El jefe del Servicio de Reumatología de Hospiten, Jerónimo Balsalobre, ha afirmado que el uso generalizado de la mascarilla podría estar funcionando ya como una suerte de vacuna, permitiendo inocuos de pequeña carga viral que pueden servir para inmunizar al grueso de la población.

Así lo ha informado el especialista como una de las conclusiones extraídas en el marco del congreso 'Actualización en el Diagnóstico y Tratamiento del COVID-19', para añadir que "este hábito, sumado a la higiene de manos y el distanciamiento social son de momento nuestros mejores aliados para frenar la propagación del coronavirus".

No obstante, el también director del congreso ha aclarado que para conseguir una inmunidad de grupo de forma natural o mediante vacunación aún se necesita tiempo.

Otra de las conclusiones abordadas durante este encuentro organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en colaboración con Hospiten y Cabildo de Tenerife, es que el patógeno se ha ensañado con personas de edad avanzada, pero confirman que "puede llevar a la UCI a pacientes de cualquier edad".

"Lo grave de la enfermedad deriva más de la respuesta hiperinflamatoria de nuestro propio sistema inmune que de la patogenicidad del virus y los tratamientos para frenar la replicación viral actuales están siendo de escasa utilidad.**Hasta la fecha el único tratamiento que ha demostrado eficacia en aras de disminuir la mortalidad es la dexametasona, un corticoide que lleva más de 60 años comercializado", explicó el Dr. Balsalobre.

Por su parte, los próximos 29 y 30 de octubre tendrá lugar, en el mismo acuerdo de colaboración con la UIMP, un encuentro sobre Inmunología Básica. En este caso, el objetivo de la formación está basado en su comprensión para la prevención de infecciones mediante la vacunación, y poder entender cómo las deficiencias, los excesos o los errores de la respuesta inmunitaria contribuyen al desarrollo de las enfermedades.