¿Han bajado las denuncias por violencia machista durante la pandemia?

Sí. Hemos tenido dos mujeres asesinadas en Tenerife en lo que va de año. Personalmente, resaltaría lo que ha supuesto para la violencia de género la situación que hemos vivido. Ya hemos encargado un estudio para analizar la coyuntura y hay datos de entrada que son muy llamativos. Lo cierto es que el número de denuncias ha bajado y, sin embargo, ha aumentado el número de solicitudes demandando recursos, como la atención psicológica. Debido al confinamiento y el no saber a dónde ir ha retraído a las mujeres a la hora de presentar denuncias en los juzgados. Sin embargo, han pedido más ayuda llamando al 016, sin presentar denuncia. La puerta de entrada a los recursos de emergencia como las casas de acogida han estado abiertas y ha entrado un número muy importante de mujeres, pero la puerta de salida estaba cerrada por el confinamiento. Por ello, hemos tenido situaciones importantes de sobreocupación que hemos tenido que solventar buscando otros recursos, ampliando y buscando salidas. El tiempo que están se ha incrementado notablemente.

¿Está satisfecha con el desarrollo de los proyectos en el marco del Pacto de Estado contra la Violencia de Género?

Sí, todo lo que tiene que ver sobre formación ha tenido una importante demanda. El siguiente paso que tenemos que dar, una vez se establece la red de violencia de género, es la especialización. No todas las mujeres tienen las mismas demandas. Con el Pacto de Estado lo que tenemos que trabajar mucho es en conseguir que los fondos lleguen con la suficiente antelación para poder trabajar con ellos, ya que lo hacen con poco tiempo. Llegan a final de año y tienes que concentrar todas las actividades en el último tramo. Estos fondos tendrían que llegar antes para realmente poder distribuirlos bien a lo largo del año y optimizar los recursos. El Pacto de Estado contra la Violencia de Género que tanto costó sacar adelante no solo ha sido eficaz en la prevención del maltrato machista, también nos permite contar con fondos para abrir recursos alojativos tan necesarios como el primer piso de Canarias impulsado por una administración pública para mujeres que quieran abandonar la prostitución, también víctimas de la violencia de género.

¿Sigue adelante la iniciativa del Cabildo que habilitó un piso para mujeres prostituidas?

Sí, se trata de una iniciativa pionera. El piso es una herramienta fundamental porque hay que darles este refugio y así poder trabajar con ellas. Poco a poco se van incorporando mujeres y estamos trabajando con ellas. Los resultados son a medio y largo plazo. Aquí quiero comentar lo que pasó recientemente con los dos jugadores del CD Tenerife, que me parece realmente tremendo y que se hable que si se contagian de Covid-19 o si lo hacen al resto de la plantilla. Estaban consumiendo prostitución, es decir, estaban ejerciendo violencia de género contra esas mujeres prostituidas y eso, insisto, es tremendo.

El Cabildo ha destinado este año más de medio millón en ayudas a las víctimas de violencia de género. ¿Los recursos son suficientes o se ampliarán?

Siempre nos quedamos cortos. La previsión que tenemos en el Instituto Insular de Atención Social y Sociosanitaria (IASS), donde está la Unidad de Violencia de Género, es de los departamentos que estimamos que tendrá un mayor incremento presupuestario, ya que la red había que adaptarla, actualizarla, especializarla, tenía que crecer, y con la pandemia hemos visto que hay que meter más esfuerzos. Ahora mismo nos ha crecido la lista de espera y, por lo tanto, tenemos que reforzar los servicios para atender a las mujeres porque la violencia no espera.

¿Dónde hay que avanzar?

Hay cosas que parecen que ya habíamos avanzado y, de repente, se produce algún suceso, y te das cuenta de que no hemos adelantado tanto. Pensaba que la sociedad estaba más sensibilizada en los rechazos a los asesinatos de las mujeres víctimas de violencia. Por ello, no podemos bajar la guardia en las campañas de sensibilización y de información a la ciudadanía. Desde que nos relajamos, parece que hay marcha atrás.

¿Tiene previstas nuevas campañas de concienciación?

Además de la que emprendemos esta semana en medios y redes sociales, nos hemos sumado a la del Instituto Canario de Igualdad, que este año la hace el Gobierno de Canarias con los cabildos, en una buena iniciativa de coordinación. De cara al próximo año, por primera vez haremos un plan de prevención de Tenerife por tramos de edad. Estará enfocado a los adolescentes. Nuestro reto y tema estrella para el próximo año es poner en marcha el primer plan de prevención en adolescencia de la Isla.

¿En esta materia hay coordinación entre las diferentes administraciones?

Hay trabajo conjunto, pero debería existir más colaboración. La red de violencia se coordina con la Policía, Guardia Civil, Juzgado y demás, pero es muy mejorable. Deberían existir protocolos de actuación que mejoren la actuación en materia sanitaria, jurídica, educativa y demás. Es un tema muy complejo. Muchas veces la coordinación viene dada de la necesidad. Existen algunos protocolos, pero todo es mejorable y hay que seguir trabajando en esta línea.

¿Se sigue promoviendo la inserción laboral con las víctimas?

Sí, por supuesto. Al final, la recuperación de las mujeres pasa por su autonomía y el trabajo es fundamental. Y del trabajo va a emanar la vivienda y todo lo demás. De hecho, estamos trabajando con distintas federaciones de empresarios no solo en formación y en capacitación de las mujeres, sino luego en buscar una inserción laboral. El trabajo es tanto con ellas como con el tejido social y empresarial para sensibilizar y para que incorporen en sus plantillas a mujeres víctimas de violencia. Además de darles a las mujeres víctimas las herramientas necesarias con las que desarrollar las capacidades y habilidades sociales para que puedan responder de manera efectiva a las exigencias del mercado de trabajo, nuestro personal sigue trabajando en el establecimiento de acuerdos con empresas porque sabemos que el trabajo es la mejor vía para ayudarlas a superar esa situación de violencia, al darles la independencia económica y seguridad personal con las que pueden romper el vínculo con su agresor y lograr una recuperación plena.

¿Cómo han pasado las víctimas de violencia de género estos meses de pandemia?

Para las mujeres víctimas de violencia el Covid-19 no solo ha sido un virus de salud, sino de maltrato. Hemos detectado que han aumentado los casos y también lo ha hecho el sufrimiento. Desde las administraciones tenemos que buscar la vacuna sanitaria, pero también la vacuna social contra la violencia de género. Esto es un problema estructural muy difícil de cambiar y en estas circunstancias adversas de una pandemia las dificultades son aún muchísimo mayores.