todos echarán en falta una que unifique los sentimientos experimentados el año en el que este país recuperó el espíritu y, por supuesto, la letra de Resistiré, un icono del Dúo Dinámico que pegó fuerte las tardes en las que la gente se asomaba a la azotea, balcón o ventanal para aplaudir los esfuerzos de los sanitarios. Aplausos. Esa podría haber sido una digna ganadora, ¿no?

Gel hidroalcohólico, esenciales, guantes o incluso el bingo al que muchos vecinos se pusieron a jugar para atemperar el dramatismo de un año que ha filtrado miles de términos en nuestras vidas (emocionales, sanitarios o económicos). Y es que puestos a elegir una palabra que ha estado en boca de todos los españoles en los últimos meses, ¿quién no se acuerda de las veces que se ofuscó esperando a ver si le cogía el teléfono en el SEPE?

Tiempos de pandemia

Los epidemiológos, ya en la mente de todos los que quieren seguir de cerca la evolución del virus, definen pandemia como “una epidemia que afecta a varios países, o continentes, independientemente de su tasa de mortalidad”. ¿Viendo la vertiginosa evolución que ha tenido 2019nCov a alguien le queda una duda de que no estamos ante una pandemia?

Un “viejo” conocido

Tendríamos que viajar en el tiempo hasta 1918, fecha en la que la gripe española hizo un gran destrozo poblacional, para encontrar textos en los que la palabra confinamiento tenía un valor parecido al que le damos ahora, a veces, limando su crudeza para usar variantes que no tienen el mismo significado pero que sí engloban el sentir de millones de personas. Y es que en un ciclo tan adverso como este es inevitable trazar un triángulo lingüístico tan deprimente como el que une sus vértices alrededor de estado de alarma, confinamiento y cuarentena. Como ocurre en Los inmortales; solo podía quedar una. Y la Fundéu eligió confinamiento.

Las once palabras finalistas de la Fundéu

1. Coronavirus

Epidemia de infección por coronavirus 2019nCoV.

2. Infodemia

Se refiere a una abundancia de la información (alguna rigurosa y otra no).

3. Resiliencia

Capacidad de adaptación y recuperación frente a una situación adversa.

4. Confinamiento

Que alude a la reclusión forzosa de los habitantes en sus casas o en una zona determinada.

5. Covid-19

Nombre abreviado de la enfermedad contraída por coronavirus.

6. Teletrabajo

Trabajo que se realiza desde un lugar fuera de la empresa utilizando las redes de telecomunicación para cumplir con las cargas laborales asignadas 

7. Conspiranoia

Tendencia a interpretar ciertos acontecimientos como fruto de una conspiración.

8. Estatuofobia

Aversión o rechazo a las estatuas, no ataque o destrucción de esta.

9. Pandemia

Enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región.

10. Sanitarios

Personas que trabajan en la sanidad civil y militar.

11. Vacuna

Suspensión de microorganismos vivos atenuados o inactivados o sus fracciones, que son administrados al individuo sano susceptible con el objeto de inducir inmunidad activa protectora contra la enfermedad infecciosa correspondiente.