En un futuro incierto respecto a cómo se va a mover el virus, los expertos en Canarias abogan porque el Archipiélago adopte una posición más activa en la búsqueda de casos. "Es importantísima la vigilancia activa multiplicando los seguimientos y la realización de test y cribados en la población para la detección de casos por parte de las autoridades", afirma el jefe de Microbiología del Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria, Óscar Díez.

"Debemos poner en práctica las medidas de control de brote y transmisión comunitaria del virus que países como China, Japón, Corea del Sur, Nueva Zelanda, Islandia, Alemania, entre muchos otros muchos han hecho, y siguen poniendo en práctica y con enorme éxito", insiste el virólogo de la Universidad de La Laguna (ULL), Agustín Valenzuela. Unas medidas que sin embargo, "aún no estamos anticipando" y que, como remarca Valenzuela "de una vez por todas y en poco tiempo", pues será así como se pueda "evitar causar el menor impacto posible en la economía y que nuestros hospitales y centros de salud estén al borde del colapso de forma crónica". En este sentido, el jefe de la sección de Epidemiología del Gobierno canario, Amos García Rojas, considera que también se debe potenciar los recursos asistenciales. "Se debe potenciar la Atención Primaria, el dispositivo sanitario y la red de rastreadores", insiste el experto.

Para Lucas González, epidemiólogo y miembro de la Cátedra Universitaria, Reducción del Riesgo de Desastres y Ciudades Resilientes de la Universidad de la Laguna (ULL), la responsabilidad de la Administración recae en dos patas: el refuerzo del diagnóstico y el rastreo. No obstante, también insiste en que se debe "facilitar la cuarentena y el aislamiento, de manera que la mayor parte de quienes deban hacerlo puedan hacerlo pronto, de forma correcta, y durante el tiempo necesario". Se trata, según el experto, de considerar el "confinamiento personal" como un servicio público, rentable para el conjunto de la sociedad. Asimismo, insiste, como el resto de expertos, en la urgencia de actuar de inmediato, pues aunque se han hecho algunos esfuerzos, "es necesario completar los preparativos porque el otoño y el invierno se nos echan encima rápidamente" Sin embargo, no toda el peso del futuro de la pandemia corre a cargo de la Administración. La responsabilidad individual se configura como una baza fundamental para detener el avance del virus. "La situación sigue siendo preocupante, porque seguimos sin tratamientos eficaces y a la espera de una vacuna que suponemos que tardará algún tiempo en llegar y ser efectiva", explica Óscar Díez, que recuerda que "esto unido a la necesidad imperiosa de abrir nuestras economías y realizar una vida normal", obliga a la sociedad a convivir con el virus.

"La solución a todos estos problemas es la misma: insistir en estrategias tendentes al covid cero", explica Lucas González, que ve fundamental la educación, tanto para ciudadanos como para la administración. "Esta educación debe ir dirigida a que se entienda que lo importante no es cada factor sino su combinación: número de personas, interiores, ventilación, uso de mascarillas, y tiempo. Este conocimiento permite reducir el riesgo en todas las actividades", insistió el epidemiólogo.

Por su parte, Valenzuela recuerda que este escenario pandémico está lejos de ser "pasajero" y que es necesario que el Archipiélago se adapte a futuras contigencias, ya sean causadas por un virus emergente como por el propio cambio climático. "Debemos pensar ya escrutcturas y formas de trabajo planificados, de largo plazo, de envergadura y sostenidas en el tiempo, para disponer de los mejores hospitales del mundo con capacidad científica y tecnológica y que permitan actuar rápidamente", afirma el virólogo.

Según Valenzuela, el mayor fallo hasta ahora ha sido "no actuar rápidamente". "SARS-CoV-2 nos ha pasado el claro mensaje de que no estamos preparados", sentencia. Sin embargo, la situación se puede revertir. Canarias puede apostar por un camino que lidere la ciencia y la tecnología. Con ese cambio de paradigma, el Archipiélago estará preparado entonces para afrontar estos y otros retos del futuro.