Las cafeterías de los principales hospitales de Tenerife se han puesto en pie de guerra. La situación límite de las empresas concesionarias tras la Covid-19 ha provocado que la mayor parte de los trabajadores de las empresas concesionarias en cada centro hospitalario se encuentren en ERTE y teman por la futura viabilidad de su puesto trabajo. El requerimiento añadido por parte de sendas Gerencias para que se reabran las cafeterías ha sido determinante para dar comienzo al conflicto. En los últimos dos días, 60 trabajadores -unos 30 de cada empresa- se han manifestado para denunciar estas situaciones.

Las reivindicaciones, no obstante, se producen por dos situaciones diferentes en cada hospital. Mientras en el Hospital Universitario de Canarias (HUC) es la propia empresa concesionaria la que ha rehusado abrir sus puertas debido al alto precio que debe pagar como canon de la concesión del negocio, en el Hospital de La Candelaria la concesionaria ha decidido abrir parcialmente estos recintos con servicios mínimos y sin advertir previamente a los trabajadores que se encuentran en ERTE.

La continuidad de la empresa concesionaria en el servicio del HUC se encuentra actualmente "entre la espada y la pared" debido al descenso de visitantes al centro hospitalario por la Covid-19, pero también como consecuencia de una situación "alegal" de la concesión que lleva prorrogada desde hace más de seis años. Francisco Merino, responsable de la concesión, insiste en que, para abrir, es necesario modificar tanto el desorbitado alquiler que abonan cada mes (que se eleva a 36.736,66 euros) así como de adaptar el pliego de condiciones a la situación actual. Asimismo, solicitan volver a sacar a concurso la concesión de la cafetería que en marzo de 2019 quedó desierta por las condiciones en las que estaba propuesta. El HUC afirma estar trabajando en el pliego técnico de un nuevo concurso.

En La Candelaria el conflicto se ha generado como respuesta de los trabajadores a las decisiones de la empresa. Según la portavoz de los trabajadores, Frieda Martín, tras el requerimiento de apertura total por parte de la Gerencia, la empresa decidió abrir sus puertas primero de manera parcial en el edificio de Traumatología y ahora en una "esquina" del edificio central. La portavoz de los trabajadores, del sindicato UGT, explicó que la empresa concesionaria paga un bajo canon de alquiler mensual (de 3.000 euros) a cambio de realizar reformas en la cafetería, que se encuentra en un estado "deplorable". Sin embargo, la empresa ha decidido abrir y acogerse a la contigencia por Covid-19 para no realizar dichas mejoras, lo que los trabajadores consideran que pone en riesgo sus puestos laborales.