Las listas de espera reflejan ya el parón de actividad sanitaria que se produjo en Canarias durante el estado de alarma. La Covid-19 obligó a demorar muchas operaciones quirúrgicas pues, entre marzo y mayo, la asistencia sanitaria se enfocó únicamente a poder evitar contagios y muertes por la enfermedad que amenazaba al planeta y, en estas condiciones, a poder dar salida a las operaciones que de ningún modo se podían demorar, como las oncológicas o las que derivaban de alguna urgencia. Los quirófanos se reconvirtieron en camas de UCI para poder hacer uso de sus respiradores, las plantas se cerraron para aislar a pacientes muy contagiosos y, tiempo después, mientras el Archipiélago entraba en la tan valorada nueva normalidad y trataba de olvidar la economía de guerra, un total de 2.161 pacientes veían como sus operaciones se demoraban y empezaban a formar parte de la lista de espera quirúrgica de más de 6 meses.

La apertura de los quirófanos por las tardes, la concertación de muchos procesos -normalmente los más leves- y el esfuerzo en conjunto de los sanitarios ha propiciado que en los últimos años los indicadores de espera quirúrgica hayan mejorado considerablemente. En diciembre esperaban por una intervención 25.888 personas durante una media de 133 días. Los datos que manejaba en junio de este año la Consejería de Sanidad muestran un claro impacto de la pandemia, pues aunque se reduce el número de personas en lista de espera, aumenta el tiempo de espera, que crece en un mes, y produce un trasvase los pacientes entre la lista de espera de menos de 6 meses a la de más de 6 meses. En junio de 2020 fueron 25.460 las personas que aguardan por una operación quirúrgica, de las que 17.393 llevan menos de seis meses esperando y 8.067 esperan desde hace más de medio año el paso por quirófano que pueda cambiar su estado de salud. La demora media es ahora de 163 días, aunque lo más habitual es que al menos se espere 121, es decir cuatro meses. Esto significa que ahora se espera un mes más que a finales de diciembre, cuando la Covid-19 era una enfermedad que solo afectaba a China. Sobre este último aspecto, la Consejería de Sanidad destacó que el análisis de la evolución mensual desde enero hasta junio evidencia el efecto del estado de alarma por la Covid-19 en la actividad hospitalaria entre los meses de marzo y mayo. "Se observa un incremento del tiempo de demora media entre los meses de marzo y mayo, en el que este indicador alcanzó los 175 días, mientras que desde entonces se ha registrado un descenso hasta los 163 del cierre del semestre a 30 en junio, una tendencia a la baja que se mantiene", afirmó la autoridad sanitaria en un comunicado.

Los pacientes han disminuido fundamentalmente en el Hospital Universitario de Canarias (200 menos), en el Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín (379 menos), en el Hospital Insular Materno-Infantil de Gran Canaria (388 menos) y en el Hospital José Molina Orosa (217 menos). Por el contrario han aumentado mayormente en el Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria, que suma 450 pacientes más y en el Hospital General de Fuerteventura, cuyo cómputo tras la primera ola de Covid-19 lo deja con 230 pacientes más en lista de espera.

Los datos reflejan la realidad a la que tuvieron que acogerse los hospitales de Canarias durante las épocas más duras de la primera ola de Covid-19, dado que mientras se ha reducido el número de nuevos pacientes, ha aumentado casi en el mismo número los que llevan más tiempo esperando. Las especialidades en las que se han acumulado más canarios que llevaban ya al menos medio año esperando para operarse han sido aquellas menos urgentes y las que suelen tener per se más afluencia de pacientes. En oftalmología, por ejemplo, se han demorado las intervenciones de 783 pacientes, mientras que en traumatología, se han sumado 464 personas a su lista de espera de más de seis meses.

Cabe destacar que esta situación es aún más visible en las islas menores de la provincia occidental dado que sus hospitales suelen carecer de pacientes en espera mayores a seis meses. Durante este tiempo, los hospitales de La Gomera y La Palma han aumentado el número de pacientes en espera desde hace más de medio año en 31 y 54, respectivamente. Además, tanto estos dos centros hospitalarios como el de El Hierro han aumentado su tiempo de espera medio entre 15 y 50 días, siendo la isla más afectada La Gomera.

Durante el primer semestre del año se realizaron 39.989 intervenciones, de las que 37.410 fueron en centros propios del Servicio Canario de la Salud y 2.579 en centros concertados. Durante el estado de alarma la actividad quirúrgica no cesó, y entre marzo y mayo se realizaron un total de 18.748 intervenciones. De ellas, 3.469 -el 18%- se efectuaron en abril, mes que registró el mayor descenso con respecto al mismo periodo del año anterior.

Aunque durante el estado de alarma tampoco cesaron las consultas externas a especialistas hospitalarios, su reducción se ha dejado notar en la cifra total de cierre del semestre, en el que se alcanzaron 1.407.949 consultas. Este dato supone un 18,6% menos que en el mismo periodo de 2019, concentrándose los mayores descensos de actividad en los meses de abril y mayo. De hecho, este junio se han contabilizado 95.548 pacientes, lo que supone una reducción de 45.838 con respecto a diciembre de 2019, un 32,4% menos. El descenso afecta a todos los centros hospitalarios y especialidades de Canarias.

Al igual que en las listas de espera quirúrgica, las especialidades que antes acumulaban más pacientes ahora son las que más han reducido la lista, dado que muchos han decidido demorar estas consultas, menos urgentes, para otra ocasión. Así, las especialidades que más descienden son Oftalmología, que pasa de 29.481 pacientes en diciembre de 2019 a 19.977 en junio de 2020, y Dermatología, que se reduce de 22.531 a 15.212 personas.

También se han reducido las listas de espera de pruebas complementarias. El número de pacientes pendientes de alguno de los estudios especializados como un TAC, o una ecografía ha pasado de 24.929 a 23.967 este junio.