La Federación de Asociaciones de Personas Sordas de las Islas Canarias (Fasican) ha mostrado su preocupación ante la situación que atraviesa el alumnado sordo, ya que, según informó "los intérpretes de lengua de signos se han incorporado de forma tardía a las aulas, algunos de ellos aún siguen sin incorporarse y en la mayoría de los casos, ni siquiera cubren todo el horario lectivo".

Una situación que se repite año tras año, impidiendo a estos estudiantes seguir las clases con normalidad. "Se están vulnerando los derechos de miles de niños y jóvenes sordos, y contraviniendo leyes como la 27/2007 por la que se reconocen las lenguas de signos en España, la Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, y el propio Estatuto de Autonomía de las Islas Canarias", denunció el presidente de la Fasican, Oscar Luis Hernández. Para la entidad, es inadmisible que se niegue a estos alumnos los recursos y adaptaciones necesarios para acceder a la educación en igualdad de condiciones que sus compañeros. "Las personas sordas tienen derecho una educación obligatoria eficiente, que, en este caso, pasa por contar con la presencia de un intérprete de lengua de signos durante toda la jornada", han recordado desde la federación. Sin embargo, la Consejería de Educación ha rechazado la solicitud del propio alumnado y sus familias de incrementar el número de horas de interpretación, argumentando que "parte de este alumnado hace uso de audífonos o implantes cocleares", cuestión que para la federación denota un total desconocimiento acerca de la realidad del colectivo. "El uso de ayudas técnicas no es incompatible con el de la lengua de signos", aclaró Óscar Luis Hernández. "En materia de educación, todos los recursos suman". En este sentido, la Fasican urge a la Consejería de Educación a adoptar las medidas necesarias para garantizar una educación inclusiva y de calidad para el alumnado sordo, más necesaria si cabe, a la vista del nuevo escenario impuesto por el Covid-19. "El uso de mascarillas y la distancia interpersonal dificultan enormemente la comunicación, ya que las personas sordas dependemos en gran medida de las expresiones faciales o visuales y de la lectura labial que la mascarilla impide", explicó su presidente. "Ahora más que nunca, las administraciones educativas y los propios centros deben dedicar voluntad y recursos", sentenció.