Tras la vuelta al cole de los más pequeños, ayer fue el turno de los 125.000 chicos y chicas que cursan en Canarias la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) y Bachillerato. Los alumnos acudieron a las presentaciones con sus compañeros y profesores con la certeza de que este curso va a ser el más especial de cuantos hayan pasado hasta ahora. Sin duda, el reto al que se enfrentan los profesores y el personal administrativo es conseguir que sus estudiantes mantengan la distancia de seguridad y no se relacionen con los miembros del resto de clases.

Aunque la mayoría fueron a clase solos o acompañados por sus amigos, algunos padres también decidieron ir con sus hijos hasta la entrada de su instituto. Las redes sociales reflejaron algunas críticas de padres y madres de alumnos de determinados centros de la capital, como el colegio La Salle, donde se produjeron algunas aglomeraciones de estudiantes en las calles que rodean las instalaciones educativas. Muchos de ellos reclamaban en sus mensajes más presencia policial.

Sin embargo, en el Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) Teobaldo Power, situado junto a otros centros educativos en el barrio capitalino de la Cruz del Señor, la jornada transcurrió con normalidad. Conchi Rodríguez acompañó a su hija Irene. Algo nerviosa al ser su primer día en este centro, la joven estaba más preocupada por estrenarse en un nuevo entorno educativo que por las precauciones a adoptar para evitar contagios por el Covid-19. "Este curso, por ejemplo, los alumnos nuevos no han podido venir a conocer las instalaciones y a los profesores ", explicó Rodríguez. "Eso sí, el director hizo un vídeo informándonos de todo que nos sirvió bastante para hacernos una idea", añadió.

Muy cerca, junto a la puerta, Paola Espinoza y Leonardo Cruz acompañaron a Kira en su primer día. Ella ya conoce el Teobaldo y moría de ganas por volver a clase. "Estamos bastante preocupados. Si se da un caso en una clase habrá que aislarlo y si se producen muchos el centro tendrá que cerrar. Es una situación muy difícil", aseguraron.

Este curso, casi 850 alumnos acudirán a las clases del Teobaldo Power. Para hacer de este espacio un lugar lo más seguro posible, han dividido los niveles educativos por turno. De esta manera, los estudiantes de ESO (463) irán a clase por la mañana y los que estén cursando Bachillerato (381) acudirán en turno de tarde. La jornada arrancó con las presentaciones para primero y segundo de la ESO. Este proceso continuará a lo largo de toda la semana.

Está previsto que el próximo lunes todos los estudiantes empiecen a asistir con regularidad. El acceso al centro se realizará a través de tres entradas distintas. Hace apenas seis meses, ni profesores ni alumnos se hubieran imaginado nunca en esta situación: tomando uno a uno la temperatura de todos los estudiantes, pidiéndoles que se laven las manos con gel hidroalcohólico antes de pasar y haciéndoles formar en filas en el patio. Pero también hay lugar para las sonrisas y el equipo del Teobaldo se ocupó ayer de aportar un poco de humor a la situación. "Anímense, estamos seguros de que podemos ofrecer una enseñanza de calidad con mucha, mucha seguridad", explicó el director, Emilio Hernández, durante la breve charla de bienvenida que ofreció en uno de los patios de la instalación.

Hernández aseguró que todo el equipo del instituto ha "echado de menos a los alumnos" y que tenían "muchas ganas de volver a verlos aquí". Están preparados para retomar la educación online en cualquier momento y para ello han habilitado una plataforma en la que cada uno de los alumnos ya está identificado. Asimismo, han creado una Comisión Covid que velará por la seguridad de todos.

Este año en el Teobaldo los alumnos no transitarán por los pasillos para acudir a las distintas aulas entre clase y clase. Cada curso permanecerá en un único salón y cada alumno se sentará en el lugar que se le ha asignado. El objetivo es crear grupos burbuja que no entren en contacto entre ellos y para ello el director les pidió ayer responsabilidad a los chicos, especialmente a las horas de los recreos.

Los alumnos acudieron además a un Taller Covid en el que se les insistió sobre las medidas de seguridad que deben incorporar al día a día del centro. Luego tocó una sesión especial dedicada a las nuevas tecnologías para prepararlos para el caso de que haya que retomar la educación online en algún momento a causa de un brote o contagio. "Este no es un problema solo de nuestros padres o abuelos, todos tenemos que poner nuestro granito de arena porque si uno no cumple nos puede perjudicar a todos", concluyó en su charla el director.