Las menciones a la ansiedad en redes sociales han crecido un 25 por ciento de enero a octubre en España y un 22 por ciento las búsquedas en internet relativas a este trastorno, en comparación con el mismo periodo del año anterior., según el estudio del Grupo Hospitalario HLA 'La ansiedad en tiempos de coronavirus: consultas en Google y conversación en Twitter'.

Así, desde inicios de 2020, se han registrado 692.000 menciones a la ansiedad en Twitter (tuits, retuits o comentarios). El mayor pico de conversación (119.000 mensajes) se registró en marzo, coincidiendo con los peores momentos de la crisis de COVID-19 y el confinamiento. Según el estudio, a partir de ese momento, el número de menciones fue descendiendo ligeramente, hasta que en junio recuperó una tendencia alcista en paralelo al resurgir de la pandemia.

Pero no solo se incrementó esta conversación en redes sociales, sino que también aumentó el número de búsquedas sobre este trastorno en Google, registrándose un aumento del 22 por ciento desde enero. Estas búsquedas sobre la ansiedad se vinculan sobre todo a los síntomas y su definición. Además, el informe llama la atención sobre el hecho de que el propio buscador incluya ahora entre sus recomendaciones para las búsquedas sobre ansiedad el término coronavirus.

Por comunidades y ciudades autónomas, Ceuta, Melilla, Castilla-La Mancha, Extremadura, Canarias, Murcia y Andalucía son las regiones en las que se ha detectado, en función del volumen de búsquedas en internet, mayor preocupación por la ansiedad durante este periodo, mientras que La Rioja, Asturias, Navarra, País Vasco y Cantabria son las que menos.

"Hasta ciertos rangos, la ansiedad es un mecanismo natural que nos permite adaptarnos, ayudándonos a anticipar situaciones peligrosas o importantes, es decir, nos ayuda a responder y prepara a nuestro organismo ante determinadas situaciones", explica Rosa Coba, psicóloga del Grupo Hospitalario HLA. Eso significa que ciertos niveles de activación son "positivos" en ocasiones, "ya que activa y predispone a estar más alerta, rápidos y resolutivos, como en el caso de un examen o una entrevista de trabajo".

Sin embargo, agrega esta profesional, "otras veces esta "activación" se convierte en un trastorno, acaba por desbordar a quien lo sufre y deja de ser normal. Aparecen los llamados "trastornos de ansiedad", tales como la agorafobia, las fobias específicas, el trastorno de pánico, la ansiedad por separación o el trastorno de ansiedad generalizado, que pueden desembocar en síntomas tan variados como sensación de presión o dolor torácico, sensación de ahogo, respiración acelerada, aceleración del ritmo cardíaco, molestias digestivas, sudoración, tensión muscular, insomnio, hipervigilancia, sensación de nerviosismo, agitación o tensión, sensación de peligro, miedo anticipatorio, cansancio, temblores o sudoración, entre las más habituales.

Por su parte, la doctora Sara Mayero, psiquiatra del Grupo HLA, explica que actualmente se están incrementando los casos de ansiedad en la consulta, de forma llamativa en personas que previamente no recibían ningún seguimiento ni tratamiento. Recuerda que, "en un inicio, ante las medidas de confinamiento, hubo una primera etapa de shock, en la que los ciudadanos no entendían las causas del mismo". "Sin embargo, según fue avanzando la pandemia, las personas fueron adaptándose de forma positiva al confinamiento, aunque también se hicieron evidentes conflictos secundarios a la convivencia", añade.

A juicio de la doctora Mayero, una buena parte de la ansiedad floreció una vez finalizó el confinamiento: "En ese momento, nos enfrentamos a una situación nueva, plagada de incertidumbre y desconocimiento. Muchas personas habían sufrido la enfermedad o el fallecimiento de personas cercanas, temían por su situación laboral, económica y social y, además, tenían limitado el recurrir a muchos hobbies y actividades, y, en cierta medida, al apoyo social".