Xavier Bonal es profesor de Sociología en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), divulgador, investigador y autor de ensayos sobre educación y sociología de la educación. Es especialista en sociología de la educación y política educativa. Consultor y evaluador de proyectos de la Dirección General de Educación de la UE y de programas nacionales de investigación educativa de diversos países. Ha publicado varios libros sobre estas materias.

¿En qué mejora la educación la nueva ley?

Da pasos importantes. Algunos, por reacción a la anterior legislación, que tenía aspectos retrógrados y carecía de evidencia empírica. La nueva norma sitúa en el centro de la política pública educativa el derecho a la educación y su garantía. Es un deber del poder público y del Estado dar respuesta a las necesidades educativas. Como manda la Constitución de 1978, esto tiene que estar equilibrado con la libertad de elección. La Lomce decía que el poder público lo que tiene que hacer es reaccionar a los deseos de las familias. La Lomloe asegura que el derecho a la educación se planifica con intervención, no intervencionismo. Destacaría también la eliminación de la repetición de curso y el enfoque al trabajo por competencias. En general, me parece una buena ley, aunque tímida en algunos aspectos.

¿Cuáles?

Lo que tiene que ver con la segregación. En Cataluña se está a punto de aprobar un decreto que es diez veces más avanzado. Además, yo hubiera sacado Religión de las aulas porque pertenece a la esfera privada.

La escuela concertada está sublevada por esta nueva norma. ¿Qué les diría?

No sé de dónde viene la preocupación. Las personas escolarizadas en centros concertados van a seguir ahí. Lo que sería deseable es que estos centros tengan una mayor corresponsabilidad en la escolarización de alumnado con necesidades educativas. La ley permite que las autoridades cedan suelo público solo para centros de titularidad pública. Si un concertado quiere abrir una nueva escuela no lo podrá hacer con suelo público. Pero eso será para las nuevas. Nadie está diciendo que vayan a cerrar ni colegios ni plazas actuales.

La ley Celaá veta los conciertos a las escuelas que separan niños y niñas. ¿Qué opinión le merece la educación diferenciada?

Es poco educativa.

Sus defensores dicen que tiene altos niveles de rendimiento académico.

No educamos a los escolares solo con el objetivo de tener buenas notas. Educamos en la idea de ciudadanía. Separar por sexos no es educativamente recomendable. Si alguien lo quiere hacer, me parece razonable. Otra cosa es que reciban dinero público. Es aberrante.

Una reciente sentencia del TSJC tumba el veto a la financiación de esos centros.

Con el amparo de la nueva ley, esa resolución no sería posible. Si se interpone un recurso prosperará.

La norma convierte en excepcional la repetición de curso. Las voces más críticas aseguran que ello implica cargarse la cultura del esfuerzo.

Es irónico hablar de cultura del esfuerzo cuando estamos delante de un alumnado que, a veces, tiene condiciones de educabilidad muy complejas. La cultura del esfuerzo y la motivación es un argumento que supone no reconocer cómo el contexto social influye en la escolarización de los niños. Está demostrado que la repetición es una fórmula cara, ineficaz y desigual. A igualdad de rendimiento educativo, hemos visto que se hace repetir más al alumnado socialmente más desfavorecido.

La nueva norma tiene por objetivo empoderar la escuela pública. ¿Lo logrará?

No en el corto plazo.

¿Por qué los colegios públicos carecen del prestigio de la universidad pública?

Porque venimos de una historia de la educación donde el sector privado ha estado muy presente, especialmente a través de la Iglesia católica. Hay algo que invita al optimismo y es que, cuando la educación pública mejora, las clases medias la demandan. Una parte del miedo de la concertada ante la nueva ley puede venir por ahí, una escuela pública que compita con la concertada desde el punto de vista de la calidad. Ahora mismo no hay diferencias entre la concertada y la pública en los resultados académicos de alumnos con el mismo nivel social. Te dicen que la concertada es mejor. Pero no. Cuando las familias eligen la concertada, una opción muy legítima, lo que se están asegurando es que sus hijos e hijas se escolarizan en un contexto socialmente homogéneo. Y eso explica que el rendimiento de estos centros sea superior, por su composición.

¿Desaparecerá el castellano de la escuela catalana?

Por favor, no. Fue la Lomce la que introdujo que el castellano era lengua vehicular. Fue el exministro Wert el que anunció que iba a españolizar a los alumnos catalanes. La norma catalana de inmersión lingüística -y también sentencias que ha corregido algunos aspectos, como asegurar el 25% de enseñanzas en castellano a los que la requieran- tiene virtudes. Entre ellas, recupera una lengua que es parte de la historia y la cultura y que fue aniquilada por el franquismo. Y, por supuesto, la integración social.

El PP ha anunciado que en las comunidades donde gobierna harán todo lo posible para que la ley no tenga efecto.

Ya no me deprimo ante la falta de consenso en educación. Me parecen legítimas las reivindicaciones pero nadie puede pretender que la educación sea un supermercado y cojamos productos en la estantería y que el dinero público siga los deseos del supermercado. La educación es un derecho.