Guardias civiles del Seprona de Santa Cruz de Tenerife prestaban servicio en el Parque Nacional del Teide cuando fueron alertados por cuatro disparos supuestamente de cartuchería metálica de arma larga procedentes de la zona de la pista de Anocheza, ubicada bajo el Observatorio de Izaña. Los agentes observaron la presencia de tres personas que practicaban la caza mayor de forma furtiva, en un lugar de las cumbres de Güímar que pertenece al Parque Natural de la Corona Forestal.

Dicho paraje es muy frecuentada por practicantes de deportes de montaña y la caza mayor furtiva agrava de forma extrema el peligro para la integridad física de todos los usuarios del monte. Los guardias comprobaron que los citados cazadores, que tuvieron una actitud muy poco colaboradora, formaban parte de una cuadrilla de caza para erradicación del muflón. Pero, saltándose las normas que regulan tal actividad, abandonaron el sector asignado al efecto en el citado espacio protegido, para ejercer la caza en lugar no autorizado y sin chaleco reflectante como está estipulado.

Los agentes intervinieron tres armas largas rayadas para caza mayor (rifles) de grueso calibre que fueron depositadas en la Intervención de Armas del cuerpo de seguridad en Ofra y puestas a disposición de la autoridad gubernativa y del Cabildo de Tenerife. A los tres furtivos les impusieron sendas denuncias por infracción al Real Decreto del Reglamento de Armas y otras tantas por infracción a la Ley de Caza de Canarias.

Además, también se propone al jefe de la cuadrilla un expediente de sanción por dos infracciones grave a la Resolución de 22 de marzo de 2017, apartados f) y d), que aprueba las bases reguladoras del procedimiento de autorización para el control de poblaciones de muflón en Tenerife, por ejercer la actividad fuera del sector autorizado y realizar actuaciones temerarias que puedan poner en peligro a las personas, lo cual conlleva la inhabilitación de todos y cada uno de los infractores para obtener autorización para participar en jornadas de control para el año siguiente ante el Cabildo.

Matar aves protegidas

Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil en Fuerteventura detuvieron a dos varones como presuntos autores de un delito contra la fauna, acusados de haber cazado 16 ejemplares de pardela, una especie protegida. La actuación comenzó en la madrugada del 29 de octubre, cuando miembros de la Patrulla de Fiscal y Fronteras que vigilaban el litoral de Fuerteventura interceptaron un vehículo todoterreno con dos varones, que portaban 16 ejemplares de pardela cenicienta en dos sacos.

Las personas, vecinas de Puerto del Rosario y La Oliva, fueron identificadas y se les intervinieron las aves y los útiles para capturarlas. Esta patrulla avisó al Seprona, que remitió las aves incautadas a la Estación Biológica del Cabildo, para su estudio e informe técnico. Los dos individuos quedaron detenidos como presuntos autores de un delito que el Código Penal castiga con penas de prisión de seis meses a dos años o multa de ocho a 24 meses y, en todo caso, inhabilitación especial para determinadas profesiones y oficios y prohibición de cazar o pescar por tiempo de dos a cuatro años.