Sin ingresos, con muchos gastos y con un horizonte muy negro. Esa es la realidad de Lolo Villaverde Domínguez, dueño del pub Área Crítica de A Coruña, que lleva casi siete meses cerrado. "Queremos volver a nuestro trabajo. No somos el foco de infección de nada", manifiesta como miembro del sector del ocio nocturno.

Desde el viernes permanece encerrado en su establecimiento, que abrió hace ya 35 años. Ha iniciado una huelga de hambre para demostrar las "calamidades" que está sufriendo el sector. "Si seguimos así, muchos tendremos que cerrar", sentencia, preocupado por el futuro más próximo.

Lo que Lolo Villaverde tiene claro es que no se va a callar ante esta situación. "Si me quedo por el camino, pues me quedo, pero que sea luchando porque nadie se va a reír de mí", asegura, a la vez que insiste en que lo único que quiere es que le "dejen trabajar".

La calle Orzán -donde se ubica el local- parece ahora un desierto, muy lejos de la imagen de hace unos años, llena de jóvenes, música y pubs abiertos. "Yo nunca tuve problema con los vecinos. Solo quiero abrir y veo que hay otros que siguen con su actividad. No puede ser. El ocio nocturno está muy mal", denuncia.

El plan del dueño del Área Crítica es "seguir con la huelga de hambre hasta que se pueda abrir". Ha elegido ese camino porque "todo lo demás queda en el olvido". "Después de hablar con políticos y de movernos para solucionar esto, vemos que seguimos muy mal, por eso he decidido encerrarme y que se vea", señala.

Su familia, como no puede ser de otra forma, está "muy preocupada", pero entiende la postura de Lolo Villaverde, que reconoce que "en base al trabajo" siempre ha defendido su local. "No puede ser que ahora se tire por tierra todo el trabajo de los últimos 35 años", resume.

Reivindica "más ayudas económicas" para el ocio nocturno y que "compensen el periodo de cierre del estado de alarma y de ahora". "Durante este tiempo hemos pagado alquileres y recibos. La SGAE sigue mandando el suyo, pero estamos cerrados", critica y se pregunta "cómo se va a resolver esto". A las puertas del local tiene un libro de firmas, para que todo aquel que quiera apoyarle en esta aventura deje constancia de su compromiso. Villaverde recuerda, además, que esta huelga "no es una mentira", asegura que no va a hacer "ninguna trampa" y que espera que esta lucha llegue a algún sitio. "Nadie me va a hacer caso si no hago algo así", concluye.