El crecimiento explosivo de consumo digital de la ciudadanía está impulsando nuevas y cuantiosas inversiones en infraestructuras, en particular en nuevos centros de datos, que consumen mucha energía para servir como fábricas de la economía digital. Estos albergan miles de servidores que almacenan e intercambian los mensajes, fotos y videos de tablets y teléfonos. Pueden variar mucho en tamaño, pero la tendencia es hacia instalaciones cada vez más grandes.

El alojamiento web y de datos en la nube más grandes son capaces de consumir tanta energía como una ciudad de tamaño mediano principalmente para refrigerarse.

La huella energética del sector de las tecnologías de la información aumenta no solo por el crecimiento del consumo individual de datos. También hay que sumar la extensión de la era digital a más población mundial, de los más de tres mil millones de personas hace tres años a más de cuatro mil millones a nivel mundial. “Se necesita una cantidad extraordinaria de energía para fabricar y alimentar nuestros dispositivos, centros de datos e infraestructuras que se necesitan para internet”, señalan desde Greenpeace.

El colectivo ecologista comenzó ya en 2009 a evaluar el comportamiento energético del sector de las tecnologías de la información. Greenpeace desafió a los mayores arquitectos y operadores globales de internet a comprometerse a impulsar su rápido crecimiento a través de energías renovables al 100%. “En última instancia, las grandes empresas de este sector decidirán si nuestra huella digital será alimentada totalmente con energías renovables o, de lo contrario, por combustibles fósiles anticuados y contaminantes”, aseguran los expertos.

Greenpeace se muestra relativamente optimista por el aumento significativo en la priorización del uso de energías renovables entre algunas de las mayores empresas de internet. “La carrera por construir una red renovable comenzó con líderes de plataformas digitales como Facebook, Apple y Google que se comprometieron en 2013 al 100% renovables y se les han sumado cerca de otras veinte compañías, entre las cuales figuran también empresas globales que gestionan sistemas de almacenamiento en la nube y de colocación en centros de datos que se habían quedado muy atrás”, explican.