Un mes y medio después de ser impuesto, el semáforo en rojo en Tenerife no ha sido capaz de frenar el avance del virus. Santa Cruz, La Laguna y el norte de la Isla continúan notificando brotes y nuevos casos diariamente, y a día de hoy ningún municipio está libre de Covid-19.

Desde el 25 de septiembre los tinerfeños están obligados a reunirse con un máximo de 10 personas, a postergar sus bodas, bautizos y comuniones, y a tener que cerrar las puertas de sus restaurantes como muy tarde, a medianoche. Siendo una de las islas que ha estado más tiempo en esta situación, Tenerife ha demostrado que las mismas imposiciones no funcionan en todo el territorio.

Esto es debido, fundamentalmente a que Tenerife tiene un perfil epidemiológico muy diferente al que se identificó durante los grandes brotes de Gran Canaria y Lanzarote en plenas vacaciones de verano. En aquel entonces, un gran evento de contagio -en tres discotecas de Las Palmas de Gran Canaria- disparó los nuevos casos hasta niveles nunca antes vistos en las Islas. La incidencia llegó a rozar los 500 casos por 100.000 habitantes en 14 días, más que algunas zonas de Madrid en ese momento. El semáforo rojo llegó después, adaptado a esa inusual situación. Dos meses después había conseguido rebajar considerablemente lo que se conformó como un verdadero foco de transmisión comunitaria.

En Tenerife las mismas restricciones han servido para contener el avance del virus pero no han sido efectivas para acabar con la transmisión. Desde mediados de septiembre, la isla ha ido sumando cada día una media de 75 casos nuevos diarios. El crecimiento era lento aunque sostenido, hasta estas últimas dos últimas semanas, en las que se ha visto un incremento mayor de nuevos casos. Los datos lo corroboran. Los primeros 9 días de septiembre se diagnosticaron 356 casos nuevos, un número que se duplicó al mes siguiente, llegando a 692 en los primeros nueve días de octubre. En lo que va de noviembre ya se han sumado 865 casos nuevos de Covid-19.

El incremento, sin embargo, ha sido tan paulatino y lento que Tenerife no se ha percatado de ello hasta que la incidencia (tanto a 7 como 14 días vista) ha superado el umbral de riesgo medio en los indicadores del Ministerio de Sanidad. Según los últimos datos proporcionados por la Consejería de Sanidad, Tenerife cuenta con una incidencia a 14 días vista de 134,9 casos por 100.000 habitantes, la más alta de la serie histórica. Por su parte, la incidencia de esta última semana, se encuentra en 73,3, después de experimentar un pequeño descenso en el día de ayer, que tiene relación con el menor número de nuevos casos constatados tras el fin de semana. El virus ha entrado con fuerza especialmente en las ciudades de la isla, Santa Cruz y La Laguna, ya que estos espacios suelen ser más concurridos, y además, en los que se congrega una mayor parte de la actividad laboral y de ocio. Santa Cruz, con 1.181 casos activos, ha empeorado su situación especialmente en la última semana en la que ha superado la incidencia acumulada a 7 días de 100 casos por 100.000 habitantes siete de los nueve días que han pasado del mes.

La Laguna, por su parte, mantiene una incidencia acumulada superior a 100 desde hace más de tres semanas. Esta situación es la que llevó al consistorio municipal a solicitar una reunión de urgencia con todos los agentes implicados en la gestión de la pandemia. De esa reunión se sustrajo la necesidad de incrementar el control en el municipio mediante cribados poblacionales, aua estrategia de contención que se materializará esta semana. Según la consejería de Sanidad, el cribado en poblaciones concretas de la isla, comenzará en seis barrios, tres de Santa Cruz y tres de La Laguna. El objetivo es realizarlo en otros lugares de la Isla.