La pandemia ha ocasionado trastornos de diversa índole en el ámbito de la educación superior, entre ellos los programas de movilidad internacional como el Erasmus+. En estos meses, el Vicerrectorado de Proyección, Internacionalización y Cooperación de la Universidad de La Laguna ha observado una evidente desaceleración de las motivaciones de los estudiantes a participar en esta iniciativa, que se ha traducido en muchas renuncias a solicitudes que ya habían sido aceptadas.

Si bien estos últimos años la tendencia de los estudiantes de la Universidad de La Laguna a sumarse al programa iba en aumento, con más de un centenar de nuevas movilidades cada año, esta edición que ahora comienza viene marcada por el escenario de incertidumbre, que ha hecho que muchos estudiantes hayan renunciado a la plaza obtenida. Así, de las 576 solicitudes iniciales, solo saldrán a destinos europeos un total de 155 alumnos, de los cuales solo 50 lo harán en el primer cuatrimestre.

En cuanto a solicitudes entrantes recibidas, se han registrado un total de 379 frente a las más de 500 del año pasado, lo cual también es un reflejo de la actitud de prudencia del alumnado a la hora de enfrentar una movilidad en este curso académico. Por el momento se han confirmado 185 estancias del total de solicitudes, pero dado que el plazo finaliza a finales de octubre, esta cantidad podría aumentar.

Desde la Universidad de la Laguna, como en el resto de universidades españolas y europeas, se ha tratado de ubicar el mayor número de movilidades posible en el segundo cuatrimestre, con la esperanza de que el escenario marcado por el Covid-19 sea más favorable. En este descenso hay que tener en cuenta también que la Facultad de Ciencias de la Salud ha suspendido toda práctica clínica en el exterior, lo que se nota en la bajada de movilidades finales dado que se trata de un centro muy demandante de este programa.