¿Cómo se encuentra tras haber estado ingresado con Covid-19?

El hecho de haber estado enfermo y razonablemente lúcido, aunque ingresado en un hospital, te permite tomar conciencia de que el hombre es una doble realidad: por una parte, somos muy contingentes en lo biológico, muy frágiles, pero tenemos, gracias a Dios, raciocinio. Se trata de lo que los clásicos llaman el alma y otros llaman la psique. Es positivo tomar conciencia de que eres un ser humano frágil pero que hay algo dentro de ti que no cede a esa fragilidad.

¿Lo peor era pensar que le podían llevar a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y sedarle temiendo que podría no despertar?

Se te pasa todo por la cabeza. Yo, modestamente, soy creyente, y el creyente tiene la esperanza. La fe no es comprobable científicamente, pero confiaba en que, si Dios es Padre, cualquier cosa que me ocurriera sería para bien. Sí que pensé que podía morir, y eso te hace sensible a dos hechos: primero tratar de reparar cosas que has hecho mal en la vida, personas a las que has ofendido. Y segundo, tratar de mejorar, sabiendo que tienes menos tiempo de ayudar a otros. Soy médico, y eso me orienta a un servicio abnegado hacia los demás, manteniendo una actitud de escucha atenta hacia ellos. He tenido el privilegio de estar en mi vida en muchas posiciones y he desempeñado muchas tareas profesionales. La que permanece es la que te otorga la capacidad de atender a otros, sobre todo al que no te puede "corresponder". Cuando estás enfermo ves las prioridades que tienes que tener al salir de esa situación par a partir de entonces tratar de centrarte en ellas y te aseguro de que no son las mismas de antes de estar enfermo .

En el hospital también tuvo tiempo de reflexionar por lo que había ocurrido semanas antes. El 5 de febrero dijo que "en España teníamos que estar más preocupados por la gripe que por el coronavirus". Dos días después, el CCAES de España pidió al ECDC que rebajase la alarma, diciendo que "el virus no tendrá un alto impacto". ¿Por qué los científicos españoles no dieron la voz de alarma sabiendo lo que estaba pasando cerca en un país como Italia? ¿Fue mayor el miedo a ser acusados de alarmistas?

No lo creo. Hay otras declaraciones mías en las que dije que teníamos que ser humildes, pedir perdón y tratar de reparar.

Sí, las he leído.

Lo que siempre he dicho es que no supimos anticiparnos a la dimensión que ha tenido posteriormente la pandemia de coronavirus. Desde el mes de enero leía los correos de la OMS, en los que el Centro de Control de Enfermedades de China notificaba unas decenas de fallecidos por una neumonía que ellos catalogaban como nueva e inusualmente grave. El centro homónimo de la OMS en aquel país enseguida comunicó a todos los centros del mundo lo que iba ocurriendo, y eso fue la víspera de Reyes, el 5 de enero. En pocos días las autoridades chinas publicaron la secuencia genética del nuevo coronavirus SARS-CoV-2. Por cierto, es uno de los virus ARN de mayor tamaño que hemos conocido jamás.

¿Ah, sí?

Son casi 30.000 pares de bases, es un tamaño inusualmente elevado para un virus ARN. En China identificaron la fuente zoonótica y la proximidad con murciélagos prevalentes en aquella zona del globo. Aunque se apunta la presencia de algún huésped intermediario. Apuntaron que el salto a seres humanos se puede efectuar por huéspedes intermediarios y finalmente que se transmitía entre personas. En ese momento entendimos que, aun siendo un tema que emergía en China, podía extenderse. Lo que no valoramos hasta el 12 de marzo, cuando apareció en el New England Journal of Medicine la primera serie de pacientes, fue la gravedad que confería a segmentos no ya mayores, sino también de la edad media de la vida. Yo ahí tomé una conciencia más clara de lo que podíamos estar atendiendo. Si no recuerdo mal, la pandemia se declaró el 11 de marzo...

Sí, la OMS la declaró en esa fecha.

