Las residencias para estudiantes universitarios ubicadas en La Laguna abren sus puertas ante el nuevo año académico y lo hacen con cerca de una centenar de plazas menos en el cursos anteriores. El descenso en la oferta se explica por el estricto protocolo de seguridad puesto en marcha en estos espacios y que ha obligado a clausurar las habitaciones que no son de uso individual. El Colegio Mayor Santa María es el que se ha visto más afectado por la reducción de plazas, mientras que el San Agustín no ha variado demasiado la organización de sus habitaciones.

Los colegios mayores laguneros abrieron sus puertas el pasado día 1 y a lo largo de las últimas jornadas los alumnos llegados desde diferentes puntos del Archipiélago han ido llenando las diferentes habitaciones. El Colegio Mayor Santa María ha pasado de ofertar 120 plazas a tan solo 57 puesto que hasta el año pasado contaba con habitaciones cuádruples que en la actual situación no pueden utilizarse. La Residencia Universitaria Parque de las Islas tan solo ha perdido diez plazas, pasando de 260 o 250; y el Colegio Mayor San Fernando recibe estos días a 97 estudiantes, aunque en años anteriores tenía capacidad hasta para 107.

La pérdida de plazas en las cuatro residencias hizo necesario que la Universidad de La Laguna (ULL) contactara con diferentes administraciones durante los últimos meses para idear alternativas en el caso de que las listas de reserva de los centros fueran muy grandes y muchos alumnos se quedaran sin plaza. La vicerrectora de Estudiantes y Empleabilidad de la ULL, Lastenia Hernández, explicó ayer que la primera lista de espera contaba con más de 300 alumnos pero lo cierto es que finalmente la ULL no ha tenido que buscar alternativas alojativas para ellos: "Han solucionado este problema por ellos mismos y muchos han negociado con sus facultades la posibilidad de realizar la docencia de manera virtual y retrasar sus prácticas para poder permanecer en sus islas de origen". En la actualidad, aún quedan plazas vacantes en algunas residencias aunque, indica Hernández, "el Ayuntamiento de La Laguna está pendiente de nuestras peticiones por si se diera el caso de tener que buscar soluciones para algún alumno". "Hemos antepuesto la seguridad a la economía", concluyó la vicerrectora de Estudiantes.

Vuelta a la residencia

Xerach Delgado es el director colegial del Colegio Mayor San Fernando y, tras varios años alojándose en este mismo espacio, reconoce que este está siendo un curso muy especial. Su labor como director colegial cobra estos días una mayor importancia puesto que es él una de las personas encargadas de informar al resto de sus compañeros sobre los cambios en el funcionamiento del centro. Asimismo, el equipo de coordinación es consciente de que este nuevo sistema aún cuenta con algunos aspectos que mejorar y por eso están abiertos a las opiniones de los usuarios para cambiar y avanzar.

"Esta primera semana ha sido muy diferente", reconoció Xerach Delgado quien enumera todos los espacios que han tenido que ser clausurados en el Colegio Mayor San Fernando para garantizar la seguridad sanitaria. Así, las mesas de billar y pimpón han sido retiradas y el salón social, clausurado. El objetivo de todas estas medidas es que no se congreguen más de tres personas en las zonas comunes lo que está dificultando que los estudiantes se conozcan entre ellos, afirmó Delgado. "Nos seguimos comunicando entre nosotros pero al hacer más vida en nuestras habitaciones, solos, tardaremos más en crear los lazos que en otras ocasiones se forjaban más rápido", relató el director colegial.

La zona del comedor es una de las áreas donde se han producido más cambios. De hecho, la Universidad ha decidido aunar en el Colegio San Fernando este servicio también para los alumnos alojados en el cercano Santa María puesto que es en el primero donde se pueden cumplir de mejor manera las medidas de seguridad sanitaria puestas en marcha. Se han establecido dos turnos de comida para el almuerzo y para la cena -con 80 estudiantes en cada pase-, cada alumno puede elegir la hora durante estas primeras semanas del nuevo curso. Más adelante, se hará un sorteo para determinar qué alumno acude a cada turno, aunque teniendo en cuenta los horarios de clase de cada uno de ellos. Además, la biblioteca, las salas de estudio y el gimnasio permanecerán cerrados hasta que la situación de la pandemia mejore. No obstante, el office sí que permanece abierto las 24 horas.

