Las empresas industriales recogieron el año pasado un total de 6.047 toneladas de aceites usados en Canarias, según datos de SIGAUS --Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP) de referencia en España-- hechos públicos este jueves.

En total hubo más de 8.000 recogidas registradas que atendieron a 3.181 establecimientos productores repartidos en 85 municipios que abarcan el 99,9% de la población de la comunidad autónoma.

Además, 2.171 de estos establecimientos tenían que ver con la automoción, 218 eran industrias y 792 realizaron otras actividades como construcción, servicios o instalaciones de la administración, entre otras.

Debido a la amplia diversidad de usos del aceite lubricante (desde todo el parque de vehículos a la maquinaria agrícola y desde una gran industria a un pequeño transformador de un lugar remoto), el aceite usado se genera de forma muy fragmentada y dispersa geográficamente, por lo que resulta "crucial" dar cobertura a todos los puntos del territorio, incluyendo las zonas rurales y alejadas de los grandes focos de población y actividad económica, donde los costes logísticos de la gestión del residuo se multiplican, señalan desde SIGAUS.

Así, en el Archipiélago el 35% de los municipios en los que SIGAUS recogió aceites usados son rurales, con un total de 275 productores y se atendió a 2.151 productores en zonas de montaña y se registró una intensa actividad en zonas de alta vulnerabilidad ambiental.

En concreto, en el entorno de espacios protegidos se atendió en 2019 a un total de 395 productores del residuo en 28 espacios y se recogieron 540 toneladas de aceites usados.

En lo que respecta a la recogida en el entorno de recursos hídricos, otra de las zonas más sensibles en materia de contaminación (por generarse este residuo en estado líquido y presentar tan baja biodegradabilidad), en 2019 se recogieron cinco toneladas.

Cuando el aceite usado se recoge se traslada a instalaciones especializadas para su análisis previo y tratamiento final con el objetivo de que pueda ser 100% aprovechado, bien como base lubricante para la fabricación de nuevos aceites (regeneración) o bien como combustible de características similares al fuel óleo (valorización energética).

En el caso de Canarias, el aceite usado una vez retirados los impropios de agua o lodos que puede contener el residuo, fue de 5.061 toneladas, de las que prácticamente la totalidad se destinó a regeneración, el tratamiento prioritario por sus importantes beneficios ambientales y económicos.

Gracias a la regeneración, en 2019 fue posible retornar al mercado en Canarias un total de 3.164 toneladas de nuevos lubricantes.

Emisiones a la atmósfera

Además de la obtención de estas materias primas, para las que, de no contar con el aceite usado, se hubieran necesitado más de un millón de barriles de petróleo, la regeneración es un proceso que aporta importantes beneficios en la lucha contra el cambio climático y que, en el caso de Canarias, supuso evitar la emisión a la atmósfera de un total de 3.371 toneladas de CO2.

En palabras de Eduardo de Lecea, director general de SIGAUS, "somos parte de la reconstrucción verde que toca emprender ahora, los sistemas de gestión de residuos tenemos mucho que aportar en este sentido, ya que llevamos muchos años trabajando para que determinados residuos, como el aceite usado, estén controlados y no impacten en el medio ambiente".

"Nuestro conocimiento", prosigue, "permite hacer esta gestión eficaz y sostenible" y se está viendo que "los programas de reconstrucción económica y social se alinean con los planes de lucha contra la crisis climática y la pérdida global de biodiversidad".

"Porque todos nos hemos dado cuenta de que no solo está en juego nuestro medio ambiente, sino también nuestra economía, nuestro bienestar e incluso la salud de la humanidad", apunta en una nota.

La ralentización de la actividad industrial y la paralización de la automoción ha provocado una caída de las ventas de lubricantes de cerca del 40% entre los meses de marzo y mayo y el tejido empresarial dedicado a la gestión del residuo en Canarias ha sufrido un desplome de actividad que podría comprometer su viabilidad, y por tanto la recogida de este residuo peligroso.

Ante ello, SIGAUS ha reaccionado multiplicando por 6 la financiación aportada a estas empresas.