Canarias, en consonancia con el resto del Estado, continúa diagnosticando tarde el VIH. A pesar de los esfuerzos en prevención, las decenas de estrategias internacionales y nacionales y los estudios para mejorar los sistemas de detección temprana de los casos del virus de inmunodeficiencia humana, en los últimos años el sistema de salud solo diagnostica a tiempo a siete de cada diez casos de VIH. En otras palabras, cuando los diagnostican el 29,2% de ellos ya tiene signos del desarrollo de la enfermedad y en el 16% de las ocasiones, está lo suficientemente avanzada como para considerarse sida.

Los casos acumulados desde el año 2000 en Canarias ascienden a 5.402 y, desde entonces, han fallecido 424 personas en todo el Archipiélago por las complicaciones que acarrea esta enfermedad. En todo el mundo, este virus silencioso y oportunista acaba con la vida de un millón de personas cada año. Según el último informe de la Consejería de Sanidad, en las Islas se diagnosticaron en el año 2018 –el último del que se tienen datos corregidos– un total de 272 casos nuevos. Anualmente, según la Consejería de Sanidad, anualmente se detectan en Canarias entre 250 y 300 nuevas infecciones de VIH. Siete de cada diez casos de nuevas infecciones que se detectan en Canarias, en los últimos años, corresponden a varones españoles, de entre 20 y 39 años, que han adquirido la infección por tener relaciones sexuales desprotegidas con otros hombres.

En Canarias han fallecido 424 personas a consecuencia del sida

De hecho, esta es una de las razones por las que el 80% de las personas VIH positivas tiene miedo a la discriminación por confesar su enfermedad. Este es el motivo de que la Viceconsejería de Igualdad del Gobierno de Canarias haya centrado su campaña en este estigma, bajo el lema Vacúnate contra la serofobia. Como explicó la viceconsejera de Igualdad y Diversidad, Sylvia Jaén, la serofobia es el prejuicio, miedo, rechazo y discriminación hacia personas seropositivas. El objetivo no se ha cumplido. La Naciones Unidas se había propuesto conseguir que para el año 2020, el 90% de los pacientes de VIH estuvieran diagnosticados, el 90% en tratamiento y el 90% con carga viral indetectable –es decir, sin enfermedad asociada–.

Lo llamaron el objetivo 90-90-90 y, a día de hoy, la realidad ha es que España se encuentra por debajo del primer 90, el del diagnóstico, pues solo llega al 73% del total. En Canarias, sin embargo, las cifras hospitalarias reportan que, al menos los dos últimos objetivos si se están cumpliendo. Pero es un oasis, a nivel mundial tampoco se ha llegado a la meta pues el 81% está diagnosticado, el 67% en tratamiento y solo un 59% con carga viral indetectable.

Esto último significa que no hay virus “nadando” por el torrente sanguíneo, como señala el presidente de la Sociedad Canaria de Enfermedades Infecciosas, Ricardo Pelazas, pero sin embargo, habrá algunos que se mantengan refugiados y escondidos en las células. “Los antirretrovirales eliminan los virus de sangre, pero si dejas de tomarlo o no lo haces siguiendo la pauta adecuada, puede volver a dar signos de enfermedad”, afirma el experto, que señala que, por eso, la cifra de diagnosticados con carga viral indetectable es muy bajo. “Son diagnosticados y en tratamiento, que probablemente no lo toman correctamente”, afirma.

5.402 personas han sido diagnosticadas en las Islas con VIH desde el años 200

El infradiagnóstico y el diagnóstico tardío del VIH conllevan a tres consecuencias: un peor pronóstico y pérdida de la calidad de vida de los pacientes, un aumento de los costes sanitarios y una mayor propagación de esta epidemia. Los pacientes diagnosticados de forma tardía tienen cinco veces más riesgo de fallecer que alguien que conoce su estado y controla su enfermedad de manera precoz. Este porcentaje se duplica durante el primer año tras el diagnóstico, en los que el riesgo de fallecimiento es 10 veces mayor. Si una vez diagnosticado ya presenta sida la posibilidad de su fallecimiento debido a las complicaciones asociadas por esta enfermedad se incrementa hasta 20 veces.

Con motivo del Día Mundial del Sida, que se conmemora cada año el 1 de diciembre, y a través del lema Solidaridad mundial, responsabilidad compartida, se promoverán la necesidad de no estigmatizar la enfermedad y de aunar esfuerzos con la implicación de toda la sociedad para no dejar a nadie atrás. A pesar de no haber conseguido poner freno a la pandemia, “hemos mejorado en los últimos cuatro o cinco años”, como remarca Ricardo Pelazas. Y de hecho, los esfuerzos no se detienen. Este año, el Servicio Canario de la Salud (SCS) ha decidido implantar las recomendaciones de la Sociedad Canaria de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes-Canarias), Gesida y la Sociedad Canaria de Enfermedades Infecciosas, en las urgencias hospitalarias de todo el sistema sanitario del Archipiélago.

De esta forma, a cualquier paciente que acuda a Urgencias con una de las seis entidades clínicas más relacionadas con el desarrollo VIH, se le solicitará una prueba serológica de carácter no urgente. “Son entidades muy claras”, explica Pelazas. Estas entidades asociadas son neumonía, síndrome mononucleósico, infecciones de transmisión sexual o herpes zoster pero también se tendrá en cuenta cuando la persona haya tenido una exposición de riesgo con alguien con serología positiva (profilaxis preexposición) o haya practicado el chemsex, es decir, el uso intencionado de drogas para tener relaciones sexuales. Esta guía, además, recomienda que, ante un resultado positivo, se implante un circuito en cada centro que ponga los medios necesarios para que este diagnóstico llegue cuanto antes al paciente para comenzar derivación, asesoramiento y seguimiento pertinentes por un especialista en VIH. Según los expertos, todas estas patologías son atendidas frecuentemente en urgencias, y además, esta fórmula de actuación permitiría llenar el “vacío” detectado entre Atención Primaria y Especializada, en el que muchos pacientes suelen escapar.