El Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) celebrará una vista para resolver el recurso de apelación presentado por el abogado Isaac Tanausú Martín Hormiga contra la sentencia dictada por la Sección II de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife por el asesinato de tres personas en la localidad de Guaza, en el municipio de Arona, a manos presuntamente de su hijo y nieto adoptivo, Ricardo Ortega Martín, en marzo del 2018.

El acto judicial está previsto que se desarrolle durante la mañana del 2 de febrero del 2021 en la Sala de lo Penal del TSJC, en la plaza de San Agustín, en Las Palmas de Gran Canaria. Como presidente en la vista figurará Antonio Doreste Armas, mientras que como magistradas estarán Margarita Varona Faus y Carla Bellini Domínguez, que se encargará de la ponencia del mencionado recurso. A la vista están citados el condenado, Ricardo Ortega Martín, junto con su letrado; Carmen Luisa Martín Ortega y las otras personas que ejercieron la acusación particular en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial, así como su abogado, y la Fiscalía.

El abogado defensor argumenta en su recurso de apelación que en la sentencia se vulneró el artículo 846.bis c) e) de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (Lecrim), es decir, porque, según su criterio, se vulneró el derecho a la presunción de inocencia porque, atendida la prueba practicada en el juicio, carece de toda base razonable la condena impuesta.

El letrado Tanausú Martín asegura que la primera persona que llegó al lugar de los hechos fue el técnico sanitario de la ambulancia medicalizada, que testificó que el acusado estaba en estado de "shock", con las pupilas dilatadas y la piel pálida. Dicho testigo afirmó que las dos últimas circunstancias son propias de una persona que consume sustancias estupefacientes. Además, recalca que el "shock", según dijo el psicólogo forense en el juicio, supone un bloque psíquico que impide racionalizar y entender la conducta.

Además, otro testigo, el primer policía local de Arona que entró en la casa, aseguró en el juicio que Ricardo Martín Ortega estaba "muy nervioso" e "hiperventilando" cuando se encontró con él. Para la defensa, el acusado sufrió en ese momento trastorno mental transitorio, bien para que se aplique la eximente completa de la condena impuesta, o bien para que se considere como atenuante de su responsabilidad criminal.

El juicio en Santa Cruz de Tenerife se desarrolló a finales de junio. El Ministerio Público solicitó para el acusado 50 años de cárcel por matar a sus padres adoptivos y prisión permanente revisable por el asesinato de su abuelo. Los hechos ocurrieron en la madrugada del 23 de marzo del 2018 en la vivienda que la familia poseía en su finca de Los Llanos de Guaza. Tras haber tenido diferencias serias con sus padres en los últimos años, Ricardo Ortega esperó a que sus familiares se durmieran. Después, acudió a la cocina, cogió un cuchillo y subió a la primera planta de la casa. El primero al que atacó fue al padre. Después acabó con la vida de su madre y, más tarde, bajó a la planta baja y apuñaló hasta la muerte a su abuelo. Todos fueron sorprendidos mientras dormían y ningún tuvo posibilidad de defensa. El propio Ricardo llamó a la Policía Local de Arona para informar de que había hallado muertos a sus familiares y que habían sido unos ladrones. Pero los guardias civiles consiguieron que confesara su autoría. Fue condenado a 42 años de prisión y a prisión permanente revisable en julio pasado.