Los datos epidemiológicos de la pandemia siguen mejorando en Cataluña, que se prepara para iniciar mañana la desescalada con la apertura limitada de la restauración y la prohibición de abrir las salas de conciertos. Esta medida, que el Govern ha adoptado a última hora, ha causado un gran malestar en el sector.

Con un índice de rebrote de coronavirus situado en 331 puntos, 22 menos que ayer, y con un descenso de los ingresos hospitalarios -a pesar de que en las últimas 24 horas se han contabilizado 1.937 nuevos contagios y 44 muertes-, el Diari Oficial de la Generalitat de Cataluña (DOGC) publicó ayer las medidas que regirán la desescalada de la segunda fase de la pandemia de la Covid-19.

Estas líneas de actuación han sido adoptadas por el órgano de Protección Civil competente, el Procicat, y entre ellas figura, contrariamente a lo anunciado ayer, la prohibición de apertura de las salas de conciertos. El DOGC contempla que bares y restaurantes abran con límite del 30 % del aforo hasta las 21.30 horas, poco antes del inicio del toque de queda, que se mantiene, y durante el que no se podrá salir del municipio para acudir a actos culturales.

Las actividades culturales podrán reanudarse con el 50 % del aforo y un máximo de 500 personas, al igual que bibliotecas y museos, y sigue vigente la prohibición de salir del municipio para asistir a eventos culturales los fines de semana. La marcha atrás del Govern respecto a la apertura de las salas de conciertos ha levantado ampollas en el sector, y la Asociación de Salas de Conciertos de Cataluña (ASACC) ha escrito un tuit que afirma que "si no se rectifica, será la acción más vergonzosa del Govern, dejando abandonadas las salas de conciertos y la cultura de base".