Nosotros cruzamos correos con nuestros gestores sanitarios el 6 de marzo etiquetando de pandémica la situación, días antes de que lo hiciera la Organización Mundial de la Salud. La OMS había declarado una emergencia internacional a finales de febrero, lo ha hecho en seis ocasiones en las dos últimas décadas. Entendíamos que la diseminación, como luego se ha demostrado, podía comprometer gravemente los servicios asistenciales de Occidente y de otras zonas, como sigue ocurriendo ahora mismo aquí y en otros continentes.

¿La relativa falsa alarma de la gripe A de 2009, para la que España compró 37 millones de vacunas que luego no se utilizaron, influyó en que no se encendiese la luz de alarma con anterioridad? ¿Fue como el cuento del lobo?

No lo sé. No soy sociólogo y no entro a valorar las líneas de pensamiento o de decisión de las autoridades políticas, ni ahora ni entonces. Lo que sí sé es que, desde las competencias que nos otorga la virología, en aquel momento recibí el encargo de mi consejero de una coordinación epidemiológica de Castilla y León, que es uno de los 17 sistemas sanitarios que integran el país. Solo administramos una de cada tres vacunas monovalentes que se adquirieron para la gripe pandémica, la A. Y esto es una llamada a que, por favor, en el momento en el que el mundo disponga de posibilidades de vacunación, no surjan movimientos antivacunas y no se les dé pábulo a los detractores. En segmentos tan sensibles como el de las mujeres embarazadas, solo vacunamos entonces (en 2009) a una de cada veinte. En cierta medida esta baja cobertura vacunal representó una minusvalía para el sistema de salud.

Ya.

En esto no hay por qué criticar. Ojalá lo que ocurra sea lo contrario, que sepamos dimensionar que una segunda oleada puede ocurrir. Lo lógico es abonarse a un escenario gris, para que si es blanco podamos felicitarnos... parece de sentido común.

El de la gripe y el SARS-CoV-2 son virus diferentes.

Desde el punto de vista genómico son virus distintos, con reservorios diferentes. Los tipos A y B de la gripe tienen ocho segmentos genómicos. El tipo C posee siete y otros tipos de Orthomyxovirus que infectan animales tienen menos. Los coronavirus presentan solo un genoma lineal, y la gripe, como se ha visto estos días, tiene algunos focos emergentes con reservorios zoonóticos no ya salvajes, sino estabulados o muy próximos al hombre, como son el porcino y las aves. El SARS-CoV-2, no: en principio el reservorio son animales salvajes que pueden adoptar una transmisión por huéspedes intermediarios. También el periodo de incubación es muy diferente en uno y en otro, y la proporción de individuos asintomáticos parece mucho más elevada en el SARS-CoV-2, lo cual garantiza la transmisión en cadenas silentes. Hemos aprendido lecciones que nos llevan a abordarlos de manera distinta.

¿Es conveniente que toda la población se vacune para la gripe este otoño, para que no coincida con una posible segunda ola de Covid-19. la que aparece que ya se nos echa encima?

La vacuna de la gripe es una buena práctica en salud. Sus detractores argumentan que su efectividad no es del 100%. Evidentemente, no lo es. Depende de la concordancia que exista entre las cepas incluidas en la vacunación y los virus que circulen, que se hace anticipadamente. A eso nos dedicamos nosotros en uno de los tres centros nacionales de gripe que tenemos en España y que se ubica en Valladolid, a notificar a la OMS qué cepas circulan, y la OMS indica con anticipación suficiente como para producir vacunas, de seis meses, cuál debe ser la composición de la vacuna. La vacuna de la gripe se diseña con un cálculo de probabilidades y de modo previo a la circulación del virus.

Claro.