Inicio de curso con retraso

El retraso en el inicio del curso universitario 2020/2021, que dio comienzo el pasado lunes, también obligó a retrasar la apertura de estas residencias, que se produjo el pasado día 1. Lo habitual es que abran sus puertas desde comienzos de septiembre para recibir a los alumnos que se examinan en segunda convocatoria.

La llegada a las residencias se ha producido de la misma manera para todos los alumnos, que han tenido que someterse a la toma de temperatura y han firmado un documento en el que se comprometen a cumplir con el protocolo de seguridad sanitario establecido por la Universidad de La Laguna para estos espacios.

Nauzet Díaz y Lion Miranda son dos alumnos grancanarios que estudian Farmacia en la ULL y llevan ya varios años alojándose en el Colegio Mayor San Fernando. Este nuevo curso está siendo muy diferente para ellos, y no solo en lo que a la docencia se refiere, sino también en la que se ha convertido en su otra casa durante los últimos tres años. "Todo está siendo diferente: desde el sistema que se tiene que seguir para acceder a la lavandería, hasta el funcionamiento del comedor", explicaron ayer los alumnos que están pasando más tiempo de lo habitual en sus habitaciones, puesto que la permanencia en las zonas comunes es limitada.

El grupo de amigos que han hecho en el Colegio San Fernando a lo largo de los últimos años es más pequeño en esta ocasión puesto que algunos compañeros han optado por alquilar un piso en vez de alojarse en estas residencias. Tanto Díaz como Miranda reconocieron que ellos mismos llegaron a plantearse la posibilidad de alquilar una vivienda para estos meses pero finalmente obtuvieron plaza desde el primer momento en San Fernando. Y es que la vida está cambiando mucho para estos estudiantes que, aunque a lo mejor podrían estar más cómodos en sus propios pisos, con sus propias reglas, han confiado en el trabajo desarrollado por la Universidad de La Laguna para recibir al más de medio millar de alumnos de todas las Islas que llegan cada año a Tenerife para estudiar en la universidad pública.

Protocolo específico

La vicerrectora de Estudiantes y Empleabilidad recordó que la Universidad de La Laguna ha elaborado un detallado protocolo específico para el funcionamiento de las residencias estudiantiles. "Sabemos que se trata de lugares en los que el virus se puede diseminar muy rápido y eso se lo hemos querido dar a entender a los alumnos, para que ellos también tengan cuidado", relató Lastenia Hernández, quien destacó la importancia de cumplir con todas las normas, entre las que destaca que en las habitaciones se debe estar solo y está prohibido que accedan personas que no se alojan en estos espacios.

Sin normativa específica

Lastenia Hernández recordó que no existe una normativa específica para la gestión de los colegios mayores, por lo que cada universidad ha tenido que establecer sus propias normas para hacer frente a esta situación extraordinaria. Por tanto, el éxito en la lucha contra la pandemia en estos centros está íntimamente ligado a la administración realizada por la institución académica.

Hasta el momento no se ha dado ningún caso positivo de coronavirus asociado a estas residencias y, aunque la vicerrectora reconoció que será muy complicado mantener estos esperanzadores datos durante las próximas semanas, destacó que lo importante es que no se creen situaciones de riesgo entre los alumnos. En esta primera semana de apertura tan solo se ha tenido que lidiar con un caso sospechoso que se saldó con una PCR negativa después de que el alumno realizara de manera correcta el aislamiento durante la espera de los resultados.

Después de los rebrotes masivos que se han producido en diferentes residencias universitarias en varios puntos de España, Lastenia Hernández reconoció ayer que "estamos asustados por lo que podría suceder, pero lo cierto es que no hemos tenido ninguna incidencia hasta el momento y eso es también porque nuestros alumnos lo están haciendo bien".

"Un colegio mayor es como una gran familia y, en esta situación, queremos seguir siéndolo, pero con mayor distancia social", reconoció la vicerrectora universitaria quien añadió que "este año las relaciones entre alumnos serán más limitadas". Y es que el protocolo elaborado por la institución académica establece que "si un alumno pone en riesgo la salud de sus compañeros con alguna acción irresponsable, se producirá la expulsión inmediata".