La reina Sofía está viviendo un verano tranquilo pero complicado con don Juan Carlos cuestionado y la unidad familiar cada vez más frágil. Hay que recordar que hace escasos días se confirmaba la presencia del rey emérito en Emiratos Árabes y, por fin, se conocía su paradero.

La emérita no ha protagonizado este año ninguna de sus salidas por Palma junto a Felipe, Letizia y tampoco con sus nietas Leonor y Sofía, una estampa que solía repetirse cada año en más de una ocasión. Tras dos semanas sin salir de Marivent y ya con los Reyes de vuelta al Palacio de la Zarzuela, el pasado miércoles fue el primer día que se la pudo ver por Palma. Sofía estuvo acompañada por tres personas de su máxima confianza, en quienes se apoya en estos momentos complicados: su hermana Irene de Grecia, su amiga Tatiana Radziwill y el esposo de ésta el doctor Jean Henry Fruchaud.

La reina pudo disfrutar de un paseo por algunas de las zonas más céntricas de Palma e, incluso, tomar con ellos algo en una cafetería situada en pleno Paseo del Born.La última vez que la Reina se dejó ver y fotografiar

(fue también la primera que se le veía tras conocerse que don Juan Carlos había abandonado el país) fue el pasado 5 de agosto mientras compraba en El Corte Inglés de Jaime III y en The Body Shop de la calle Sant Miquel.

Los días siguientes se refugió en Marivent. Y no acompañó a los Reyes a ningún acto de su agenda y tampoco hubo salidas de ocio. Una estrategia de Casa Real que parece que ha dejado a doña Sofía apartada de su protagonismo habitual cuando Felipe, Letizia y sus hijas vienen a pasar las vacaciones en Mallorca. Un cambio significativo ante el que la emérita parece que ha reaccionado saliendo a pasear y sentándose en una terraza en pleno Born, buscando el reconocimiento de los ciudadanos, que sin duda la fotografiaron e incluso hablaron con ella.

La relación de Sofía con la princesa Tatiana Ratziwill viene de muy atrás, de cuando eran niñas. Tatiana es la nieta del príncipe Jorge de Grecia, primo del padre de Doña Sofía. Se conocieron en la infancia, pues la invasión nazi forzó el exilio de su familia. En este caso, a Sudáfrica, donde ya se encontraban los padres de Tatiana. Allí empezó una amistad que ha durado toda la vida y que ha sido uno de sus pilares fundamentales, y más en momentos como este.

Tatiana ha acompañado a la Reina en varios de sus momentos vitales más importantes: el primer encuentro con don Juan Carlos en el crucero Agamenon y su boda en Atenas, de la que fue dama de honor. Tatiana contrajo matrimonio en 1966 con el doctor Jean Henry Fruchaud, un prestigioso cardiólogo francés. En verano suelen instalarse en el palacio de Marivent, sobre todo desde que Juan Carlos I y Sofía hacen vida por separado.