Corremos el riesgo de que el virus pueda hacer una deriva, que mute, o que no haya una concordancia entre las cepas incluidas en la vacuna y las que luego circulan. Además, hay otras variables inherentes al huésped: hay personas que no responden de una manera óptima, segmentos de edad con inmunosenescencia, criterios de patologías de base, oncológicos, pacientes inmunodeprimidos... Desde nuestra actividad abogamos por el aumento de las coberturas. No lo digo yo, sino en la Unión Europea. En la última década, en nuestro entorno habíamos caído 10 puntos en cobertura de vacunación antigripal. De 2007 a 2017, nuestro país fue decreciendo en prevalencia de vacunación en mayores de 65. Y eso es lo que tenemos que recuperar, coberturas vacunales más elevadas frente a la gripe.

¿La vacuna contra la gripe puede proporcionar inmunidad cruzada o reforzar nuestro sistema inmunitario de cara a una infección de SARS-CoV-2?

No lo sé, no trabajo en inmunología. Lo que sí sé es que la vacuna de la gripe induce protección heterotípica frente a cepas potencialmente emergentes como importantes para el ser humano. Nosotros hemos documentado y publicado que personas que han tenido infecciones con virus de la gripe que han circulado hace décadas, cuando se las vacuna con las vacunas actuales hacen una respuesta heterotípica que las puede proteger frente a cepas potencialmente pandémicas que circulan en el ámbito animal, fundamentalmente virus aviares, y eso es muy interesante. El estímulo que la vacuna de la gripe induce en el sistema inmunitario de células produce una memoria que puede beneficiar una respuesta heterotípica frente a otras infecciones, pero no creo que sea muy determinante frente a virus distintos, como son los coronavirus.

Algunos médicos han dicho que los médicos centinelas de la gripe, que monitorizan los virus gripales en pacientes de atención primaria, podían habían tenido un papel fundamental en febrero y marzo para la detección temprana de transmisión comunitaria de Covid-19. ¿Se puede retomar esta idea?

Se está replanteando. Nuestro sistema sanitario, y también el europeo, a través de los ECDC y de la propia OMS, ha planteado tres tipos de estudios muy interesantes, y uno de ellos coincide con lo que usted señala, que los médicos centinela, cuando empiecen a asistir cuadros de infección respiratoria, son unos observadores excelentes para detectar la circulación de virus potencialmente implicados en los pacientes que demanden asistencia clínica por este motivo. Para eso es fundamental que desde nuestros servicios de Microbiología les otorguemos capacidad diagnóstica para diferenciar la causa de los cuadros. Será prioritario distinguir cuándo circule el virus respiratorio sincitial, los virus parainfluenza, algunos enterovirus, los rinovirus, los bocavirus... Y cuándo se inicie la actividad de los virus gripales, tanto del A con sus dos subtipos, el H1 y el H3, como del B, y sus linajes, el Victoria o el Yamagata. Y, por supuesto, el SARS-CoV-2, si se va a constituir como un virus estacional que se va a unir a sus otros cuatro congéneres de coronavirus que circulan en otoño e invierno en nuestro país, y que estamos acostumbrados a identificar: dos coronavirus alfa (HCoV-229E y HCoV-NL63) y dos coronavirus beta (HCoV-HKU1, HCoV-OC43)

El virólogo Raúl Ortiz de Lejarazu ha dicho que la inspección visual es absurda y que 3 de cada 10 infectados, como mínimo, pasarán el control aeroportuario. ¿Qué se puede hacer para mejorar el control? ¿Hacer la prueba PCR a 10 o más muestras conjuntamente, como hacen en China, puede ser una buena solución para ahorrar tiempo?

Tiempo y dinero... El profesor Ortiz de Lejarazu fue mi maestro, me dirigió la tesis doctoral junto con el profesor Orduña. Raúl tiene ideas muy acertadas y mucha experiencia en virus respiratorios. Lo que propugna es la utilización de métodos que se anticipen a la circulación de los virus en algunos entornos, que están muy de moda. Estudiar la vía respiratoria y digestiva permite, por un sistema individual o de lotes, anticiparse a la existencia de casos. Los lotes se han utilizado, como el empleo de muestras no intrusivas, como pueden ser las aguas residuales, o de la saliva, que trabajamos para documentar la presencia de anticuerpos frente al VIH.