Los servicios de microbiología de los hospitales de Canarias no han parado de buscar métodos para incrementar el número de pruebas diagnósticas de Covid-19 que realizan al día en las Islas. Sin embargo, la compleja técnica para recoger muestras, que se realiza en los puntos de recogida que riegan todo el Archipiélago, ralentiza todo el proceso y hoy se configura como una de los mayores impedimentos para poder llevar a cabo cribados masivos y rápidos en Canarias.

Así lo afirmó ayer Óscar Díez, jefe del servicio de Microbiología del Hospital de La Candelaria, que destacó que tan solo en este centro hospitalario se podrían llegar a realizar 8.000 PCR al día. En un encuentro digital, organizado por la Consejería de Sanidad, Díez explicó que el método actual de recogida de muestras lo debe hacer personal cualificado al que siempre se debe garantizar su protección mediante Equipos de Protección Individual (EPIs), lo que convierte a este método en un verdadero cuello de botella para el diagnóstico de la Covid-19 en Canarias. "La muestra ideal es ahora la nasofaríngea y si no se introdujera de forma correcta el hisopo podría dar lugar a falsos negativos", explicó Díez.

Literatura científica

Pero la situación podría cambiar en el futuro pues ya "hay literatura científica que habla sobre las tomas orofaríngeas -es decir, en la faringe-". Si se comprobara definitivamente y democratizara un método para diagnosticar el SARS-CoV-2 en una muestra de saliva, "podría posibilitar la toma de muestras autónoma". "Si consiguiéramos culturizar a la gente sobre cómo recoger sus propias muestras podríamos evitar la toma de miles de muestras diarias", concluyó el experto.

En cualquier caso, los servicios de Microbiología de Canarias, como el del hospital tinerfeño, están tratando de incrementar aún más su capacidad diagnóstica. "Ahora estamos empezando a hacer pooling de las muestras", explicó Díez. Esto significa que, en un sola muestra se mezclan tomas de hasta 20 pacientes -podrían ser de incluso 300- que se procesan al mismo tiempo. Si en uno de estos procesos la toma mezclada da positivo, se vuelve a iniciar la PCR con las muestras por separado para conocer cuál de esos pacientes es el positivo.

"Esto nos sirve para reducir los tiempos de diagnóstico y hacer los test más rentables", insistió Díez que explicó que ya se está haciendo en algunos casos en este hospital. Además, la Consejería de Sanidad confirmó que es el método que se quiere implementar en los próximos cribados programados en residencias de mayores, así como en el caso de que se diera un positivo entre los alumnos de un centro escolar. Sin embargo, como admitió Díez, la técnica del pooling solo es eficaz "para hacer cribados en población asintomáticas donde la incidencia es baja". En este sentido, el experto afirmó que, aunque dependerá de lo que determine la Consejería de Sanidad, si hubiera una población grande afectada y se perdiera el rastreo de casos, "estamos preparados para hacer cribados masivos".

Díez hizo hincapié, a raíz de las informaciones falsas que se están compartiendo en redes sociales, en que las PCR son ahora mismo el mejor método diagnóstico -y prácticamente el único- para detectar la infección aguda por Covid-19. Y es que aunque estas pruebas moleculares tienen "algunas limitaciones", como que se deben realizar entre los dos y los ocho días posteriores al contagio que es cuando suelen empezar los síntomas, son los mejores para hallar nuevos contagios. "Es la ventana de tiempo estándar en la que los pacientes dan positivo", explicó el microbiólogo. Pasados dos días, los miles de virus replicados desde el contagio salen de las células infectadas y empiezan a invadir el organismo.

Cuando han pasado ocho días desde el contagio, los asintomáticos o sintomáticos leves empiezan a eliminar el virus, por lo que es más probable que las PCR realizadas en ese momento den negativo. Se ha visto, además, que a partir de los ocho días, "los asintomáticos o pacientes con síntomas leves dejan de contagiar", y esta es también la razón por la que el tiempo de cuarentena, "se ha reducido hasta los 10 días, en lugar de los 14 que se recomendaba anteriormente", afirmó Díez. En casos graves, sin embargo, la eliminación del virus es mucho más lenta, lo que provoca que sigan dando positivo hasta 24 días más tarde. Existen, incluso, casos excepcionales de pacientes que han pasado hasta 60 días dando positivo en coronavirus.

La ciencia empieza a tener mayores certezas sobre los asintomáticos, que se han configurado como uno de los mayores vectores de expansión en todo el mundo. Según Óscar Díez, las personas que no dan síntomas son muchas menos de las que se creía. "Al principio se hablaba de un 60% de los contagiados, poco después se consensuó en un 85% y ahora estamos viendo tasas del 25% que creemos que son las que mejor se ajustan a la realidad", afirmó Díez. Este cambio tan grande en los porcentajes se ha dado por el mayor conocimiento que se tiene actualmente sobre la sintomatología del virus. "A medida que se han sumado más síntomas, se ha empezado a hallar más casos" pues la enfermedad no siempre debuta de la misma manera. En este sentido, Díez remarcó que "un día antes de que aparezcan los síntomas es cuando más carga viral tiene el paciente", lo que lo hace mucho más infectivo que en otras etapas de la enfermedad.

Los anticuerpos

Los asintomáticos o sintomáticos leves también son los que más rápido suelen perder los anticuerpos que le pueden proteger del virus. Y, aunque esta situación, "no pinta bien", el experto se mostró cauteloso ya que "solo llevamos cinco meses de pandemia". "La disminución de la respuesta inmune humoral -los anticuerpos que detectan los test serológicos- no tiene por qué ser mala, puede desaparecer y que, cuando tengas contacto de nuevo con el antígeno, aparezca de nuevo en gran cantidad", explicó el microbiólogo. Esto significa que el SARS-CoV-2 generaría una respuesta inmune celular, pero hace falta más investigación y avance de la pandemia para conocerlo con exactitud.