Despliegue del Estado para intentar paliar la presión migratoria que tiene a Canarias en el ojo del huracán. Mientras arrecian las críticas al Gobierno central por la falta de coordinación entre sus distintos departamentos, hasta tres ministros se ponían ayer a trabajar para buscar sus particulares soluciones a este problemas. Unas soluciones que nacen y mueren en el Archipiélago. El responsable del Interior, Fernando Grande-Marlaska, descartaba en su visita a Rabat los traslados a la Península para evitar que se establezcan vías de entrada irregular a Europa. Por su parte, los responsables de Transportes y Migraciones, José Luis Ábalos y José Luis Escrivá, respectivamente, visitaban juntos Gran Canaria. El primero, para anunciar un leve incremento de la plantilla de Salvamento Marítimo –encargada de rescatar a las pateras y llevar a sus tripulantes a tierra–. Escrivá, para presentar el Plan Canarias, que prevé crear 7.000 plazas de acogida, primero de carácter temporal y luego permanente. Una estrategia que refleja que la finalidad es que el Archipiélago se consolide como el muro de contención de los africanos que pretenden llegar a la Europa continental, que es la que sufraga estas instalaciones con 74 millones de euros.

Torres alza la voz: "Canarias no puede recibir el 100% de la migración; nos rebelamos"

Los planes del Estado dejaron al presidente del Gobierno regional, Ángel Víctor Torres, la difícil misión de defender una línea política liderada por el PSOE que deja al Archipiélago solo ante la migración, como él mismo reconoció y que, de hecho, rechazó con vehemencia. “Canarias no puede recibir el 100% de la migración, no podemos hacerlo solos, nos rebelamos ante ello”, se quejó ante el ministro Escrivá. Una soledad que va a resultar difícil de vencer. A pesar de que Torres consideró una buena noticia que varias comunidades autónomas –Navarra, Extremadura, País Vasco, Castilla y León y la Comunidad Valenciana, además del Ayuntamiento de Barcelona– se ofrecieran al Ministerio para acoger a parte de los 9.000 migrantes que se encuentran actualmente en las Islas, el propio Escrivá se encargó de enfriar esta predisposición. En primer lugar porque, según el ministro, no hay espacio. “Se han ido ocupando las plazas de la Península porque, aunque no sea un fenómeno con tanta visibilidad, también llegan muchas personas a través de la ruta del mar de Alborán”, aseguró. Además, Escrivá argumentó que sólo el 10% de los 18.348 africanos que han llegado este año a las Islas es susceptible de ser acogido al considerarse vulnerable o al poder acceder al estatus de refugiado.

5.500 migrantes en 17 hoteles

En concreto, el Plan Canarias prevé disponer de siete campamentos divididos en las tres islas donde concentran el 95% de las llegadas: Gran Canaria (1.950 plazas), Tenerife (3.250) y Fuerteventura (700). El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria cedió hace unas semanas el antiguo Colegio León, con capacidad para 300 personas en el exterior y que ya se está acondicionando. Tras meses de demandas y peticiones, el Ministerio de Defensa entregó al fin la semana pasada cinco cuarteles en los que ya trabaja la empresa pública Tragsa. Se trata de Las Canteras y Las Raíces (Tenerife), con 1.800 y 1.450 plazas, respectivamente; Canarias 50 y Barranco Seco (Gran Canaria), con 650 y 500 plazas, respectivamente; y El Matorral (Fuerteventura), con 700 plazas. A estos espacios se sumará una nave ubicada en el Puerto de Las Palmas que ha sido cedida por Bankia, que se encuentra en buenas condiciones y donde caben 500 personas.

Con estas 5.900 plazas y las 1.100 de las que ya disponía Canarias se alcanzarán las 7.000 de carácter provisional que se pretenden tener listas antes de que termine el año mientras se preparan las instalaciones permanentes, con la misma capacidad de acogida. Con estos siete campamentos, se cumplirá con uno de los objetivos a corto plazo, el de desalojar a los 5.500 migrantes de 17 hoteles de las Islas ante el previsible y deseable regreso de los turistas.

El plan incluye clausurar el campamento del muelle de Arguineguín, donde ayer aún quedaban 860 inmigrantes.