"La lluvia siempre siempre es bienvenida; pero nos servirá para ahorrar una sola semana de riego". La situación hidrológica de las islas está poniendo contra las cuerdas al sector agrario en Canarias. El balance hídrico negativo, unido a unos embalses vacíos (a aproximadamente un 15% de su capacidad), ha generado que las necesidades de riego de los agricultores isleños sean mucho más exigentes, y que una sola jornada de lluvia sea incapaz de dar un vuelco a la situación. Tanto la Plataforma Agraria Libre de Canarias (Palca) como la Asociación de agricultores y ganaderos de Canarias (Asaga) estiman que el agua de lluvia acumulada ayer dará "para una semana de riego".

"Realmente tuvimos un solo cuarto de hora de agua, aunque todo el agua que caiga nos viene bien", argumentó Amable del Corral, presidente de la Palca. El agricultor recordó que el agua de lluvia que cayó ayer también "permite limpiar las plataneras y cualquier otro frutal" que, como recordó, aún siguen sucias debido a las sucesivas intrusiones de calima.

Sin embargo, para José Timón, ingeniero agrónomo y secretario general de Asaga, lo que requiere el sector primario son "soluciones a corto y largo plazo". En este sentido, recordó que en Tenerife se han dado algunos pasos para tratar de revertir la situación instalando nuevas desaladoras. Sin embargo, aún el número es insuficiente. "Estamos aprovechando todos los recursos que se puede", explicó el ingeniero haciendo alusión al agua que antes se destinaba al turismo y que ahora "sería un pecado desaprovechar". No obstante, admitió que el agricultor canario vive ahora en una constante situación de incertidumbre en el que debe elegir con mucha cautela si arriesgarse a comenzar un cultivo o no. "Mucha gente ha dejado de plantar papas en las medianías debido a la falta de agua", concluyó el portavoz.