Juan Carlos Afonso Barrera compró una lata de gasolina con la firme intención de quemar viva a María Soledad Bobet, con quien durante varios años mantuvo una relación sentimental y de afectividad. Esa situación cesó en 2017. En noviembre de 2018, la mujer, también conocida como "Marisol", conoció y se enamoró de otro hombre. Sin embargo, como en tantas otras ocasiones, Juan Carlos, vecino de Barrio Nuevo, en La Laguna, no aceptó la nueva situación y presuntamente planeó matarla. Así, al menos, lo consideran el fiscal delegado de Violencia de Género en Santa Cruz de Tenerife, José Luis Sánchez-Jáuregui, y las acusaciones particular y popular en el juicio con Tribunal de Jurado que comienza hoy.

María Soledad actuó con confianza, porque nunca pensó que Juan Carlos fuera capaz de acabar con su vida, a pesar de que, según el entorno familiar de la víctima, en alguna ocasión la había insultado o amenazado. El domingo 13 de enero del 2016, Juan Carlos le llevó un perro a María Soledad a la vivienda de esta en Santa Úrsula para que se lo cuidara, porque supuestamente él tenía que trabajar en los días siguientes en el Norte de la Isla. Y fue a buscar la mascota el miércoles siguiente al domicilio en el que su exnovia residía con su madre. Además de pedirle el can a su expareja, presuntamente también le rogó que lo trasladara hasta La Laguna.

La víctima permitió que Juan Carlos subiera a su coche, un Dacia Sandero de color blanco, y lo llevó a La Laguna. Y, cuando circulaban por el Camino Fuente Cañizares, a la altura del campo de fútbol anexo al estadio de La Manzanilla, el ahora acusado presuntamente decidió realizar el ataque.

Iba sentado en el asiento del copiloto. Cogió el bote de gasolina, lo abrió y, por sorpresa, roció a la víctima. De forma inmediata, causó el fuego. A María Soledad no le dio tiempo ni de quitarse el cinturón de seguridad para, al menos, intentar huir. Como es evidente, ella perdió el control del turismo, que impactó contra un poste. Según consta en la realización de la autopsia, Marisol falleció por la inhalación de humo y las graves quemaduras, ya que su cuerpo quedó parcialmente carbonizado.

En un primer momento, el incendio pareció estar relacionado con un accidente de tráfico. Sin embargo, algunas piezas no encajaban con un hecho accidental. El ahora procesado logró salir del coche y también sufrió quemaduras de gravedad. Según la investigación de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Comisaría de La Laguna y recoge el fiscal en su escrito, Juan Carlos Afonso se desentendió de la afectada y huyó a su vivienda. Nada más entrar en el domicilio de Barrio Nuevo, sufrió un desmayo. Y se despertó varias horas después. Las lesiones le produjeron un gran dolor y, cuando ya no podía soportarlo más, llamó a su hermano para que lo ayudara. Este familiar lo llevó al Hospital Universitario de Canarias (HUC), donde ingresó a las cinco de la madrugada. Tenía quemaduras en el pecho, la cara, las manos y la entrepierna. Al día siguiente, entró en coma.

Del escenario del asesinato, los investigadores de la Policía Nacional recogieron muestras que fueron analizadas por personal de la Comisaría General de Policía Científica de Madrid. Y la conclusión de su informe fue clara. El incendio fue intencionado, porque el implicado usó gasolina como acelerante y ese factor fue clave para el avance de la investigación. Y la fuga del lugar de los hechos también levantó las sospechas de los agentes que acudieron al Camino Fuente Cañizares. Tras reunir todos los indicios necesarios, casi tres meses después de que ocurriera el suceso, la Unidad de Familia y Mujer llevó a cabo la detención de Juan Carlos Afonso Barrera por el asesinato con alevosía de María Soledad Bobet. Y el Juzgado de Instrucción número 4 de La Laguna decretó el 4 de abril del 2019 su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza.

Fuentes del entorno familiar de la víctima destacan el trabajo que los profesionales de la UFAM de la Comisaría de La Laguna llevaron a cabo para esclarecer el episodio de violencia de género y la atención prestada a los seres queridos de Marisol. El fiscal delegado de violencia de género solicita un total de 28 años de prisión para el procesado, de 54 años de edad y que, hasta el día de los hechos, carecía de antecedentes. La pena de privación de libertad se divide en 25 años de cárcel por el delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, dos más por los daños materiales provocados en el coche y otros 12 meses más por el delito de maltrato animal, ya que en el incendio murió su perro.

Según el Ministerio Público, el acusado deberá indemnizar con 120.000 euros a la madre de la víctima y 60.000 euros a cada uno de los hermanos de María Soledad. A dichas cantidades se añaden otros 6.500 euros por el valor del vehículo quemado.

La acusación particular que ejerce la familia de la víctima, que desarrollan José Luis Gutiérrez y Francisca Gutiérrez, reclama un total de 35 años y medio de prisión para el procesado. De esa cifra, 32 años son por el delito de asesinato con las agravantes de alevosía, ensañamiento y parentesco; 18 meses más por el delito de incendio, y otros dos años más por la muerte del citado can, según trascendió.