Entre el suelo y el cielo hay algo... que cantaba Mecano seguro que sin saber que entre el suelo y el cielo, al menos en Canarias, se encuentra el paraíso en forma de miradores que aprovechan las vertiginosas barranqueras y riscos para deleitar a los visitantes, turistas o locales que no pueden dejar de sorprenderse ante lo que la naturaleza les pone ante los ojos en lugares como Lanzarote, La Gomera, El Hierro o Gran Canaria, lugares donde estas fantásticas construcciones se han convertido en referentes turísticos e imagen de cada isla.

El Mirador de Abrante se ha convertido en un importante reclamo turístico en La Gomera, gracias a las increíbles vistas del Teide que ofrece, y es fundamental garantizar su acceso con las máximas garantías de seguridad.

El único acceso al Mirador de Abrante se realiza a través de una carretera que parte desde el Centro de Visitantes del Parque Nacional de Garajonay, en Juego de Bolas y que soporta un elevado tráfico de vehículos ligeros y de guaguas turísticas, por lo cual ha sido remozada.

En la isla de Lanzarote si se habla de mirador hay que pensar en el Mirador del Río, el balcón diseñado por César Manrique desde el cual se aprecian las mejores vistas del Archipiélago Chinijo formado por La Graciosa, Roque del Este, Alegranza, Montaña Clara y el Roque del Oeste.

En la isla del Hierro se encuentra el Mirador de La Peña en Guarazoca, al norte de la isla de El Hierro. Las vistas que dan al valle de El Golfo muestran la Fuga de la Gorreta, un risco elevado a mil metros sobre el mar y por el que antes los pastores transitaban moviéndose libremente por los desniveles. Desde el mirador se pueden apreciar también los roques de Salmor, los viñedos y frutales que llegan hasta la costa.

Un mirador con nombre propio, en este caso, César Manrique. Una perla situada en uno de los puntos más altos de la isla y diseñada por el arquitecto canario para rendir homenaje a la tierra y crear un ambiente fresco y acogedor. El resultado fue una obra decorada con plantas, ventanales y techos de piedra. El interior está dedicado exclusivamente para el Restaurante Mirador de La Peña, para que el usuario disfrute de una carta de gastronomía canaria.